Lo importante, lo verdaderamente importante de estos cinco días intensos,
era el contagio de un espíritu, de una energía, de un entusiasmo: el reencuentro
con el sentido de nuestra vocación, la comprensión de que nuestro conocimiento
especializado debe ir vinculado con un compromiso personal por mejorar la educación
del país, conocimiento que sea también impulso generoso al servicio de los demás, que
sea a la vez inteligencia y corazón”
Pablo Latapí Sarre, 2007
Se está llevando a cabo en Puebla, el XVI Congreso Nacional de Investigación Educativa, (COMIE), que debiera de trascender los espacios virtuales y no virtuales para ubicarse como una parte de la Agenda Nacional Educativa. Espero que sea así y que la brecha que ha existido entre los resultados de investigación y las decisiones de política pública en materia educativa en nuestro país, disminuya.
Entre un centenar de investigaciones participo con resultados de investigación en este Congreso, dentro de la temática “Multiculturalismo, interculturalidad y educación”, donde dialogamos sobre saberes indígenas y campesinos, epistemologías indígenas y diálogos de saberes en educación intercultural, en un momento donde es primordial visibilizar los procesos que implican las migraciones internacionales en nuestra región y su repercusión en los espacios educativos.
De manera general, en los espacios migrantes se hacen visibles situaciones cotidianas caracterizadas por el encuentro y/ o el desencuentro intercultural, de tal manera que la clase social, el género y la edad, además de las pertenencias nacionales y étnicas están caracterizadas casi siempre, por la emergencia del conflicto.
Las migraciones internacionales pueden provocar una mayor visibilidad del desencuentro, de ahí que uno de mis propósitos de vida, es sensibilizar y concientizar provocando de manera permanente el encuentro intercultural; acrecentando el conocimiento teórico y empírico con respecto a la migración.
Recrear las relaciones de la vida diaria través de narrativas, me permitió en mi investigación identificar ciertos momentos disruptivos durante su trayecto migratorio, donde los migrantes construyeron saberes experienciales, en donde no solamente se muestra la existencia de la diversidad cultural, sino también un proceso de hibridación de saberes de aquí y de allá y el encuentro entre ellos.
Por lo tanto, resulta fundamental, tanto en los espacios escolares formales y en los educativos no formales, tener en cuenta que las características de los procesos migratorios no están determinadas exclusivamente por las personas migrantes en sí, sino más bien por las distintas modalidades que adquieren los mencionados procesos.
En este sentido fue como a partir de mi investigación doy a conocer las formas en que se construyen los saberes y sus consecuencias en las vidas de diversos migrantes de retorno. En mi intervención en el Congreso, muestro cómo se entrelazan sus saberes experienciales en la construcción de un habitus migrante, en la comunidad indígena campesina de San Mateo Ozolco.
Algunas veces, en el transcurso de mi investigación doctoral me cuestionaron la escasa pertinencia del tema relacionado con lo educativo; sin embargo, el tiempo me ha dado la razón, ya que se vuelve imprescindible saber lo que sucede en las comunidades educativas, cuando su vida cotidiana está atravesada por los procesos migratorios.
Inicialmente es necesario desarrollar una sensibilidad que les permita a los miembros de la comunidad educativa comprender lo complejo que puede resultar para los niños, niñas y adolescentes migrantes llegar e integrarse en ese nuevo espacio social y no porque su cultura sea otra, sino porque el proceso migratorio en sí puede acarrear un sin número de problemáticas, por lo que resulta fundamental conocer las trayectorias de las familias migrantes y elaborar estrategias que faciliten la inclusión de las niñas, niños y adolescentes migrantes en los espacios educativos.
Además de lo anterior, el tema de los saberes es necesario destacarlo, ante la escasa valoración que se les da siendo que su importancia es nodal, especialmente cuando la inteligencia cultural de las personas en las comunidades permite aumentar los aprendizajes de nuestros alumnos y alumnas y mejorar la convivencia en las aulas, los centros educativos y en la relación de estos con la comunidad.
Si sólo valoramos los conocimientos escolarizados de las personas que se relacionan con el alumnado, estamos desaprovechando muchos recursos que son muy útiles para conectar con la diversidad actual. Si miramos a la comunidad desde el concepto tradicional de inteligencia que se limita a reconocer sólo las habilidades y conocimientos que se adquieren en los procesos escolarizados, estamos segregando a un buen número de personas como los migrantes, que disponen de otros saberes culturales que son imprescindibles para el aprendizaje (Aubert y otros,2010).
Es necesario destacar que los espacios en los que cotidianamente tienen lugar los encuentros/ o desencuentros interculturales, excede a la presencia de personas que son o han sido migrantes, pues todas las personas poseemos pertenencias étnicas y culturales o experiencias de vida, saberes, valores y trayectorias múltiples y diversas (Clivati Capelo, 2003).
De ahí el necesario reconocimiento de lo intercultural en la educación, especialmente cuando la comprensión del conocimiento especializado debe ir vinculado con un compromiso personal por mejorar la educación del país, que muchos de mis colegas y amigos que participan en este Congreso, lo tienen no sólo en la inteligencia, también en el corazón.
Referencias
Aubert, A. Flecha, A. García, C, Flecha, R y Racionero,S ( 2010) Aprendizaje Dialogico en la Sociedad de la Información. Hipatia
Clivati Capelo, M. R. 2003 “Diversidade sociocultural na escola e a dialéctica da exclusão/ inclusão” En: Diversidade, cultura e educação. Olhares Cruzados (Gusmão, N. M., org.), Editora Biruta.
Latapí S, P. (2007) Conferencia de clausura del IX Congreso Nacional de Investigación Educativa, Mérida, Yucatán, 5-9 de noviembre de 2007.