La reciente implementación de los libros de texto de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), como parte de la reforma educativa del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ha desatado un intenso debate entre especialistas en educación, docentes y familias. Esta reforma, que introduce un modelo centrado en campos de conocimiento y busca otorgar mayor autonomía docente, trae consigo transformaciones profundas en el contenido y estructura de los materiales educativos, especialmente para la educación secundaria.
Un análisis del investigador Sebastián Plá, contenido en el informe La Educación en el sexenio 2018-2024: Miradas desde la investigación educativa -elaborado por el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE)-, destaca que los nuevos libros de texto reflejan un intento de reorganizar el conocimiento en áreas temáticas en lugar de disciplinas, además de prescindir de las tradicionales guías didácticas. Este enfoque, aunque innovador, plantea retos considerables para el sistema educativo mexicano, afirma.
Organización de contenidos y su impacto en el aula
Uno de los principios rectores de la NEM es la estructuración de los contenidos educativos en “campos de conocimiento”, lo que implica la fusión de disciplinas científicas en un solo espacio de aprendizaje. Según el investigador, el libro Saberes y conocimiento científico agrupa temas de matemáticas, biología, física y química, mientras que Ética, naturaleza y sociedades reúne historia, geografía y formación cívica y ética. Esta disposición, afirma Plá, intenta “eludir el conocimiento fragmentado que caracteriza a los programas centrados en disciplinas científicas” para adoptar un enfoque “holístico, integral”.
Sin embargo, este nuevo orden de los contenidos no siempre se refleja de manera clara en los materiales. Plá señala que los libros de Saberes y conocimiento científico para secundaria, aunque buscan integrar disciplinas, en realidad mantienen una estructura segmentada: “los tres libros de Saberes y conocimiento científico se dividen, según grado escolar, en matemáticas y biología, matemáticas y física, y matemáticas y química”, dice, lo que en su opinión, resulta en una contradicción entre el enfoque integral del plan de estudios y la práctica en el aula.
Polifonía de autores y falta de cohesión
Otro aspecto relevante de los libros de la NEM es el concepto de “polifonía” en la autoría, inspirada en la obra del teórico ruso Bajtín, lo cual implica que distintos autores contribuyan con sus voces al contenido de los libros. En principio, esta “autoría múltiple” busca aportar una diversidad de perspectivas, pero de acuerdo con Plá, ha resultado en materiales con problemas de cohesión. Explica que, en la práctica, “esto implica, de hecho, contenidos repetidos, falta de diálogo entre los diferentes textos que trabajan temas comunes, [y] desorganización de contenidos”. Como ejemplo de esta falta de cohesión, menciona que en algunos casos “se enseña la Edad Media antes que el Imperio romano sin explicar por qué la ruptura con la organización cronológica”.
Esta estructura fragmentada podría dificultar el aprendizaje de los estudiantes, especialmente en comunidades de alta vulnerabilidad, donde el libro de texto es la principal fuente de conocimientos. En opinión de Plá, la falta de coherencia de los materiales “se contrapone con los principios de justicia social que guían a la NEM”, ya que no considera las necesidades de aquellos que no tienen acceso a otros recursos educativos.
Eliminación de las estructuras didácticas y su efecto en la enseñanza
Además de la reorganización temática y la autoría múltiple, los libros de texto de la NEM han eliminado las guías didácticas, las cuales tradicionalmente orientaban a los docentes y estudiantes en el proceso de aprendizaje. Este cambio, afirma Plá, responde al objetivo de la NEM de “favorecer la autonomía docente y facilitar la implementación del método de proyectos”. Sin embargo, la ausencia de estas guías podría representar un obstáculo en contextos educativos donde los maestros dependen de un apoyo estructurado para planificar sus clases.
La falta de estructura didáctica reduce el rol de los libros como herramienta central de enseñanza y los convierte, sostiene Plá, en “básicamente […] un libro de consulta de contenidos”. Esto podría dejar a algunos docentes y estudiantes sin el soporte necesario para el aprendizaje autónomo, especialmente en aulas con carencias de materiales y otros recursos educativos.
Desafíos y críticas en torno a la implementación
Plá concluye que, aunque los nuevos libros de texto representan una transformación importante en la educación pública mexicana, existen múltiples desafíos en su implementación. La fragmentación de contenidos, la falta de cohesión y la eliminación de guías didácticas son aspectos que, en su opinión, podrían afectar la calidad educativa. A pesar de estas críticas, los libros de texto de la NEM se mantienen como una herramienta esencial en las aulas mexicanas, aunque con un rol cada vez “más controvertido” en su capacidad para satisfacer las demandas educativas de todos los estudiantes.
La reforma de los libros de texto de la NEM subraya la necesidad de considerar la estructura y el contexto de cada comunidad educativa en la creación de materiales, con el fin de cumplir el objetivo de justicia social en la educación en México, concluye Plá.