¿Es bueno o malo que los niños y jóvenes vean mucha televisión o usen artilugios como iPads, tabletas y teléfonos inteligentes antes de los 19 años?
La respuesta en general es malo. Si los niños tienen dos años o menos la recomendación es que no tengan ninguna exposición a los medios electrónicos. Si los niños tienen más de dos años pero menos de 18 la exposición debe ser limitada en tiempo y supervisada en calidad. A partir de los 20 o 21 años de edad, el cerebro ya está maduro (inhibido cognitivamente) y “listo” (ya puede hacer análisis de costo-beneficio) para tomar sus propias decisiones.
Ya en 2011, en la primera impresión de mi libro “La cultura del aprendizaje: hogar y escuela del siglo XXI” (páginas 81 a 83 y 232 a 233) mencionaba yo la advertencia de la comunidad científica y de los reportes de organizaciones interesadas en la salud física y mental de los niños, por ejemplo, la Academia Americana de Pediatría (AAP), de limitar y supervisar el acceso y uso de los niños y jóvenes a los medios electrónicos.
Más recientemente, la comunidad científica y la AAP han continuado con sus investigaciones y sus conclusiones no solo son las mismas sino que se han reforzado: eliminar o limitar el acceso y uso de los niños a los medios electrónicos, incluyendo TV, artilugios y computadoras. Inclusive, la advertencia también va para los adultos (padres de familia de Estados Unidos, con niños de ocho o menos años de edad) que, según los reportes de investigación, pueden estar con los artilugios y medios un poco más 11 horas al día en sus tiempos libres (Universidad Northwestern, Centro de Medios y Desarrollo Humano (Parenting in the age of digital technology).
¿Qué daños potenciales ha descubierto la ciencia en el uso inadecuado o excesivo de estos artilugios? Dos organizaciones, una de Estados Unidos (Huffington Post: 10 reasons why handheld devices should be banned for children…) y otra de Canadá (Zone in: A research review regarding the impact of technology on child development…) han hecho una recolección con acceso amigable de diversos resultados de investigación y los resumen de la siguiente manera:
1. Déficit de atención y falta de autorregulación
2. Desarrollo más lento en habilidades de aprendizaje
3. Obesidad
4. Privación de horas de sueño
5. Diversas enfermedades mentales como depresión, desorden bipolar, ansiedad
6. Agresión
7. Demencia digital
8. Adicción a la tecnología
9. Radiación
10. Miopía
11. Sedentarismo
12. Aislamiento
La tecnología llegó para quedarse y es un excelente instrumento en buenas manos. La tecnología per se, es inocua, su uso o uso excesivo o inadecuado es lo que puede dañar el desarrollo natural del cerebro y la mente de los niños.
Dado que los niños entre 8 y 18 años de edad (Kaiser Family Foundation: Generation M2), pueden estar con los medios, principalmente los electrónicos entre 8 y 11 horas al día, un reporte de 2013 de la AAP (Children, adolescents, and the media) sugiere lo siguiente:
1. Cero exposición a los medios electrónicos entre los 0 y 2 años de edad
2. Limitar entre 1 y 2 horas al día el acceso a medios electrónicos para fines de entretenimiento
3. Mantener fuera de la habitación de los niños las televisiones y otros aparatos conectados a Internet
4. Monitorear lo que los niños acceden vía Internet, inclusive las redes sociales
5. Ver juntos, padres e hijos, la tele, los videos y las películas o series y discutir los valores familiares
6. Establecer “toques de queda” en el hogar para el uso de artilugios, por ejemplo, durante las comidas y las horas de sueño
7. Establecer reglas razonables pero firmes sobre el uso de teléfonos, Internet, medios sociales, texting, etc.
Como vemos, muchas cosas debemos hacer tanto padres de familia, adultos y autoridades educativas antes de regalar a diestra y siniestra las tabletas y otros artilugios y evitar a todas luces la negligencia digital hacia los niños y jóvenes.
La tecnología llegó para quedarse, pero el uso de la tecnología debe educarse.