Metzeri Jiménez y Diana Arocha
Debido a las condiciones precarias en Chiapas para la presentación de sus evaluaciones de promoción, maestros y maestras se enfrentan a múltiples desafíos para acudir al examen que les otorga la oportunidad de concursar por el ascenso deseado. Una historia más de la desatención de las autoridades locales y federales en la implementación de la Reforma Educativa.
En los últimos días abunda una gran cantidad de información (y desinformación) asociada a la Reforma al Artículo 3º Constitucional. Uno de los elementos de esta reforma al sistema educativo que ha acaparado la atención pública y generado una polémica importante son las evaluaciones docentes para el ingreso, promoción y permanencia en el Servicio Profesional Docente (SPD), tanto para educación Básica (EB) como para Media Superior (EMS).
El pasado 2 de julio tuvimos la oportunidad de participar como observadores ciudadanos, acreditados por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en el Concurso para la Promoción en el SPD de EB. En una sede en la Ciudad de México acompañamos a docentes provenientes de Chiapas, quienes fueron convocados a la capital del país debido a la falta de condiciones en su estado para presentar las evaluaciones en un ambiente de paz y tranquilidad.
Durante estas evaluaciones presenciales, nuestro papel como observadores es testificar la correcta aplicación de los exámenes y acompañar a las y los docentes en el proceso para registrar cualquier irregularidad. También, a solicitud e iniciativa de organizaciones de la sociedad civil (como Mexicanos Primero), tenemos la facultad de recabar sugerencias, quejas y comentarios de parte de las y los sustentantes para mejorar el proceso de evaluación en todas sus etapas.
Ese día, durante el receso de la jornada de evaluación de 8 horas, nos acercamos a maestras y maestros para registrar su voz y opinión sobre el proceso de evaluación. En este diálogo nos compartieron algunas de las dificultades que tuvieron que sortear para llegar a presentar su examen de promoción para ocupar cargos como directores, supervisores o asesores técnico-pedagógicos.
Sus comentarios apuntaban a la evidente desatención de las autoridades de su estado, Chiapas, y de la federación, para asegurar las condiciones propicias para la evaluación.
A una maestra proveniente del municipio de Salto de Agua, por ejemplo, se le avisó tres días antes del examen, por correo electrónico, que su sede de aplicación estaba en la Ciudad de México. Por este motivo, se trasladó a la capital – una distancia de más de 800 kilómetros – en autobús, sabiendo que corría el riesgo de no llegar a su evaluación por los bloqueos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Otros profesores, a pesar del costo y para asegurar su arribo a la sede, optaron por utilizar la vía aérea. En todos los casos, el gasto se efectuó de sus propios bolsillos.
A otra maestra le consternaba que policías tomaban fotos y videos de las personas que ingresaban a su prueba. Su principal preocupación era que dichos registros cayeran en manos equivocadas y que, a su regreso a Chiapas, la identificaran y hubiera algún tipo de represalia o agresión en su contra. No es difícil imaginarlo después de la situación que hace unos meses sucedió con docentes de ese mismo estado que fueron agredidos por cumplir con su función.
Resultado de todo esto es que en la sede donde observamos, sólo llegaron 35 docentes de Chiapas de 113 que estaban programados. Se estima que un porcentaje similar o menor haya conseguido presentarse en el resto de las sedes asignadas. Por otro lado, preocupan las interrogantes que las maestras y maestros nos compartieron:
¿Quién nos va a pagar los viáticos?¿se va a tomar en cuenta que nos presentamos sin dormir y/o comer a una prueba de 8 horas al momento de calificar? ¿por qué no toman en cuenta nuestro limitado acceso a internet al darnos el aviso de la sede por correo electrónico? Dada la poca anticipación, ¿por qué no nos hablaron por teléfono como una atención mínima? ¿cómo van a garantizar nuestra seguridad al regresar a Chiapas?
Lo anterior y lo que observamos durante este fin de semana registra una injusticia en contra de maestras y maestros que decidieron participar en los concursos para obtener una promoción, que se puede resumir en cuatro puntos:
- Autoridades federales y locales no pudieron garantizarles condiciones adecuadas para realizar la prueba en su entidad.
- La Coordinación Nacional de Servicio Profesional Docente mantuvo una comunicación deficiente con las maestras y maestros; no sólo no les avisó con anticipación sobre el cambio de sede, sino tampoco tomó en cuenta el limitado acceso a internet que tienen las y los docentes de la entidad.
- Los maestros incurrieron en gastos considerables para poder presentarse en su evaluación; gastos que es muy poco probable que les sean reembolsados.
- El Estado no cuenta con un mecanismo de atención, seguimiento y resolución efectiva de las quejas para docentes que se encuentran desafiados por múltiples problemáticas que ponen en riesgo no sólo sus evaluaciones sino también su integridad física.
Para nosotros, ciudadanos conscientes de que una niña, niño o joven sólo podrá gozar de educación de calidad cuando la formación docente y los procesos de evaluación sean también de calidad, esta situación nos reafirma la necesidad de estar presentes para acompañar a nuestras maestras y maestros. Las situaciones antes descritas habrían pasado desapercibidas en un sistema que poco contempla las experiencias de las maestras y maestros que acuden a sus evaluaciones. Seguiremos exigiendo que los instrumentos y procesos de evaluación se perfeccionen así como la observación ciudadana.
Queda un fin de semana más de evaluaciones (9 y 10 de julio) y varias etapas donde hacen falta observadores, si quieres acompañar a los maestros, apúntate hoy en www.mexicanosprimero.org.
*Coordinador de Voluntariado y Voluntaria, Mexicanos Primero
@Mettze | @Mexicanos1o
www.mexicanosprimero.org | info@mexicanosprimero.org