Sofía Gutiérrez Larios*
La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades. Así lo define la OMS (Organización Mundial de la Salud) desde 1948. Y hoy, el COVID-19 afecta las tres esferas.
El bienestar mental es uno de los más afectados. La mayoría de la población vive la angustia por el presente y lo que vendrá en el futuro.
El CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) declara que algunas de las manifestaciones de estrés más frecuentes por la pandemia son: cambios en los patrones de sueño o alimentación; dificultades para dormir o concentrarse; agravamiento de problemas de salud crónicos; y mayor consumo de alcohol, tabaco u otras drogas.
Ante esto, la OMS recomienda que la primera medida es creer únicamente en información verificada, y evitar rumores. Asimismo, limitar el tiempo de revisión de noticias. En su lugar, se sugiere “salir del mundo de las ideas”.
Para ello, el mejor antídoto es la interacción social, porque activa conductas estimulantes y relajantes a la vez. Así lo reveló el Dr. Stephen Porges, en su teoría polivagal. En otras palabras, el socializar nos dinamiza y tranquiliza al mismo tiempo.
Sin embargo, recordemos que debemos recurrir a vías virtuales. Y además, la OMS sugiere que incluso el comunicarnos con nuestros seres queridos se realice con moderación, para no generar agobio.
Para escapar de las ansias mentales, la misma OMS recomienda el ejercicio en casa, los juegos de mesa, el dibujo, la pintura, la escritura, la danza, la música, la meditación o la cocina. ¡Es momento de intentar todo aquello para lo que no había tiempo! ¡Momento de descubrir más nuestros verdaderos gustos!
Y sí, el tono optimista debe mantenerse, pues una actitud contraria en nada contribuye. De manera textual, cito lo señalado para este tiempo por Julia Machado Salazar y Laura Romero Angarita, especialistas en psiquiatría:
“Tome el silencio y la pausa como una oportunidad para sanar heridas internas o resolver asuntos pendientes. Evite discusiones innecesarias o controversias por asuntos políticos, religiosos o médicos. Dedique su atención únicamente a las actividades que lo hagan sentir bien.”
Para terminar, es oportunidad de cuestionarnos qué tanta atención dedicamos a nuestro bienestar mental. En tiempos normales, una persona se suicida cada 40 segundos en el mundo. Al menos 4% de la población sufre de depresión, y dicha dolencia ha incrementado un 18% en la última década (OMS, 2019).
Son sólo algunas cifras de alarma, pero que indican la importancia de las emociones. Que vale la pena recordar que la salud no se limita a la ausencia de enfermedades, sino que es un completo estado de bienestar. Y para lograrlo, nosotros podemos construirlo a partir de nuestra mente. Mente sana y optimista, que con esfuerzos, todos podemos alcanzar gradualmente.
*Docente de primaria pública en Colima. Licenciada en Educación Primaria por el Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima (ISENCO). sofiglarios@hotmail.com