Rocío Acosta*
Recuerdo que en el mes de mayo, en la escuela normal donde laboro, algunos trabajadores estuvimos atentos para conocer la respuesta salarial al año 2017, esperando con mucha fe tener el incremento salarial que finalmente dignificaría, al menos económicamente, la profesión docente, pero lamentablemente no fue así, y decepcionados una vez más, nos dimos cuenta del poco trabajo que sigue haciendo el SNTE para defender nuestros derechos. No obstante, mi curiosidad me llevó a seguir indagando en el mismo documento, “Negociación Salarial Única 2017”, hasta que algo llamó mi atención, el apartado: “Docentes de educación básica programas nacionales”, que mencionaba la “Creación de plazas para la enseñanza de inglés en escuelas normales”; estrategia nacional que el pasado 11 de julio, Aurelio Nuño Mayer, titular de la SEP, dio a conocer con el objetivo de que, en 20 años, el Sistema Educativo Mexicano sea bilingüe. Esto propició que vinieran a mi mente demasiadas preguntas: ¿por qué no crear también plazas para Escuelas Normales en México puesto que aún hacen falta éstas para impartir asignaturas de la malla curricular del Plan de Estudios 2012?, ¿de dónde se obtendría el recurso y realmente para qué se utilizaría? Si no hubo recurso para asignar las plazas definitivas a los ATP, ¿por qué ahora sí habría para estas contrataciones?, ¿qué características laborales tendrían dichas plazas?, ¿habrá alguna negociación o compromiso de la SEP hacia el SNTE? Pero, la más importante: ¿cuál sería el proceso para ingresar a las escuelas normales?
Interesantes preguntas pero, para dilucidar sus respuestas, le invito a que vayamos poco a poco desmenuzando la convocatoria que fue publicada el día 31 de agosto, para concursar por una plaza de “formador de inglés C”, la cual remite a tres importantes documentos legales que, según sustentan, la pertinencia de ofertar dichas plazas.
Esta plaza, la de formador de inglés C, fue atractiva para muchos, dado que su sueldo mensual, $27,548.68, al menos en el estado de Morelos donde se ofertaron 5 plazas, causó revuelo. Imagínese las que se ofertaron en Tabasco cuyo sueldo es de $33,449.54. No obstante esta primera emoción y algarabía de ciertas autoridades educativas, en los docentes normalistas, tal propuesta no fue bien aceptada, puesto que consideraron que existe una incongruencia en el sueldo que la convocatoria establece con lo que estipula el Convenio para la Homologación Académica y Nivelación Salarial del subsistema de educación normal con el Instituto Politécnico Nacional, firmado el 26 de noviembre de 1982, mismo que hasta la fecha, no se ha revisado ni por la SEP ni el SNTE nacional, tal y como se reglamentó y firmó por las instancias referidas, y por el cual, aún se sigue cobrando un sueldo menor del que perciben algunas IES, como la UNAM y el Politécnico e, incluso, menor al de educación básica, ya que los profesores de las escuelas normales, no cuentan con el programa de carrera magisterial u otro que les permita incrementar sus percepciones quincenales como sucedió, repito, en educación básica.
Por lo que respecta a los requisitos académicos que se solicitan en las bases de la convocatoria, tengo ciertas dudas, que me hacen pensar que las plazas ya tienen nombre o tienen ciertos “compromisos” políticos ¿Por qué lo digo? Porque esta convocatoria, no permite la participación de docentes de inglés que ya laboran en las escuelas normales con pocas horas y que pudieran incrementarlas como se haría normalmente en educación secundaria, es decir, que las autoridades educativas, desconocen o se hacen de la vista gorda, que docentes de escuelas normales se encuentran laborando en las mismas debidamente certificados por la Universidad de Cambridge, y que fueron profesionalizados
en dicho idioma con el propio recurso federal asignado a través de la DGESPE, y que también, cumplen con toda la experiencia académica. En este sentido es menester afirmar, que ni Nuño ni Díaz de la Torre conocen a las escuelas normales, a los trabajadores y, mucho menos, las cargas horarias de cada uno de éstos. Por ejemplo, en una escuela normal, se cuenta con maestros de inglés para impartir las 24 o36 horas establecidas en un semestre, entonces si asignan a un maestro de inglés a dicha normal, ¿qué estarán haciendo éstos si ya están siendo atendidas las horas en los grupos?, ¿realizarán otras actividades que no corresponden al presupuesto de la plaza de más de 23 mil pesos? A eso yo le llamaría: desvío de recursos.
Analizar estos documentos me permitió hacerme otra pregunta: ¿por qué el SNTE negoció plazas de educación básica para atender la asignatura de inglés en las escuelas normales cuando pudo negociar la creación de plazas para estas mismas escuelas y para la misma asignatura? Simple, porque a partir de esta propuesta, pueden “mangonear” las plazas y a sus titulares, ya que las plazas ”formadores de inglés C”, serán de educación básica y no de educación superior, y éstas se otorgarán mediante una evaluación, tal y como lo establece la Ley General del Servicio Profesional Docente, dado que por su naturaleza, no pueden pertenecer al techo financiero de las escuelas normales como lo establece el Convenio y Reglamento Interior de Trabajo del Personal Académico del subsistema de educación normal de la SEP, para su ingreso y promoción, dado que el proceso que se sigue para otorgar plazas de nivel superior, es muy diferente al referido.
De esta forma, es que considero que éstas serán plazas de inglés comisionadas dentro de cada una de las escuelas normales del país, las cuales estarán excluidas de todos los derechos que tienen, conforme al modelo 4 – que se desprende del acuerdo de conciliación de febrero de 2014 – los maestros normalistas; y es que se supone que desde la entrada en vigor de la Ley del Servicio Profesional Docente, las plazas comisionadas debieron ubicarse en sus centros escolares correspondientes, y ahora con estas nuevas asignaciones, ellos mismos, Nuño y compañía, están violentando la ley, en primera, porque no estarán dentro de una Institución de educación básica y, en segunda, porque estarán exentas de la evaluación de permanencia a la que muchos maestros se les obligó a presentar desde la implementación de la mal llamada: reforma educativa.