Anaid Reyes y Eugenia Garduño *
El 11 de febrero ha sido nombrado el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia En un artículo anterior publicado en este mismo blog, hablamos de las “Oportunidades y desafíos para ser científica en México” y acentuamos la necesidad de poner atención en un indicador en particular de la brecha de género en STEM: la segregación disciplinar.
Los datos disponibles muestran que las mujeres optan por carreras vinculadas a las ciencias de la vida (biología, ciencias de la salud, entre otras), mientras que aquellas relacionas con las “ciencias de las cosas” (vinculadas con la física y sus aplicaciones en el desarrollo de tecnología)siguen siendo áreas donde las preguntas con investigación financiada son planteadas principalmente por hombres. Esta segregación disciplinar por género es importante si consideramos sus implicaciones para el acceso de mujeres a carreras mejor remuneradas, o a aquellas de mayor demanda en el contexto actual (y futuro), como lo son todas las relacionadas a las tecnologías de la información y comunicación.
Es importante visibilizar la segregación disciplinar por género, como un posible hecho puntual de autoselección que no necesariamente sucede como resultado de la libertad de elección de las mujeres. Se ha documentado ampliamente en la literatura que las brechas de participación en determinadas disciplinas son un fenómeno multifactorial, y que estas brechas también son resultado de “generaciones de diferencias de género socialmente construidas en cuanto a aspiraciones, normas y modelos a seguir”. Como ejemplo, la tendencia, aún prevalente, de que la distribución del trabajo doméstico y de cuidados (maternidad, hogar, enfermedad y envejecimiento) sigue recayendo en las mujeres, independientemente de si cuentan con una formación y carrera profesional. Por consiguiente, es indispensable -y posible- desarrollar intervenciones y políticas puntuales que abonen a la resolución de esta problemática.
Si dibujásemos el trayecto de las mujeres en la ciencia podemos identificar cuatro momentos pivote: (a) la formación de base para niñas y jóvenes en STEM de preescolar a la educación media superior; (b) el acceso y elección a los estudios superiores y de posgrado; (c) el desarrollo de carrera y trayectoria en STEM; y, (d) el acceso a posiciones, financiamiento y reconocimientos vinculados a su desempeño. En consecuencia, las políticas y programas para atender las brechas de género debieran focalizarse en estos momentos clave en las trayectorias académicas y laborales de las mujeres.
Sobre la formación de base para niñas y jóvenes en STEM, los estudios disponibles sobre el logro educativo no identifican diferencias significativas en el desempeño en matemáticas de niñas y niños en niveles iniciales (preescolar y primaria). Las que existen, por ejemplo, hacia el final del nivel primaria, están más vinculadas a variables afectivas, como el autoconcepto que tanto niñas como niños tienen sobre sus resultados. Aunado a esto, existe evidencia de que los estereotipos de género respecto al desempeño en matemáticas aparecen en los primeros dos años de la primaria. Intervenciones en este momento pivote pueden incluir:
- Desarrollo de programas de capacitación a docentes sobre los sesgos inconscientes que pudieran tener respecto al desempeño de distintos grupos de estudiantes.
- Apoyo proveniente de padres y maestros para que las niñas puedan desarrollar una mayor confianza en sus habilidades para desempeñarse en disciplinas STEM.
- Incremento de las oportunidades para que las niñas tengan mas experiencias relacionadas con STEM, que les permitan desarrollar sentido de pertenencia, actitudes e identidades positivas respecto a las matemáticas, las ciencias y la tecnología
Respecto al acceso y elección a los estudios superiores y de posgrado, aunque la oferta educativa superior y de posgrado es abierta, parece haber una autoselección de las mujeres por ciertas disciplinas y la tendencia es a elegir aquellas relacionadas a la vida, por ejemplo, las ciencias biológicas, la psicología, entre otras. Algunas opciones en esta etapa son:
- Reforzamiento de los servicios de orientación vocacional y creación de programas con empresas locales para que las jóvenes puedan ampliar sus expectativas respecto a los ámbitos laborales en los que se pueden desarrollar.
- Promoción de contactos con modelos a seguir, que pueden ser estudiantes de grados más avanzados, mujeres académicas y profesionales que se desarrollan en carreras STEM.
- Generar mayor difusión de referentes de mujeres científicas. Ejemplo la editatona en Wikipedia para incluir la biografía de más mujeres científicas a la edición en español de esta enciclopedia digital.
Durante el desarrollo de carreras en STEM, incluso aquellas mujeres que han logrado sobrepasar las muy variadas y numerosas barreras para llegar al punto de elegir una disciplina científica o desempeñarse en ella, siguen llevando a cuestas las expectativas y responsabilidades vinculadas a las labores domésticas y de cuidado que diversas sociedades le han impuesto, incluyendo a las profesionistas y científicas de países con altos niveles de desarrollo. En esta etapa pueden implementarse iniciativas como:
- Estímulos económicos para incrementar la incursión de las mujeres en disciplinas específicas, y, en general, el impulso a la formulación de presupuestos y programas de asignación de financiamientos a la investigación con perspectiva de género.
- Fomentar redes de mentoría y acompañamiento de mujeres científicas a otras mujeres.
Finalmente, otro punto clave en el desarrollo de las disparidades tiene que ver con el acceso a posiciones, financiamiento y reconocimientos vinculados al desempeño de las mujeres. Y justamente el periodo de mayor productividad en el desarrollo de la labor científica, es coincidente con una parte de la etapa reproductiva, por lo que, al no tener esquemas laborales con perspectiva de género, los ritmos y constancia de producción científica se convierten en un proceso que castiga principalmente la competitividad en el trabajo científico de las mujeres. Intervenciones que pueden contribuir a reducir este problema incluyen:
- Fomento a redes de apoyo que no redunden o recaigan solo en mujeres
- Fomento a licencias de paternidad más extendidas
- Políticas de atención infantil y de adultas y adultos mayores
Así, cuando nos preguntamos por qué hay tan pocos premios nobel otorgados a mujeres, o por qué el reconocimiento a Maryam Mirzakhani, la primera y única mujer en ganar la prestigiosa Medalla Fields (el nobel de matemáticas), la respuesta nunca es evidente o simplista. Hay un trayecto con varios momentos pivote en la formación, acceso y desarrollo, y financiamiento y políticas públicas que posibilitan, facilitan y permiten que más mujeres formen parte o no del desarrollo de las disciplinas STEM.
Parafraseando a Michelle Bachelet, pero con su aplicación al ámbito científico “cuando pocas mujeres entren a la ciencia, las mujeres cambian. Cuando muchas mujeres entren a la ciencia, la ciencia va a cambiar”.
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Anaid Reyes. Integrante de MUxED. Politóloga e internacionalista por el CIDE, se ha especializado en el análisis, diseño e implementación de políticas educativas con un enfoque de equidad. Actualmente es consultora de proyectos locales vinculados con la educación inicial y a la infraestructura física educativa. Fue asesora y coordinadora de análisis de proyectos y programas prioritarios de la SEP. LinkedIn
Eugenia Garduño. Integrante de MUxED. Es doctora y maestra en Educación por la Universidad de Harvard y licenciada en Psicología por la Universidad Iberoamericana. Sus actividades de investigación se han centrado en el uso de nuevas tecnologías en educación, en especial, la evaluación de programas curriculares en matemáticas y en ciencias. Actualmente es directora Adjunta de Laspau. LinkedIn