Un grupo de académicos de reconocido prestigio internacional advierte sobre el riesgo de que las clasificaciones internacionales y rankings en materia educativa, como PISA, terminen por “matar” la alegría por aprender.
Cerca de 100 educadores de todo el mundo firman una carta dirigida al director general del Programa de Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), Andreas Schleicher, publicada en The Guardian, en la que exigen que la prueba sea cancelada. La OCDE, argumenta este grupo de académicos, “ha asumido el poder de moldear la política de la educación en todo el mundo”.
El uso de pruebas “conocidas por ser imperfectas”, continúa la carta, alienta a los gobiernos a buscar “soluciones a corto plazo” para elevar el ranking, estrechando “nuestras ideas” de lo que debería consistir la educación.
PISA aumenta dramáticamente la dependencia de las “medidas cuantitativas” para clasificar y etiquetar alumnos, profesores y escuelas, aseguran en la carta. Se está distorsionando el plan de estudios, la reducción de la autonomía de los profesores y el aumento de los niveles de estrés en las escuelas. La carta señala que la OCDE – que cuenta con 34 países miembros , la mayoría de ellos europeos- se centra en el papel económico de las escuelas.
Los gobiernos de todo el mundo esperan ansiosamente los resultados de los exámenes trienales de los jóvenes de 15 años llevados a cabo por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE ). Los ministros de Educación “rezan” para que los jóvenes de sus respectivos países suban en las tablas de clasificación internacionales. Alrededor de la mitad de los países que participan ( 66 en 2012) han hecho reformas educativas significativas a la luz de los resultados.
La carta afirma que las reformas escolares no deben ignorar el papel “fundamental” de la desigualdad socio-económica para influir en el rendimiento de la matrícula. También sostiene que la creciente influencia de la OCDE sobre cómo funcionan las escuelas y lo que enseñan es profundamente antidemocrática. A diferencia de la Unicef y la Unesco, no tiene “mandato legítimo” en la educación.
“La OCDE es un club”, dice Heinz-Dieter Meyer, profesor de política de la educación en la Universidad Estatal de Nueva York y uno de los organizadores de la carta. La carta a Schleicher también dice que la OCDE está cooperando “con empresas multinacionales con fines de lucro que pueden beneficiarse económicamente de cualquier déficit desenterrado por Pisa”. Pearson -propietario del Financial Times y Penguin Books y mayor editorial del mundo de los libros de texto- desarrolló el marco de evaluación para los próximos exámenes de Pisa, en 2015.
Para un análisis detallado sobre el tema, lee Pisa bajo la lupa, del dr. Eduardo Andere, profesor-investigador visitante en The Steinhardt School of Culture, Education, and Human Development, de la New York University y consejero editorial de Educación Futura.
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