Cesar García
Las fake news o noticias falsas se han producido en contextos digitales, así como en contextos políticos de manipulación de la información y persuasión de la opinión pública tanto en populismos de derecha como en populismos de izquierda.
El presidente estadounidense Donald Trump (2017-2021), quien enalteció el populismo de derecha, lanzó una importante cantidad de mentiras sobre los temas más diversos (migración, seguridad y salud, por poner algunos ejemplos) a través del uso de redes sociales (principalmente Twitter) y descalificando el resto de los medios de comunicación. Su contraparte, el presidente Venezolano Nicolas Maduro (2013-vigente), desde un populismo de izquierda, ha hecho lo mismo al referir que los problemas económicos y de inestabilidad política de su país radican en un complot del imperialismo yanqui.
En el caso de nuestro país, las fake news también se producen desde el gobierno. En la esfera pública debería importar el conocimiento y la verdad de las cosas, pero en el gobierno actual es bastante evidente que se busca descalificar a los medios de comunicación tradicionales o a quien critique, analice o difiera con los datos y lo que se dice desde el Palacio Nacional ¿Importa quién dice la mentira? ¿Importa lo que se dice? En el contexto de las fake news y la posverdad parece que no.
La reflexión viene al caso porque como es costumbre en el marco del sexto y último informe de gobierno de AMLO se dieron avances en los medios de comunicación sobre los resultados en diversos temas públicos, dentro de ellos lo relativo en materia educativa. Lo que se resaltó en los avances logrados en materia educativa fueron: trato digno a maestras y maestros; presupuesto a la sociedad de padres de familia (la referencia es al programa, La Escuela es Nuestra); nuevos libros de texto gratuitos con orientación humanista; y 12 millones de becas a estudiantes (AMLO, 26 de agosto, 2024). El discurso de valoración educativa ya es bastante conocido.
El otro componente del informe de gobierno, sería el discurso que pronuncia el presidente en la plaza pública y el último componente sería propiamente el documento en extenso (y anexos) del sexto informe de gobierno. Sin embargo, en días preliminares al informe de gobierno llamó la atención que el Reforma (25 de agosto, 2024) sacara una nota a ocho columnas citando a Eduardo Backhoff, quien hizo una evaluación preliminar de la política educativa y declaraba que en el gobierno de AMLO había disminuido la matrícula estudiantil y el presupuesto escolar.
La noticia fue atajada desde la conferencia de prensa oficial y sección denominada, “Quién es quién en las mentiras” (SDP, 28 de agosto, 2024) desde donde se descalificó el trabajo de Backhoff y su persona. En este punto, cabe señalar que algunos académicos han apostado por dar cuenta de las contradicciones de la política educativa actual. La importancia de esta tarea, que forma parte de lo que se denomina periodismo educativo, es clave para conocer lo que se dice de la situación educativa del país y lo que está pasando a pie de calle.
En suma ¿importa lo que se dice y quien lo dice? En el espacio académico importa bastante, en el espacio público también debería ser de esa manera.
X@cesargarcia131