Patricia Vázquez del Mercado *
El libro recientemente publicado “Una calamidad educativa. Aprendizaje y enseñanza durante la pandemia de COVID-19” editado y coordinado por Fernando Reimers, Uche Amaechi, Alysha Banerji y Margaret Wang, todos, de la Universidad de Harvard, reúne investigaciones y colaboraciones de estudiantes de la Escuela de Graduados de Educación.
Durante el segundo semestre del 2020 se llevaron a cabo conversaciones con distintos actores y tomadores de decisiones de Belice, Costa Rica, Guatemala, Kenia, Quintana Roo, Sinaloa, Sudáfrica, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos, con el objetivo de reflexionar, valorar y aprender sobre los esfuerzos que se habían y han emprendido en los países con motivo del impacto del COVID-19 en los sistemas educativos y en las vidas de las y los maestros, estudiantes, familias y cuidadores.
El texto es un llamado de reflexión y propuesta a esa educación en emergencia, donde los procesos de aprendizaje han sido fuertemente impactados a nivel local ante un fenómeno inesperado. Si bien se han puesto en marcha esfuerzos extraordinarios, el texto comparte las distintas reacciones y soluciones globales. Estrategias que han ido desde la impresión de materiales didácticos para poblaciones vulnerables, el uso de medios tradicionales de comunicación como la radio y la televisión, hasta el involucramiento del sector privado. Cada país ha abordado la atención educativa con base en sus capacidades locales que son igualmente visibles según los casos expuestos por los autores.
La pandemia trajo una adversidad sin precedentes a más de 168 millones de estudiantes en el mundo, según los datos de la UNICEF. Y, la mayoría de los países llevan ya un año de cierre escolar, con enormes esfuerzos, algunos de ellos con avances, otros con importantes retrocesos.
El libro, reúne profundas investigaciones y una amplia bibligrafía que merece una lectura profunda pues logra extrapolar experiencias de otras afectaciones de salud como el ébola. Vale la pena destacar la formación prioritaria de docentes y la participación de la sociedad civil como el caso que exponen los autores de Bangladesh y Guatemala. La instrucción en línea para estudiantes es abordada de manera detallada por el caso de estudio de Belice. Un tema que ha sobresalido excepcionalmente ha sido el caso del análisis de salud mental y bienestar en Costa Rica y Richardson en Texas.
Un tema fundamental que ha sido poco abordado en las conversaciones educativas es la atención a las personas con alguna discapacidad. Los autores del capítulo sobre Dubái en Emiratos Árabes Unidos visibilizan a una población que de por sí requiere políticas educativas específicas pero que resalta su análisis en la oferta educativa en tiempos de pandemia.
Los capítulos restantes detallan dos aspectos de orden pedagógico y administrativo. El capítulo sobre las políticas educativas y procesos administrativos de Sinaloa y Quintana Roo, México, en los que respectivamente exponen las conversaciones con las y los tomadores de decisiones de esas entidades, el análisis de datos y el uso de las recomendaciones para el diseño de sus programas para la recuperación de aprendizajes. Vale la pena destacar la reflexión sobre la urgencia de modificar la normativa que puede promover afectaciones a los indicadores educativos. Tal es la reflexión sobre las decisiones cotidianas de las y los docentes, que incentivan vía algunas decisiones burocrácticas, el abandono escolar.
Adicionalmente, la apuesta por una reconstrucción de currículo de Sudáfrica que hacen las autoras de manera detallada. Este último tema, ha sido una constante no sólo en este libro, sino en distintos foros en el que se ha planteado la urgencia de pensar en reducir los contenidos pues la pandemia ha mostrado la debilidad en el desarrollo de competencias para la vida y la sobrecarga de contenido en los tiempos de aprendizaje.
Por último, la línea filosófica del libro está acompañada de un marco comparativo en el que el Dr. Reimers ha impulsado a sus estudiantes de maestría en la Universidad de Harvard, entre ellos una servidora, en el que apuesta por una emprender una educación global, revalorar su significado, recuperar su lugar y su futuro en un mundo afectado radicalmente por un fenómeno como el COVID-19.
Todas somos responsables, todas aquellas que pensamos que ningún origen es destino, todas las que pensamos en la educación como agente de cambio y transformación, entre ellas todas las integrantes de la Red de Mujeres Unidas por la Educación. “Una calamidad educativa. Aprendizaje y enseñanza durante la pandemia de COVID-19” nos invita a reflexionar sobre nuestra obligación de devolver las oportunidades de aprendizaje a todas las niñas, niños y jóvenes dentro y fuera de la escuela. Ninguna afuera, nadie atrás es el eje fundamental de este libro que además de ilustrar, propone. Hoy más que nunca es tiempo de reflexionar, valorar y aprender. Aprender juntas. Emprender todas.
Patricia Vázquez del Mercado es integrante de MUxED y pedagoga (UP), con diversos estudios de posgrado (CIDE y FLACSO). Fue consejera de la Junta de Gobierno del INEE y Secretaria de Educación de Puebla. Ha trabajado para organismos internacionales y agencias multilaterales por más de 15 años. Es embajadora del juego de Fundación Lego, consultora educativa independiente y Directora de Cooperación Internacional de Radix Education. Actualmente cursa la Maestría de Política Educativa Internacional en la Universidad de Harvard. Twitter: @patvazher