Ante el cambio de la titular en la Secretaría de Educación Pública que tanta atención ha merecido en los medios de comunicación, es necesario reflexionar en aquellas situaciones y desafíos que hay que atender, dado que en el centro de la atención no deberían estar estos cambios políticos, especialmente en este inicio del ciclo escolar 2022-2023, donde lo más importante debería ser, la educación de las niñas, niños y adolescentes en México.
A más de un año de que se iniciara el proceso de construcción del Marco Curricular, el Plan y 15 Programas de Estudio, aún no está disponible la última versión, a pesar de que ya fue presentado oficialmente. En la versión disponible (documento de trabajo), se plantea una población de educación básica diversa, pluricultural, plurilingüe, con distintas características, condiciones, necesidades, capacidades, intereses, contextos e intereses, donde se pretende que las niñas, niños y adolescentes desarrollen autonomía y pensamiento crítico con mayor apego e interés por su familia y con las personas con quienes conviven y comparten su vida , a partir de una educación no constreñida al aula, ya que pone al centro a la comunidad a través de un currículo integrador, intercultural, con igualdad de género, dentro de una educación para ser y vivir mejor a través de una formación para toda la vida.
Más allá de los fines políticos que ha implicado el cambio en la Secretaría de Educación, del cual se ha hablado de manera insistente; se ha observado fragmentación y escasa comunicación en cuanto a las estrategias derivadas para la implementación de esta propuesta curricular; si bien se comentó de un piloteo que iniciará en octubre en escuelas de preescolar, primaria y secundaria del país, la incertidumbre sobre su concreción sigue presente, lo que dificulta la gestión institucional de la escolarización en todo el país.
Si bien, se lee que parte de una recuperación de la voz y experiencia de las y los docentes esto es relativo, porque muchos de ellos apenas estarán conociendo la propuesta en este ciclo escolar; no ha existido una fase de difusión y sensibilización para que ellos se conviertan en uno de los principales aliados para transformar los procesos educativos, tanto en las aulas como en las escuelas, especialmente cuando está basado en sus experiencias y saberes profesionales para enriquecer los proyectos, para que los interpreten , adecuen y experimenten a través de prácticas en permanente retroalimentación que logre dar un giro a la enseñanza que durante décadas se ha realizado basada en contenidos, rígida, anclada en lo disciplinar y desconectada de la realidad existente en el entorno en donde los alumnos desarrollan su vida cotidiana.
Sin duda, hay experiencias recabadas de buenas prácticas dentro del magisterio nacional, pero estas no son reconocidas, ni valoradas y dado que proceden de la puesta en marcha de anteriores reformas u otros referentes (como comunidades de aprendizaje) no se toman en cuenta. Uno de los mayores desafíos implica, social y culturalmente, reconocer que las maestras y los maestros son profesionales de la educación y que sus saberes y experiencias les hacen acreedores a tomar las mejores decisiones fundamentadas para innovar los procesos.
Otro de los desafíos lo constituye la evaluación, porque se propone avanzar hacia la evaluación formativa, lo cual, desde mi punto de vista, es lo recomendable; sin embargo, estos cambios generarán una diversidad de problemas porque el sistema educativo siempre ha estado regido por calificaciones y exámenes. En esta propuesta, se habla de avanzar hacia la evaluación formativa, basada en la retroalimentación, la auto reflexión, a partir de mecanismos informales y del trabajo colaborativo, para lo que se requiere de seguimiento y acompañamiento pedagógico para transformar las prácticas evaluativas hasta ahora vigentes.
También implica desburocratizar, democratizar y transformar el sistema educativo en los niveles messo y macro, donde las decisiones autoritarias y verticales siguen prevaleciendo, donde siempre la autoridad tiene la última palabra, muchas veces por desconocimiento, aunque también en otros casos, por abuso de poder. Es necesario señalar e insistir, que cultural y socialmente las escuelas tienen para la sociedad mexicana una manera de ser y hacer por lo que intentarla cambiar, será todo un reto.
Así también, reconstruir el circuito vida-escuela-comunidad para una sociedad global requiere cambiar, tal y como lo he señalado, la percepción de lo que se espera que la escuela realice y pueda realizar, donde las calificaciones no sean el eje central, porque este planteamiento responde a una idea de integración curricular no solo de articulación entre los subsistemas educativos, sino también de la vinculación entre “diálogos” (con los campos formativos: lenguajes; saberes y pensamiento científico; ética, naturaleza y sociedad y de lo humano a lo comunitario) de cada fase, que permita una planeación y evaluación más flexible de manera interdisciplinaria y transversal.
Se busca concretar un espacio curricular a partir de situaciones problemáticas para desarrollar saberes y su construcción desde la realidad-problema-abordaje disciplinario, acorde con las realidades del mundo en un horizonte a mediano plazo a partir de siete ejes articuladores y de los campos formativos, lo que implica concebir un currículo flexible, dinámico y situado como una construcción social e histórica donde se reconozca la diversidad de saberes.
Aunque en esta propuesta, se señala al magisterio como el principal mediador y reconoce la libertad académica de las maestras y los maestros, sigue pendiente el reconocimiento justo de los derechos profesionales del magisterio, porque la docencia se realiza con un gran margen de incertidumbre ante cada situación que se les presenta en el desarrollo de su ejercicio profesional y que les demanda respuestas diversas y exigentes.
Si bien, en la construcción de este marco curricular se perciben sesgos ideológicos, es importante reconocer que sí hay desafíos pedagógicos que enfrentar. En el transcurso de este ciclo escolar se realizará la prueba piloto en algunas escuelas con énfasis en el codiseño, formación de maestros y con los alumnos; se espera además que se fortalezca la formación continua, se revalore ahora sí al magisterio y se sensibilice a la sociedad mexicana sobre la importancia de contribuir con la educación pública, lejos de coyunturas y vaivenes político-electorales donde lamentablemente, muchas veces se inserta a la educación.
Referencias
SEP 2022. Retos de la docencia ante el marco curricular
https://www.sep.gob.mx/marcocurricular/