Elba Esther Gordillo está libre porque no fue la justicia quien la persiguió estos cinco años, sino la política. Hace ya tiempo que las acusaciones penales en su contra eran insostenibles, pero permanecían las razones del poder. A partir de ahora, ni unas ni otras le atan las manos. Está libre para regresar por sus fueros.
Antes de que la detuvieran, la profesora Gordillo gozaba básicamente de cinco fueros extraordinarios. La pregunta principal del momento es si será capaz de recuperarlos: ¿La alianza que hizo con Andrés Manuel López Obrador, desde febrero del año pasado, le servirá para rescatarlo todo?
Los cinco fueros son: 1) control sobre la organización social más grande y poderosa de América Latina, el SNTE, que cuenta con más de un millón 600 mil aliados; 2) control sobre la inmensa tesorería de esa misma organización; 3) control sobre una amplia red de maestros dispuestos a operar electoralmente a nivel local y nacional (la cual ha causado daños mayores a la democracia mexicana); 4) control sobre la política educativa y; 5) control sobre una buena parte del presupuesto educativo que es el más robusto en la administración pública.
Un lustro en prisión, una salud física mermada y dolores privados intensos, son argumentos sucientes como para suponer que la maestra pudiera preferir un regreso a la vida íntima y un retiro tan digno como pacífico. Sin embargo, la manera y sobre todo la fecha de su liberación llevan a suponer otros escenarios. Con el gran talento histriónico que la ha caracterizado toda su vida, la profesora logró hacer coincidir la absolución de sus pecados judiciales con la entrega de la constancia al próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Hay quien asegura que detrás de esta coincidencia podría estar Enrique Peña Nieto, quien quiso arruinarle la esta a su sucesor; también hay quienes dicen que fue Andrés Manuel López Obrador el que influyó para que liberaran a la profesora.
Habría una tercera explicación más simple, y por tanto más creíble: instruido por su cliente, el abogado de Elba Esther Gordillo operó con el magistrado para que hiciera coincidir las fechas con el único propósito de generar un efecto mediático de amplias proporciones. Y lo logró porque, desde ayer, el tema nos tiene a todo el mundo especulando.
Tanto ruido ha provocado la coincidencia que la asunción de AMLO al grado de presidente electo pasó a segundo plano. El cálculo político de Elba Esther no parece coherente con el que haría una mujer que está dispuesta a retirarse del poder, sino con la profesora de siempre —la estratega política que sorprende— y que tendría energía y ánimo para regresar por sus fueros. En otras palabras, si el dilema de ella está entre el retiro y el regreso, la manera como escenificó su liberación tiene más relación con lo segundo que con lo primero.
Los observadores no habremos de esperar demasiado para resolver nuestras dudas. Si en el futuro gabinete de AMLO, concretamente en la Secretaría de Educación, hay personas próximas a la profesora, entonces el acuerdo político va más allá de su liberación. Pero aún más importante, si Juan Díaz deja de ser cabeza del SNTE, y alguien próximo a la maestra ocupa su lugar, la profesora habrá logrado reencarnar una vez más.
ZOOM: ¿Será Elba Esther Gordillo fundadora de la Cuarta Transformación? Hay que decir que tiene amplia experiencia en esa materia; según su currículo participó antes en la transformación salinista, luego en la foxista y también en la calderonista. A la mejor y por su conocimiento en la materia la vuelven a contratar.