Conservar la ilusión de los niños y niñas
es un acto de amor, especialmente si se obsequia un
regalo de vida, pero con responsabilidad”.
A lo largo y ancho del país es muy triste observar cómo nuestras calles están llenas de perros sin hogar; muchos de ellos se acercan a las personas buscando comida o una caricia y muchas veces también, lo que reciben son piedrazos, patadas o insultos.
Las mascotas, principalmente perros, forman parte de nuestros entornos urbanos y rurales, datos del 2021 publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) estiman que alrededor del 70% de los perros en México viven en la calle, ya sea nacidos callejeros o simplemente abandonados. Dicha estadística se vuelve abrumadoramente evidente a medida que se pone más atención por donde se transite; la cifra estimada es que existen más de 23 millones de perros en México, lo que lo ubica como el país número uno de toda Latinoamérica.
No se ha pensado en la educación ni en la sanción correspondiente a la falta de responsabilidad de los ciudadanos que abandonan a los perritos en diversos lugares. Hasta ahora el problema del abandono animal se “resuelve” llevándolos a los albergues o bien capturarlos para que sean adoptados; sin embargo, también se estima que nueve de cada diez son sacrificados. Si bien, se han aprobado leyes para el maltrato animal, sigue pendiente el tema del abandono.
El maltrato hacia a los animales no se limita a los daños físicos, también se efectúan daños psicológicos en forma de angustia, tormento o terror, en particular el abandono implica negligencia, descuido de sus necesidades básicas, incluyendo el suministro de alimentos, agua, refugio y atención veterinaria a la que no se le presta atención porque se normaliza, es decir, cualquier ciudadano puede tener una mascota, maltratarla, no atenderla y hasta abandonarla.
Estos días de fiestas y regalos son propicios para regalar mascotas, que mientras sean pequeños son considerados juguetes para las niñas, niños y adolescente NNA, pero a medida que crecen aumenta la demanda de cuidado; así como los gastos, que implica atenderlos adecuadamente. Sin embargo, deciden abandonarlos, ya sea en la calle o llevarlos a refugios, en el supuesto de que pueden ser adoptados por otras familias. En la Ciudad de México, en el 2021, ciento ochenta mil animales fueron condenados a morir sacrificados, debido a que las personas que los tenían bajo su responsabilidad no los reclamaron de vuelta.
En 2014, el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) comunicó en una encuesta de abandono y maltrato animal, que tres de cada cuatro personas creen que la población mexicana está poco o nada sensibilizada acerca del cuidado y atención de los animales. Pienso que en este 2024 seguimos igual o peor si bien los perros abandonados representan un problema social y ambiental por interferir en el tránsito de las personas, la suciedad en la vía pública, o las agresiones posibles a las personas. Debemos de recordar que ellos no son responsables de sus actos, que ellos también tienen derechos que deben ser atendidos por la legislación y por las políticas públicas que deberán impulsarse para construir una cultura de respeto y cuidado a los animales. Toca también a la educación hacer su parte para una mejor convivencia en las diversas comunidades.
En el documento citado en las referencias, se pueden ver la situación en cuanto al Derecho Comparado Internacional en materia de protección animal, así como los avances en diversos estados del país por el Derecho Comparado Nacional. Seguramente ya se han incluido otros estados y existen avances, pero aún no se observan resultados concretos en las calles de nuestras poblaciones.
Todos somos partícipes del problema cuando no solo se tolera el abandono, también cuando no se ejecutan acciones para evitarlo. Aquí en Puebla están en campaña ya los aspirantes por los diversos partidos para la gubernatura, la renovación del Congreso local, las presidencias municipales etc., y hasta ahora, no he escuchado ninguna propuesta relacionada con el tema del abandono animal.
Diversas investigaciones sobre el bienestar psicológico y afecto positivo en NNA, demuestran que quienes tienen mascotas presentan diferencias significativas especialmente en las dimensiones de autoconcepto y autonomía que genera un mayor bienestar psicológico y el afecto positivo relacionado con el desarrollo de actitudes positivas de bienestar. La interacción de los individuos con animales promueve la actividad física, ayuda a centrar la atención, la estimulación de la interacción social, mejora significativamente el estado de humor, favorece al contacto físico, juegos y demostraciones de afecto tanto con la mascota como con otros individuos. Se ha demostrado que los animales como mascotas ayuden a disminuir los niveles de cortisol, la hormona que se relaciona con el estrés; además también disminuye la presión arterial (Gutiérrez et al., 2017)
De acuerdo con Poves (2017), convivir con mascotas ayuda a la relación social con personas que no son conocidas en el entorno, lo cual genera solidaridad, comunicación e integración a diversas actividades, disminuye el sentimiento de soledad, la ansiedad generalizada, así como el aislamiento porque se crean lazos de confianza, de cuidado, de responsabilidad, lo que desarrolla bienestar psicológico y la calidad de vida mejora sustancialmente.
Es tanta su importancia que, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), abrió el Centro de Apoyo Emocional y Terapia Ocupacional con Animales (CAETO), que se caracteriza por ser un proyecto pionero en su área al abordar un problema recurrente en los jóvenes: la salud emocional, a la par de dar oportunidad a ejemplares caninos en situación de calle. Está orientado a la intervención emocional a través de Terapias Asistidas con Perros (TAP) gratuitas, con coterapeutas caninos con características de comportamiento y manejo específicas, para complementar las sesiones psicológicas que otorga la Coordinación de Atención al Bienestar Emocional de la Dirección de Acompañamiento Universitario, a la comunidad estudiantil que presenta necesidades de salud mental y emocional.
Los beneficios, que desde mi punto de vista nos impacta a todos comprenden: una mejor disposición de involucrarse en actividades grupales y de trabajo en equipo, el incremento de la autoestima, el aumento del sentido de la responsabilidad, la reducción de la ansiedad y/o el sentimiento de soledad, abrir espacios para la expresión de afecto y de sentimientos, el aumento de los niveles de atención y concentración, la superación de miedos, la mejora del estado físico, el alivio al estrés, la reducción del ritmo cardíaco, la reducción de la presión arterial entre algunas.
Lo que les puedo asegurar a nivel personal, es que no hay nada comparado al amor de un perro. Nosotros perdimos a Pucca y aún extraño su compañía, en época de pandemia fue un manantial de dulzura, compañía, generosidad y gratitud en nuestras vidas, por eso, no desperdicien la oportunidad de poder experimentar esas sensaciones y démosles a los perros y demás animales abandonados una oportunidad en su vida, no permitamos que sean considerados unos objetos que pueden tirarse en cualquier momento, ya es momento de cambiar las experiencias de nuestros NNA porque les aseguro, que cuidar y vivir con una mascota les cambiará la vida.
Conservar la ilusión de los NNA es un acto de amor, pero más lo es si se considera a las mascotas como regalo de vida, pero tomando en cuenta toda la responsabilidad que implica el cuidarlas, protegerlas y quererlas. Por un día de Reyes Magos feliz y responsable para todos.
Referencias
BUAP ( 2023) Centro de Apoyo Emocional y Terapia Ocupacional con Animales.
Congreso de la Ciudad de México (2021) Iniciativa con proyecto de decreto en Matera de Abandono animal.
Gutiérrez, G., Granados, D., y Piar, N. (2017). Interacciones humano-animal: características e implicaciones para el bienestar de los humanos. Revista colombiana de psicología, 16(1), 184.
Poves, A. (2017). Actitudes, tenencia y vínculo con animales de compañía: relación con la personalidad, recursos y salud psicológica.