Por Ana Solís (*)
La implementación del uso de la tecnología en la educación en México es una demanda urgente. Alejandro Almazán, Director General de Únete, en la presentación de Bett Latin America Leadership Summit 2016 en entrevista para una edición anterior de Educación Futura, afirma que el profesor que no adapte estas nuevas herramientas a su trabajo, muy probablemente podría ser sustituido.
Es en este escenario donde le invito a reflexionar juntos sobre qué significa que la tecnología esté presente en la educación. Si lo consideramos infraestructura, podemos pensar en la diversidad de contextos que presenta el multigenérico territorio SEP en educación básica. Existen escuelas públicas (en las escuelas particulares estas situaciones no se presentan) donde no se cuenta con servicios básicos como mobiliario, baños y luz eléctrica. Sin embargo, lo invito a pensar en una escuela que cuente con todo lo necesario para utilizar la tecnología. Será necesario considerar ahora, la intención pedagógica. Habrá que enfrentarse nuevamente a la diversidad de contextos y formas o estilos de enseñanza, contemplando que la tecnología no quede enfrascada en pedagogías anquilosadas que en lugar de generar espacios de producción de conocimiento la conviertan en un recurso más de diseminación de información en el aula, con prácticas reducidas a copiar de la pantalla o el uso de programas que de manera mecánica felicitan al estudiante cada vez que acierta al dar Enter.
Por último, habrá que preocuparse por la tecnología como medio de inclusión para que los alumnos participen de manera activa en la sociedad del conocimiento. Sin embargo, la desigualdad en nuestro país nos devuelve diversidad de contextos. Habrá alumnos que cuenten con todos los recursos de conexión, acceso y conocimientos sobre el uso de la tecnología para solucionar problemas en su vida cotidiana e inclusive generar nuevos programas e ideas utilizando la tecnología como una herramienta más de la mente. En contraste con alumnos que jamás han tenido un smart phone, conexión a internet en sus hogares o que están pagando a plazos la computadora familiar, no obstante tienen vasto conocimiento sobre navegación y uso de internet. Son especialistas en redes sociales y copias de trabajos en rincones cibernéticos poco confiables. La tecnología desde las complejas realidades mexicanas es un factor de exclusión independientemente de que el profesor adapte o no estas herramientas a su trabajo. El ingreso a la sociedad del conocimiento se asegura para los alumnos que cuentan con acceso y saberes tecnológicos que otros, difícilmente podrán alcanzar.
(*) Coordinadora de la especialidad Habilidades del Pensamiento en la UPN