Una de las grandes lecciones que ha dejado la pasada experiencia de evaluación a los miles de docentes en nuestro país, es que el gobierno habla mucho y poco o nada escucha, que el trabajo educativo que realizamos miles de docentes debe escribirse, dialogarse y sistematizarse, que la sistematización de experiencias educativas surgidas desde la práctica docente es una de las asignaturas pendientes entre maestros y que el diálogo horizontal es la única manera de contrarrestar las imposiciones verticales surgidas desde el gobierno, el SNTE, el INEE y otros organismos empresariales o gubernamentales.
En todo ello es necesario pensar en la práctica de un diálogo horizontal entre docentes a partir de gestionar redes académicas, sociales y distintos vínculos que permitan el intercambio libre de experiencias.
El portafolio de evidencias docentes es un recurso que sirve no para cumplir o quedar bien con la autoridad, sino para recuperar los elementos significativos de la práctica, aquellos problemas cotidianos que se presentan y la forma de cómo se les enfrenta y cuáles son los resultados que se obtienen con todo ello.
Uno de los elementos que no deben perderse de vista es que los docentes formamos parte de esto que le llamamos MAGISTERIO, somos profesionales de la educación cuya naturaleza es pensar-nos en colectivo, que realizamos nuestra labor en distintos espacios, ámbitos de trabajo, con tareas diversas (docencia, asesoría, gestión), en todos los niveles educativos (preescolar, primaria, secundaria) y en todas las modalidades de atención (especial, física, indígena), pero que nuestra constante es que nos debemos y tenemos un compromiso social con la comunidad en donde se ubica cada escuela, cada entorno social. Todos los niños y niñas son importantes en nuestro trabajo, todos y todas nos demandan una respuesta profesional y cada día de trabajo es gratificante en la profesión.
Sin embargo, es necesario rescatar cada vivencia, cada respuesta ante los conflictos, cada estrategia educativa aplicada surgida desde nuestra inventiva o imaginación. El diálogo horizontal es un recurso válido pensado en ser capaces de contrarrestar todas las trampas de un gobierno que antepone los intereses neoliberales por encima de los intereses sociales de los pueblos y las comunidades. La gran trampa de la reforma educativa que actualmente se implementa no es tanto la evaluación docente (esta es la parte pública o evidente), sino la división del gremio, el enfrentamiento de todos los que somos iguales (esa es la parte oscura), el sabernos divididos anteponiendo intereses individuales por encima de los intereses colectivos que defendimos siempre. En ello el SNTE es el nuevo comparsa, es el vulgar patiño que le ayuda al Estado a imponer con el garrote en la mano las nuevas políticas educativas. La resistencia docente no sólo es con convicción, también se requiere imaginación y en ello la conformación de REDES articuladas por diálogos horizontales como una estrategia emergente y de largo plazo.
Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara.
Correo: mipreynoso@yahoo.com.mx