Recientemente apareció en el mundo de la educación superior en México la inquietud pública (o malestar) de estudiantes de algunos posgrados de la UNAM por el cobro de cuotas. Por otro lado, también sonó con bombo y platillo la noticia de la 16ª feria de posgrados de calidad 2015 impulsados por el Conacyt. ¿Existe alguna relación entre una noticia negativa y una noticia positiva que las hace aparentemente inconexas? Veamos.
Hemos comentado en ocasiones anteriores que las políticas educativas de ciencia y tecnología, impulsadas sobre todo por el Conacyt buscan configurar universidades de investigación a raíz de diversos programas, uno de ellos el Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC).
La conformación de estas políticas para el posgrado en México ha tenido diversas causas y consecuencias. Sintéticamente las causas más socorridas son la calidad educativa, la competitividad y la sociedad del conocimiento. Pero estas causas se funden con otras a nivel institucional. Por ejemplo, las Instituciones de Educación Superior – sobre todo las universidades públicas- necesitan importantes recursos económicos para su operatividad, y en este punto encajan los programas como el PNPC.
Los programas de posgrado de calidad no sólo significan para las universidades mayor calidad educativa, prestigio y competitividad, sino allegarse de recursos económicos extraordinarios, y esa también es una causa que impulsa los posgrados. En algunas universidades públicas, las autoridades piden o solicitan que la oferta (o creación) de un programa de posgrado de calidad considere su “auto sustentabilidad”. La sustentabilidad de un programa de posgrado de calidad significa que tiene que salir para pagarle a la plantilla docente y los recursos humanos que emplea en su administración y logística.
Entonces la denominada sustentabilidad de un programa de posgrado de calidad tiene relación directa con el cobro de cuotas a los estudiantes que ingresan y permanecen en un posgrado. Dicho de manera más clara, el cobro de cuotas es una de las consecuencias más tangibles, y poco analizadas, de los efectos de los programas de posgrados de calidad.
Algunos argumentarán y compararán que los posgrados en universidades privadas se cobran y cuestan bastante y en ese tenor los posgrados de calidad de las universidades públicas también deben cobrarse. Lo cual es sólo parcialmente cierto, porque la aparente “naturalidad” de los costos de los posgrados entra en tensión con la idea de universidad pública y gratuita. ¿Cómo una universidad es pública y gratuita (y de acceso a las mayorías) cuando establece cuotas en el posgrado y como política institucional realiza cobros por cursos de inducción, propedéuticos, exámenes de admisión, inscripción, mensualidades, etc.?
Las universidades públicas a través de diversos cobros han generado parte de su sustentabilidad, pero sin duda también se han construido efectos adversos en la noción de la universidad pública y gratuita. Precisamente en el marco de la disputa por la universidad pública y gratuita, del impulso a los programas de posgrado de calidad, la sustentabilidad y la búsqueda de recursos económicos es que puede entenderse el malestar de los estudiantes de algunos posgrados de la UNAM por el cobro de cuotas.
Según la noticia de la jornada (16 de abril del 2015) los estudiantes, convocaron a los coordinadores de los 40 programas de posgrado en la UNAM a fin de que explicaran el motivo de las cuotas, dado que en al menos 8 hay cobros por inscripción. Pero la dimensión del problema podría ser más grande y compleja porque el 86% de los posgrados de la UNAM pertenecen al Padrón de Posgrados de Calidad del Conacyt. No sería extraño suponer que en la mayoría de los posgrados de calidad (en CU y las demás sedes) se cobre, aún y cuando se considere a la UNAM como la mayor universidad pública y gratuita.
Mientras, se abre una mesa de diálogo entre estudiantes y autoridades universitarias convocada para el 29 de abril del 2015 a las 12 hrs en el Auditorio de la Unidad de Posgrado de la UNAM, para responder a dos interrogantes ¿Es legal y legítimo implementar cobros en el posgrado de la UNAM?Y ¿Cuáles son los argumentos y consideraciones de los coordinadores de posgrados que realizan cobros?
De esto trataremos la siguiente semana.
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