Hace unos días la organización Mexicanos Primero, dio a conocer su Reporte sobre la Formación Docente y Continua de los Maestros en México; documento que vale la pena analizar desde la realidad que el docente vive a diario en las escuelas y en los salones de clase, sean éstas de nivel básico, medio superior y superior de nuestro país. Y digo que vale la pena revisar, porque tal parece que cuando se presentan y/o difunden este tipo de análisis, seamos o no una organización, pensamos que poseemos una verdad, absoluta, que debe ser tomada en cuenta para que algo cambie, pero esto… no es del todo cierto. Vemos por qué lo afirmo.
Es aplaudible y digno de reconocer la preocupación que los directivos de esta organización, y su equipo de trabajo, manifiestan con relación a la educación que se ha venido ofreciendo en México. Educación en la que como sabemos, han influido una serie de factores – económicos, políticos, sociales y culturales – que han propiciado bajos niveles de aprovechamiento en los estudiantes, desde luego, si a éstos los comparamos con otros que se encuentran en diversos países del mundo, y bueno, del Sistema Educativo Mexicano (SME) y la probable comparación que podamos hacer de éste con otros, mejor ni hablemos, su conformación hace dudar seriamente de la existencia de un “Sistema” que permita articular esfuerzos para el logro de un propósito determinado. En fin.
Volviendo al tema que me ocupa, debo señalar que me pareció harto interesante el Reporte, sobre todo, por los datos que en éste se presentan y que a decir verdad, no difieren mucho de los que la propia Secretaría de Educación Pública (SEP) ha dado a conocer a través de la Subsecretaría de Educación Superior (SES) o de la Dirección General de Educación para Profesionales de la Educación (DGESPE). Eso no lo discutiré porque coincido en ello.
Es claro que en el apartado denominado Diagnóstico, se presenta una radiografía de las escuelas formadoras de docentes y la situación que guarda la formación continua a nivel nacional. Insisto, en muchos puntos encuentro total coincidencia con lo que ahí se plantea. Sin embargo, me parece importante detenerme un poco en algunos que, desde mi punto de vista, deben ser repensados e investigados para tener una mayor claridad sobre los mismos. Para tal efecto, intentaré ser breve pero conciso, aclarando que cuando aparezca la abreviatura EN me referiré las Escuelas Normales y cuando se encuentre FC en el texto, se piense en formación continua.
En primer lugar deseo resaltar que al “Diagnóstico”, le hizo falta incluir un análisis profundo sobre los mecanismos de ingreso y permanencia de los docentes que se encuentran insertos en el medio normalista; además, de un censo de los perfiles profesionales con los que cuentan los profesores porque, sin duda, habrá cambiado desde su ingreso hasta la fecha en que cierro estas líneas. Un dato que por más simple que parezca, puede arrojar valiosa información para la toma de decisiones y el diseño de políticas educativas enfocadas a revitalizar el normalismo mexicano. No es desconocido – y Carlos Ornelas sabe de ello – que el ingreso a las EN se ve permeado por las negociaciones secretariales y sindicales. Sin embargo, saber que dentro de este Subsistema existe una planta docente “hibrida”, puede representar una fortaleza y no una debilidad como muchos pudieran pensar.
El segundo aspecto que deseo abordar es el denominado “Multitud solitaria”. En éste, encuentro varias coincidencias como el hecho considerar inadecuada la separación administrativa de la educación básica y normal. Un grave error que puede ser enmendado con el tino de algún funcionario de la SEP. Nada puede ser más urgente que vincular estas áreas para que conjuntamente, de la mano, caminen en una misma dirección, tanto en políticas educativas como en conocimiento. Ahora bien, no encuentro tanta coincidencia con lo expuesto sobre los mecanismos de ingreso de los jóvenes a las EN; y no coincido, porque considero que un “promedio” no es indicador fiable sobre la formación que éste recibió en el nivel inferior de enseñanza y, mucho menos, que un examen pueda ser lo que permita el ingreso a estas instituciones, ¿no se supone que el docente se forma en la práctica dado que pone en juego muchas habilidades? (Ver Cuadro 5 del Reporte). Al haber un examen, ¿éste no es excluyente? Y, realmente, ¿este examen determina si tal o cual aspirante será o no un buen docente? He conocido de casos extraordinarios de estudiantes con promedios ejemplares en las EN pero con un deficiente desempeño frente a grupo en las escuelas de práctica y viceversa. Ojo con esto.
En tercer lugar, sobre la formación inicial y la relación que existe con la continua, el asunto es claro y también coincido, porque el aprendizaje es PERMANENTE y como tal debe favorecerse de manera longitudinal. La concordancia que debe existir entre las políticas internacionales, nacionales y locales, con las necesidades de FC es incuestionable. Lamentablemente, no ha existido la visión ni la formulación de un proyecto – a nivel macro – para que las mismas ESCUELAS NORMALES sean las que propicien esa formación a los docentes en servicio. Se conocen casos exitosos en algunas entidades pero éstos son aislados, ¿por qué no se impulsa y fortalece a estas instituciones para el logro de tal propósito y se excluyen a empresas que ofrecen una capacitación que deja mucho que desear?, ¿en dónde está el negocio y quién se ha beneficiado con ello? Vaya, en el reporte se argumenta sobre estas empresas pero no veo que se mencione a ninguna institución formadora de docentes como una propuesta viable, ¿por qué será?
Ahora bien por lo que respecta al cuarto punto que deseo abordar, tengo que reconocer que se ha caído en la acumulación de puntos, diplomas y títulos para que los profesores de las EN y los que se encuentran en básica vayan ascendiendo, tanto en su propio escalafón como en los estímulos a los que tienen derecho; sin embargo, nadie, absolutamente nadie se ha atrevido a hablar del Reglamento de Ingreso, Permanencia y Promoción del Personal Docente de las EN (RIPPPA) y de la necesaria modificación que tiene que sufrir éste para favorecer el avance de los maestros; obviamente, con la idea de mejorar la calidad en sus enseñanzas en favor de los aprendizajes de sus estudiantes. Recuerdo que Mtra. Marcela Santillán, ex titular de la DGESPE, hace años hizo un intento pero nunca más se volvió a hablar de ello ¿El motivo? Sería bueno saberlo. Por lo que concierne al tema de “Carrera Magisterial” la respuesta es sencilla, éste se corrompió con el paso de los años. Investigaciones hay sobre este dicho por lo que no pretenderé profundizar salvo para mencionar que muchos maestros y maestras, en servicio, el ingreso que perciben se lo ganan a pulso. El problema en sí no fue el programa sino el destino que tuvo.
En quinto lugar, y a partir de la pregunta ¿por qué el docente no hace suyas las propuestas educativas que emanan de la Secretaría o de las de Mexicanos Primero, por ejemplo? Deseo abordar algunas cuestiones sobre el apartado Qué podemos hacer que expone el Reporte. Hace unos años leía con atención el texto de Eduardo Andere “México sigue en riesgo: el monumental reto de la educación”. Texto que me pareció interesante por las temáticas a través de las cuales, se daba respuesta a ciertos mitos que se habían construido sobre la educación. Debo reconocer que las propuestas, desde mi perspectiva, fueron acordes a la realidad que en ese entonces México enfrentaba. Dicho hecho esto, me parece que la propuesta que plantea este Reporte, es también adecuada. Insisto, todo esfuerzo por mejorar la educación merece ser reconocido; sin embargo, al igual que en el Texto de Andere, nos seguimos quedando en el QUÉ pero no avanzamos en el CÓMO; en el cómo hacer que el docente se apropie de las propuestas educativas que le lleven a hacer mejor su trabajo. Muchos, considero, son los factores que nos permiten interpretar esa simple respuesta. Mexicanos Primero hace la suya y es válida; sin embargo, dos cuestiones considero se le ha olvidado o se nos ha olvidado:
- La política nacional no debe poner al centro a la escuela sino al maestro, como actor fundamental en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Sí, es cierto, hay quien me dirá que las políticas educativas han puesto su atención en el profesor, sin embargo permítanme decirles que han puesto su atención en el QUÉ pero han dejado fuera el CÓMO generar esa inercia que comento; algo en que los consejos técnicos han fallado y que la amenaza de despido por parte de la SEP no ha logrado.
- Por otro lado, considero que así como se ha hablado de Aprendizaje en situ para que el estudiante aprenda, también debería pensarse en el Problema in Situ que le permita al maestro enseñar bajo las condiciones contextuales y diversas que existen en México. Una propuesta, que en algún momento pudiera ampliar para mayor conocimiento.
De esta forma, culmino mis ideas reconociendo la existencia de “tradiciones normalistas” que, como bien se señala, obstaculizan el avance y transformación del normalismo mexicano; sin embargo, también reconozco que esas mismas tradiciones han permitido formular proyectos acorde a la formación de docentes y profesores en servicio. En este sentido, es que considero que si se va a investigar sobre las EN, se haga, pero también, se hable de lo positivo, de lo exitoso, de lo bueno. En este tenor, reconozco que la FC no ha sido la mejor en los últimos años, pero ¿qué pasaría si fortaleciéramos el subsistema de normales para que se conviertan en esas instancias de constante formación de maestros? Mi apuesta, como se observa, sigue siendo a favor del normalismo.
Ahora bien y como punto final, me permití indagar un poco sobre la connotación que en el Reporte se le da a la profesión docente y al docente como tal cuando se refiere que Prof representa identidad y sentido de pertenencia hacia su labor. No encontré mucha literatura al respecto, ¿será que ésta sea una mera moda que en poco o nada abona al debate educativo? Yo creo que sí, porque se queda en una simple expresión que complementa una frase como: ¡qué hay doc!, ¿cómo estás lic?, ¿se encuentra el inge?, ¿ya viene el conta? Considero que hay cuestiones más importantes que debatir… pienso en lo pedagógico, en lo didáctico. Mexicanos Primero… ¿le entramos? Porque tal parece que hay de realidades a realidades.
Docente en Escuelas Normales en Tlaxcala
Twitter: @Lalocoche