La Universidad Marista de Querétaro (UMQ) es una institución de educación superior impulsada por los hermanos maristas, una orden religiosa seguidora de Marcelino Champagnat con una tradición de casi 200 años y una presencia en 75 países. La red de instituciones educativas maristas ofrece educación desde el nivel básico hasta el posgrado y su presencia en educación puede compararse con las actividades de otros grupos, asociaciones u órdenes religiosas en educación, como los jesuitas o los legionarios de cristo.
En México las universidades maristas tienen presencia en: Guadalajara, Mérida, Ciudad de México, Tepic, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí y Morelia. En el caso de la UMQ, ésta atiende a una matrícula de poco más de mil estudiantes y una parte importante de las cosas que hace la institución se centra en actividades de carácter religioso-pastoral y de ayuda a la comunidad.
La UMQ tiene un carácter profesionalizante (aún y cuando cuenta con cinco posgrados), esto le ha significado una débil actividad en investigación que le queda como reto o área de oportunidad para el presente y el futuro. Sin embargo, la UMQ tiene apertura a distintos asuntos de interés social y educativo. En ese sentido, el miércoles 14 de septiembre, la Universidad abrió un espacio e hizo posible la organización de un foro para analizar el modelo Educativo 2016 (ME-2016)
Como sabe la mayoría de los interesados en la educación, el 20 de julio la SEP publicó tres documentos: el Modelo Educativo como planteamiento pedagógico de la reforma educativa; La Propuesta curricular con la cual se elaborarán los planes y programas de estudio en educación; y la carta sobre Los Fines de la Educación en el siglo XXI en el que se expone el tipo de formación que se pretende.
Al foro asistieron estudiantes, profesores y colegas de diversos estados e instituciones educativas, como la Universidad Autónoma de Querétaro, la Universidad y la Escuela Normal de Guanajuato, la Universidad Pedagógica de Ixmiquilpan e incluso profesores jubilados de educación básica.
La forma en que se planteó el foro fue la participación de todos los interesados con la consigna de leer los documentos de política arriba mencionados. Al principio se organizó una mesa general para abrir el debate, plantear preguntas, tener puntos de partida, contextos, considerar ideas distintas y no reproducir discursos apologéticos, dicotómicos o legitimar discursos o prácticas oficialistas de las autoridades educativas.
Las ideas que se plantearon en la mesa fueron varias. En perspectiva comparada una crítica a un sistema y modelo educativo mexicano que resalta y se centra en el volumen y el carácter cuantitativo del aprendizaje. La importancia de considerar la hechura de los documentos de la SEP como documentos de política educativa y que podemos contribuir al debate. Un análisis a los conceptos estelares del ME-2016 que funcionan como discursos incuestionables, pero que están vacíos de significado y no contribuyen a entender el tipo de sociedad que tenemos, ni los fines trascendentales de la educación. Y finalmente, una crítica al ME-2016 que pretende basarse en el mérito, pero que corre de manera paralela la desconfianza docente.
Respecto a esto último, el ME-2016 establece como gran apuesta (como discurso estelar) la mejora de la calidad de la educación, y como diagnóstico (obvio y elemental) la baja calidad educativa con dos expresiones inteligibles: un bajo nivel de formación de los docentes, y la centralización de la educación.
La baja calidad de la formación de los docentes ha llevado al Estado mexicano a establecer leyes (por ejemplo la Ley General del Servicio Profesional Docente), sistemas de estímulos y recompensas (un mayor pago o conservar el empleo), así como sistemas de vigilancia y evaluación (como el INEE).
El Estado mexicano, bajo la idea de recuperar la rectoría de la educación y su propuesta de gobernanza, establece la necesidad de configurar un sistema educativo basado en el mérito y no en reglas informales (el nepotismo, el compadrazgo, la venta y herencia de plazas). Pero esta propuesta también corre de manera paralela con la pérdida de confianza, de credibilidad y respeto a la figura docente.
En ese tenor a nivel de propuesta habría que re-considerar la parte ideológica de desvalorización (de desconfianza) del profesor a través del actual sistema de evaluación docente y un examen per se que no refleja ni el conocimiento, ni la experiencia, ni las habilidades de un docente frente a grupo. Aunque cabe remarcar que esta re-consideración también y en efecto habría que apuntalar y defender el mérito como regla formal en el reconocimiento del trabajo docente.
Posterior a la mesa general de apertura, se organizaron tres mesas de trabajo: una mesa para analizar el modelo educativo; una segunda mesa para analizar la propuesta curricular en educación básica; y una última mesa para analizar la propuesta curricular en educación media superior. Los resultados de las mesas de trabajo las mandaremos a la SEP en los tiempos establecidos y con el formato de cuestionario que ha construido el CIDE para organizar el debate sobre el ME-2016.
Por último, sobre el formato o cuestionario del CIDE cabe comentar que sus preguntas generan bastante inquietudes y críticas, dado que la forma en que se plantean hacen suponer que todos son elementos positivos (cosas que hay que incorporar y fortalecer al ME-2016, factores críticos que son necesarios para el logro de lo planteado por el Modelo) como si no hubiera también elementos que quitar de lo ya planteado.