Los integrantes del ex tinto Pacto por México, Enrique Peña Nieto, Aurelio Nuño y Mexicanos Primero, deben estar muy contentos con el anuncio que el pasado 15 de agosto realizó la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, en cuanto a que una vez que inicie su gobierno desaparecerá la Unidad para el Sistema de la Carrera de las Maestras y los Maestros, mejor conocida como USICAMM, para crear otro instituto “de la mano” del profesorado mexicano.
Y digo que estarán muy contentos porque, como se recordará, en el sexenio peñanietista se aplicó, a rajatabla, la política tecnocrática más neoliberal de todas, consistente en un sistema de estímulos salariales y de ingreso para el magisterio.
Es cierto, algunos podrían decir que tal esquema inició en la década de los noventa con la firma del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) y el consecuente funcionamiento de lo que se conoció como Carrera Magisterial, que no fue otra cosa más que una estrategia de estímulos salariales dirigida a las maestras y maestros; y es correcto. Otros podrían decir que esta política comenzó en 2008 con la firma del Acuerdo denominado “Calidad por la Educación” (ACE), en cuyo contenido se podían observar varias líneas, entre ellas la denominada profesionalización de los maestros y autoridades educativa con indicadores: ingreso y promoción, profesionalización e incentivos, y estímulos salariales; y también sería correcto.
Tal vez la diferencia que exista en cada uno de los momentos que he expuesto, radica en la violencia que han ejercido, contra el magisterio, los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto para que el programa de ingreso y estímulos salariales se apliqué sin la mayor resistencia posible; y de esto saben muy bien las maestras y maestros que fueron humillados, agredidos y violentados por un sargento de apellido Nuño.
¿Acaso importaron los derechos laborales, profesionales y humanos de los profesionales de la educación durante el peñanietismo? En absoluto, porque, en total complicidad con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el menosprecio y desvalorización del magisterio fue una constante durante seis largos años.
No, la USICAMM no va a desaparecer, solo cambiará de nombre, y tal vez algunos mecanismos y procedimientos que venían operando relacionados con el ingreso, promoción y reconocimiento. Obviamente que en el papel ya no volverá a aparecer dicho nombre, pero su esencia, por más que se modifique la Ley en el legislativo se mantendrá intacta. Es decir, seguiremos observando un programa de ingreso y estímulos salariales de corte tecnocrático y neoliberal porque en nuestro país no se conoce de otra, en virtud de que las mentes brillantes de la Secretaría de Educación Pública, próximamente dirigidas por un economista, tampoco conocen de otra o, tal vez si la conocen, pero al fin y al cabo son tecnócratas.
No, tampoco es un logro del SNTE, tal y como lo ha presumido el futuro senador y dirigente, con ínfulas de vitalicio, Alfonso Cepeda Salas, porque, como se recordará, en la firma del ANMEB y del ACE estuvo presente la ex líder vitalicia de ese sindicato magisterial: La Maestra Gordillo. Maestra que fue encarcelada por el pañanietismo, y en su lugar colocaron a un subordinado de ese poder de apellido Díaz de la Torre. Vaya, el mismo Cepeda Salas, que en su momento apoyaba al ex candidato tricolor José Antonio Meade, en ningún momento se opuso a la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros; ésta pasó sin empacho y fue aprobada por el legislativo y mal aplicada por la USICAMM. ¿De verdad se piensa que pedir la desaparición de este organismo es publicar un escueto comunicado sindical donde se “especifica” que es necesario revisar la USICAMM porque su “actuar” es improcedente para al magisterio?, ¿de verdad se piensa que es una conquista sindical la desaparición de la USICAMM cuando jamás este sindicato movió un dedo en defensa de los derechos laborales y profesionales de los trabajadores de la educación continuamente violentados? ¡Pamplinas!
No, la USICAMM no se crea ni se destruye, solo se transforma.
El antecedente inmediato se halla en la extinta Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD), brazo derecho de Aurelio Nuño, pues con excepción de la evaluación punitiva al desempeño de los docentes, los demás mecanismos, el de ingreso, promoción y reconocimiento, prácticamente siguen idénticos.
Preocupa lo que vaya a pasar con quienes, desde carrera magisterial, con Peña Nieto o con López Obrador se han promocionado horizontalmente. Espero no haya más violaciones a esos derechos laborales y profesionales de las maestras y maestros.
También espero que la corrupción que sigue operando en la SEP y en las Secretarías de Educación de los estados se revise y se atienda porque, es un secreto a voces que, tanto por parte de las autoridades como del propio sindicato, siguen ingresando al sistema o, bien, promocionándose ya sea vertical u horizontalmente, “profesionales de la educación” que no hicieron examen, porque no realizaron el proceso que realizan cientos de aspirantes a ingresar al magisterio o a promocionarse.
No señoras y señores, la USICAMM no se crea ni se destruye, solo irá transformándose precisamente como esta cuarta transformación.
¡Vaya transformaciones!
Con negritas
Al inicio de la semana pasada me enteré que el Dr. Carlos Ornelas escribió algunas letras sobre mi persona, gesto que agradezco profundamente porque, independientemente de posibles diferencias que podamos tener en temas educativos, a lo largo de mi trayectoria académica y profesional he aprendido de él y de otros tantos académicos, investigadores e intelectuales. Gracias Dr.