Hablando de la evaluación docente, algunos opinan que “ante lo que había antes, cualquier cosa es mejor, porque lo que no se evalúa no puede mejorar, yo digo que no, porque lo que se evalúa mal, seguro va a empeorar“, afirmó enfático Manuel Gil Antón, investigador de El Colegio de México (Colmex).
Gil Antón impartió la conferencia ¿La reforma ¿educativa? en México; límites, alcances y retos, charla auspiciada por la Asociación de Académicos Daniel Cosío Villegas, en las instalaciones de El Colmex.
El Director Académico de Educación Futura, se ha destacado por ser uno de los críticos más fuertes de la reforma educativa, a la cual define como una reforma administrativa, pues carece de un elemento indispensable: un modelo educativo.
“Estamos ante una reforma que concibió a la evaluación como un fetiche, que le puso un prisa impresionante y la está haciendo trivial”.
Para Manuel Gil, la reforma “tiene como base la desconfianza absoluta del profesorado, se hizo a toda prisa, hay que desconfiar de todos, ergo no se pudo llegar a un nivel, no digo de sección sindical o de zona escolar, sino a un nivel mas cercano a la practica docente, donde hay comisiones dictaminadoras”.
Si bien el especialista en educación, reconoce las dificultades de una evaluación entre pares, considera que sería lo más adecuado.
“La reforma quiere profesionalizar desde arriba y no considera pares, a los profesores, los considera nones, porque no participan”.
El panorama, desde la perspectiva de Manuel Gil, no es nada halagador, se pregunta ¿qué va a hacer el país ante el déficit de profesores en zonas marginadas, que se presentará dentro de unos años, según estudios del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE)?
El académico considera que el hecho que el 40% de egresados de las normales sean no aptos para el servicio docente, “no podemos aceptarlo como una evaluación del magisterio”. Y criticó el papel de los exámenes:
“PISA se convirtió en curriculum mundial, Enlace en el curriculum de los mexicanos, los exámenes se convertirán en el curriculum de las normales, por lo que podrían no reformarse y entonces formar respondedores de exámenes”.
Desde su trato con docentes, Manuel Gil percibe angustia por la evaluación “porque depende de eso conservar chamba”. Ante las críticas al contenido y a la redacción de las evaluaciones, añade irónico que las y los profesores al resolver el examen deben “tratar de adivinar lo que el INEE o Piaget responderían”.
“La reforma educativa debería comprender que los profesores de educación básica son los mas imporantes para el sistema, porque son los que, en realidad, enseñan a los mexicanos”.
Rezago escolar
Durante la conferencia ¿La reforma ¿educativa? en México; límites, alcances y retos, Manuel Gil llamó la atención de uno de los mayores problemas del sistema educativo: el rezago escolar, que padecen casi 32 millones de personas, en el rango de edad de 15 a 64 años, el equivalente al 43%, de esa población.
Mientras mayor es el rezago, mayores son los índices de pobreza: 5.4 millones de personas analfabetas se encuentran en la indigencia; 10.1 millones sin primaria, en la pobreza extrema; y 16.4 millones sin secundaria, en la pobreza.
Pero no solo se trata de un problema de acceso a la educación, señala Gil, después de 12 años escolaridad, 60% no sabe leer y escribir más allá de lo suficiente, por lo que “aprender a leer y escribir, como se debe, es un volado”.
Otro dato alarmante, es que, cada año, un millón de estudiantes, de entre 6 y 17 años dejan la escuela, cada día del ciclo escolar –con un total de 200 días– 5 mil niños y jóvenes se van de la escuela.
Manuel Gil finalizó su intervención lamentando que en México “origen sea, tan radicalmente, destino y que valga más tener conocidos que conocimientos”.
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