Carlos Ornelas
No es a la maestra Delfina a quien hay que convencer. El presidente Andrés Manuel López Obrador tomó la decisión de cerrar el Programa Escuelas de Tiempo Completo. Con todo, los legisladores de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de Morena, Verde y del Partido del Trabajo se pronunciaron por la defensa del PETC. Los de la oposición ya lo había hecho.
¡Qué bien que se sumen a las voces de maestros, padres de familia, académicos, periodistas y organizaciones de la sociedad civil que protestaron contra el finiquito de las escuelas de tiempo completo! Pero se equivocan de blanco. La diputada Flora Tania Cruz Santos (Morena), presidenta de la Comisión de Educación aseguró:
“Nosotros ya tenemos una postura fijada como Comisión de Educación, lo manifestamos en nuestra última reunión ordinaria y toda la comisión se pronunció a favor de este programa y de hablar con la secretaria de Educación, Delfina Gómez, para encontrar el cómo sí” (Aristegui Noticias, 21/03/22).
Dijo más cosas en el nombre de los 40 diputados de dicha comisión. Por ejemplo, solicitó que junto con la maestra Delfina concurra el secretario de Hacienda para pedirle fondos, o que se destinen a educación los que no se utilicen en otros programas. También refirió las ventajas de las escuelas de tiempo completo, defendió el derecho a la educación de los niños y apuntó que no deben cancelarse los beneficios que arrojó el PETC.
A fe mía que los diputados pecan de candor. No entiendo porqué quieren convencer a la secretaria de Educación Pública y al secretario de Hacienda de que cambien de opinión. Ellos no cuentan, o tal vez sí, pero muy poco. Fue el presidente López Obrador quien tomó la decisión y, como se sabe, él no tiene reversa. De cualquier manera, ya dijo que, si los papás de los niños quieren, pueden usar hasta cinco mil millones de los fondos del programa La Escuela es Nuestra para mantener a sus escuelas en el horario extenso.
También se sabe que en 14 entidades federales los gobernantes decidieron aportar recursos propios al programa. Pero aún juntándolos con los de la Escuela es Nuestra, son insuficientes para sostener a esas escuelas. Ya que el gobierno federal les bajó presupuesto a partir de 2019; quizá no pensaba cerrarlas, nada más extenuarlas, derrotarlas por cansancio. Pero el tiempo se le vino encima.
Atención. No juzgo que los diputados de la Comisión de Educación sean falsarios. Saben del valor del PETC, de los beneficios para los alumnos y las familias y también de los votos que pueden acarrear. Lo que me parece ingenuo es que se dirijan a los tripulantes, no al capitán de la nave. Por allí no llegarán a ninguna parte; ni importa lo justo de la demanda, pelean contra la decisión del jefe.
Cavilo que es posible que el presidente instruya a su obediente subordinada que cambié las reglas de operación de la Escuela es Nuestra que apenas publicó el 28 de febrero. Éstas afirman que los fondos de ese programa son para rehabilitación y mantenimiento de planteles, no para alimentos ni complemento de salarios a los docentes. Pero el presidente dijo que sí.
Y, ya entrados en la especulación, a lo mejor los diputados no son cándidos, sino temerosos. No quieren hacer enojar al presidente; saben que desde la campaña se pronunció contra el PETC y toda la reforma educativa del gobierno de Peña Nieto. La maestra Delfina fue la mensajera, nada más.
Retazos
La Dirección General de Materiales Educativos de la SEP informa que, al concluir la séptima semana de las asambleas de análisis del plan y programas de estudio para el diseño de los Libros de Texto Gratuitos de la Educación Básica, 391 mil 356 integrantes del sector ofrecieron opiniones y propuestas.
La burocracia tiene el resto del sexenio para procesar tanta participación.