En una clara acción de miopía política, falta de conocimiento, además de una ofensa para el magisterio nacional, en diversos medios de comunicación, el Partido Verde Ecologista de México, señala que “la violencia empieza desde las escuelas”, un mensaje electorero que busca una explicación simple a un problema que está por demás demostrado inicia mucho antes de llegar a la escuela.
Las niñas y los niños llevan a la escuela la carga psicológica que reciben en su entorno y contexto familiar y, tomando en consideración los datos de la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en nuestro país 7 de cada 10 niñas y niños sufren algún tipo de violencia, lo cual da una idea del problema.
De acuerdo con María Josefina Menéndez Carbajal, directora general de la Organización “Save the Children”, el tema se relaciona directamente con la inequidad y la pobreza, producto del entorno que se vive a diario en nuestro país y cuya situación ha permanecido prácticamente igual durante los últimos 25 años.
De acuerdo con la Secretaría de Salud del gobierno federal la violencia familiar, no es solamente un asunto económico, puesto que, asegura, está presente en todos los grupos sociales, lo cual, de manera natural, llega a la escuela y se manifiesta de múltiples formas en donde se le atiende y canaliza de acuerdo con la situación específica.
La paz como la violencia empiezan en el hogar, a la escuela se acude a estudiar. Tener en sus manos un grupo de estudiantes de 20, 30 o más niñas y niños es una gran responsabilidad, así como guiar su proceso de aprendizaje en el respeto de sus valores, creencias no es un asunto sencillo dada la saturación de los programas oficiales lo permitan.
De acuerdo con la Psicóloga Natalia Borda de la Universidad de Lima y especialista en el tema, “si en un hogar prima la violencia, la falta de comunicación y de respeto, es muy seguro que ahí se esté criando a un niño agresor o a una víctima de bullying”.
Más vale que nos cuidemos de este tipo de políticos que, lejos de asumir su responsabilidad sobre la situación que nos tienen en México, buscan dejar de lado las culpas que les corresponden y de paso, maltratar a un magisterio que a diario desarrolla su trabajo de la mejor manera en que las circunstancias le permiten.