En estos momentos siguen animosos, sin entrar en pánico y realizando sus actividades cotidianas
Cuando uno está lejos del hogar, la manera en la que se perciben los sucesos cambia radicalmente. Las noticias sobre lo sucedido en Puebla por las emisiones del volcán Popocatépetl han despertado en mí muchas emociones, recuerdos y especialmente, un aprecio enorme y preocupación por quienes viven cerca, muy cerca de los volcanes. Tuve la fortuna de acercarme a los habitantes de Ozolco por una investigación que realicé durante mis estudios doctorales, mi asesora me habló sobre los migrantes de retorno del trayecto migratorio Ozolco-Filadelfia. Tuve la suerte de que ellas y ellos me compartieran sus experiencias para que posteriormente, las entretejiera con sus saberes.
A la distancia valoro mucho esas experiencias porque implicaron cambios en mi visión educadora e investigativa al tiempo que me fui sensibilizando y emocionando más con las diversas aproximaciones a la realidad social que he realizado desde entonces, porque también construyo saberes a partir de mis propias experiencias. Sin duda, para quienes se van a otro lugar dejando su comunidad de origen, sus familias, su cultura, las experiencias son mucho más complejas, y desde esas realidades se fortalecen y regresan a su lugar donde nacieron buscando compartir y concretar sus saberes en actividades de beneficio para ellos mismos, su familia y su comunidad. Así son los habitantes de Ozolco.
Muchos de ellos son hijos de familias que, desde antes de ser migrantes, ya habían incorporado a su subjetividad la migración, como parte de su experiencia familiar y comunitaria y que fueron creciendo dentro de una trama de relaciones intersubjetivas en las que la familia, los amigos y la comunidad fueron conformando su decisión particular en torno a la idea de migrar. A su regreso viven procesos de transformación económica por lo que han buscado diversificar sus actividades, después de haber transitado por realidades sociales de mucha incertidumbre.
San Mateo Ozolco es una comunidad situada a las faldas de los volcanes dentro del municipio de Calpan en Puebla, es de alta marginación y grado medio de rezago social, hay pocas fuentes de empleo y más de 1200 habitantes han migrado por las dificultades inherentes a las labores agrícolas en condiciones de temporal a las que están sujetas las familias. Por ser una comunidad indígena campesina, cada generación familiar participa de un modo diferente en la economía rural-campesina realizando diversos ajustes para lograrlo.
Es posible suponer que en esos ajustes entran con especial importancia los saberes experienciales que fueron construyendo, utilizando las redes que fueron conformando a lo largo de los años, reconstruyendo sus saberes de origen para seguir adelante: sembrando los campos, la crianza de ganado, realizar un proyecto productivo, reconocer el aporte de las mujeres como proveedoras de los hogares, proporcionar escolaridad a los miembros más jóvenes, gestar proyectos turísticos de rescate de sus tradiciones y costumbres entre algunos.
Las relaciones entre padres e hijos presentaron un proceso constructivo de negociación de significados y de saberes, especialmente en los relacionados a sus valores, a las tradiciones, a las costumbres: el náhuatl, en donde la identidad ha dado lugar a un universo de significados co-construidos relacionados con sus experiencias. Fue interesante descubrir que los modos tradicionales de herencia en cuanto a los saberes, se presentan hibridados con los saberes producto de sus experiencias en Filadelfia y que ahora los comparten en diversos espacios, en una historia y un presente común.
En este momento y a pesar de lo que implica la situación natural que les rodea, siguen animosos, sin entrar en pánico y realizando sus actividades cotidianas. En mis mensajes les transmito mi preocupación sobre lo que pasa, pero ellos se mantienen optimistas respecto a la actividad de su volcán:
-Hola maestra; pues truena, saca lava y ceniza, sí ha estado tronando mucho pero no pasa de ahí, pero no le hacemos caso, nada de preocuparse.
-Hola, buenos días. Pues si está cayendo mucha ceniza y rezumba mucho, pero todo bien.
-Hola, estamos bien. Sí maestra, está muy activo, tal vez haga erupción, no lo sabemos, estamos bien hasta el momento, pero sí, algo preocupa.
-Hola maestra, es un día normal en Ozolco, con mucha ceniza del Popocatépetl, pero todo mundo está acostumbrado a esto.
Y siguen con su día a día, con la fortaleza y la certidumbre que todo estará bien, comercializado el maíz azul, realizando artesanía con los diferentes maíces de la región, en la heladería Coyotitla, el restaurante Milli y con la apícola Zihuatlán, impulsando acciones productivas y turísticas relacionadas con su comunidad, lo que les permite ir proyectando una visión de horizonte de futuro, apoyados en sus saberes experienciales que fueron construyendo desde su origen y en los diversos momentos de su migración y que ahora, se siguen gestando por la continua actividad del volcán.
Por lo pronto el CENAPRED, en su boletín oficial del 23 de mayo y dentro del semáforo de Alerta Volcánica Fase Tres, informa que los escenarios previstos para esta fase son:
1. Posibilidad de actividad explosiva importante de actividad creciente que lanza fragmentos a distancia considerable.
2. Lluvias de ceniza notorias sobre poblaciones y ciudades.
3. Posibilidades de flujos piroclásticos y flujo de lodo de mayor volumen y alcance, pero sin llegar a poblaciones habitadas.
4. Crecimiento importante de domos y posibilidades de expulsión de magma.
Esta situación genera enfrentar ciertas problemáticas, pero estas no serán comparables con quienes viven cerca o en las faldas del volcán, por lo que en verdad deseo, que tanto los pobladores de Ozolco como los de todas las comunidades cercanas, estén bien.
Referencias
https://www.cenapred.unam.mx/reportesVolcanGobMX/Procesos?tipoProceso=detallesUltimoReporteVolcan