Durante el primer foro regional de Educación Básica realizado en el Distrito Federal, Héctor Barrera Rangel, docente de Educación Básica, propone que es necesario considerar que el currIculum conforma la parte medular de todo el constructo educativo, el cual, a su vez puede ser entendido ya sea como un proceso, como objeto de estudio, como una realidad escolar, unos contenidos educativos, como secuencia de unidades, como objetivos de enseñanza, representación de una realidad, e incluso, como planes y programas de estudio.
Señala que es indudable que la formación docente, entendida como una actualización de conocimientos es una obligación y un derecho para los profesores. Pero ante esto se pregunta: ¿qué ocurre cuando los profesores se muestran renuentes a ser capacitados bajo perspectivas innovadoras? ¿Es necesario obligarlos a hacer algo que no desean? O acaso, ¿la formación se torna coercitiva? ¿Cómo impacta en la práctica docente el que la formación sólo tenga fines de prebendas para los profesores cumplen con el requisito? ¿Por qué razón las reformas educativas no han tenido los resultados esperados?
Barrera Rangel indica que se requiere convicción, vocación y conciencia para realizar la tarea docente. “Los profesores que trabajan en las escuelas públicas no debieran perder de vista su responsabilidad como servidores públicos.”
Finaliza diciendo que la carrera magisterial es apasionante y muy digna, pero hay que regresarle el voto de confianza que ha perdido durante los últimos años, en gran medida por el encontronazo de intereses entre los diferentes actores que conforman el magisterio.
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