De paseo un sábado entre el bullido parque Washington Square y la 5ª Avenida de Manhattan, me encontré un aparador que invitaba a diseñar un tenis al gusto. Con una interfaz sencilla a través de una pantalla táctil uno puede elegir color, tela, tamaño, ancho, etiqueta, agujetas e incluso un nombre personalizado en el talón. Precio: 174 dólares. Este es el futuro en casi todo.
Las empresas migrarán poco a poco a la “clientelización”. Las nuevas tecnologías de información, comunicación e impresión facilitarán este proceso. Lo que se necesita es una aplicación y una terminal.
Los días de Amazon, como lo conocemos, están numerados. Habrá muchos Amazon 2G que permitirán personalizar casi todo: ropa, zapatos, libros, coches, comida, incluso vino y tortas. Lo único que hay que hacer es conectarse a la red, diseñar el producto y esperarlo por mensajería.
El cambio también viene para empresas como casas editoriales, escuelas y universidades. Los periódicos y medios no necesitarán contratar a periodistas o reporteros de tiempo completo; profesionales in situ (donde suceden las cosas) informarán y venderán las noticias. Estas empresas en lugar de empleados necesitarán redes. En cierto modo esto ya ocurre con el periodismo interactivo en YouTube, WordPress y Facebook. Es más, algunas empresas vendedoras de servicios hosting, ofrecen por 90 dólares al año, bandas para operar estaciones de radio. Y muchas empresas de publicaciones impresas periódicas han cerrado sus negocios o mutado al formato digital.
Las escuelas también cambiarán y tendrán que encontrar formas de compartir sus recursos entre tecnología y maestros. Los maestros deberán ser completamente literatos en tecnología. Los libros de texto desaparecerán. Los maestros y estudiantes fabricarán sus propios e-books. Esto ya existe en muchas escuelas alrededor del mundo.
CONALITEG desaparecerá o se transformará completamente en una empresa tecnológica. Lo mismo sucederá con la mayoría de los negocios de impresión. Los libros de texto se imprimirán bajo demanda.
En el futuro, los maestros dejarán de ser de horario limitado y estarán disponibles, con guardias, durante todo el día.
Pocos piensan que las escuelas desaparecerán pero casi todo el mundo espera una 2ª y 3a generación tecnológica escolar. Los padres, cada día más educados, con hijos, cada día más distraídos en multi–tasking, tendrán un papel mucho más activo en la educación escolar de sus hijos con la ayuda de los artilugios. En ese entorno los estudiantes irán a las escuelas más para la motivación, socialización y orientación que para la aburrida tarea de sentarse a escuchar, hora tras hora, a maestros que tienen menos información que la Red.
Existe, aquí, una enorme oportunidad para el rediseño radical de escuelas y la reinvención de la carrera docente. De maestros repetidores a maestros motivadores y creativos.
Las universidades ofrecerán educación integrada en el mejor de los casos, y tendrán un inmenso menú de cursos disponibles para los estudiantes y profesores. Certificados de temas y niveles de conocimiento y habilidad, con un modelo matricial, reemplazarán a los títulos o diplomas. Vamos, algo así como un supermercado con suministro permanentemente.
La educación básica, desde preescolar hasta preparatoria, estará más enfocada a las habilidades que a los conocimientos, pero ambos estarán disponibles bajo demanda. Planes escolares y universitarios personalizados será el nombre del juego..
Las bibliotecas como hoy las conocemos desaparecerán. De hecho, existen algunas bibliotecas sin libros, como la de la flamante escuela de negocios de la Universidad de Stanford y bibliotecas pensadas para el encuentro y aprendizaje social. El sacrosanto silencio de las bibliotecas tendrá que compartir espacios con los lugares para conversar con café en mano.
Todo será manejado a través de la Nube. La inversión en equipo de cómputo para el salón de clase o las bibliotecas será un desperdicio. De hecho ya lo es. Lo mismo es un desperdicio invertir recursos públicos (es decir del contribuyente, siempre pobre) para obsequiar con envoltura política cientos o miles de tabletas, como recientemente lo ha hecho la SEP, después del fracaso del reparto masivo de laptops el año pasado.
La disposición y funcionalidad de las TIC en las escuelas serán cruciales, pero seguirán a los maestros y al mercado y no a las decisiones de escritorio de los funcionarios públicos. Los espacios deportivos, estudios de arte, música y talleres de todo tipo crecerán con versiones innovadoras sin límite.
Las escuelas del futuro no lucirán casi en nada como las escuelas de hoy; y reflejarán mucho más lo que se vive en casa, el trabajo y la comunidad. Los niños y jóvenes aprenderán divirtiéndose. Y una vez motivados, no forzados, estudiarán.
En el futuro, el reto para las escuelas y universidades no será la forma de adoptar las nuevas tecnologías TIC en la vida escolar cotidiana, pero, irónicamente, la manera de promover la interacción humana, sociabilidad y colaboración en un mundo dominado por las frías TIC.
El autor es profesor-investigador invitado de la Universidad de Nueva York. http://eduardoandere.net