Por Claudia Altamirano
Los centros educativos en la actualidad deben replantear sus estrategias para enfrentarse al reto que el futuro plantea hoy: desarrollar en los estudiantes habilidades para oficios que aún no se conocen, sentencia Germán Escorcia.
Esa es la tarea actual de las escuelas: las habilidades a largo plazo, según el Director General Adjunto para la Cooperación Internacional del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE).
Escorcia mencionó algunos ejemplos de las profesiones que podrían desarrollarse en el futuro cercano, y que requieren capacitación en el presente: Consejero de robots; Gestor de basura y rellenos, Experto en drones; Curador digital de contenidos; Ingenieros de big data; Diseñador de simuladores, etc.
Durante la conferencia GESS (Global Educational Supplies and Solutions), realizada en el World Trade Center, el investigador y profesor universitario dijo que el ejercicio responsable de la labor docente pasa forzosamente por las tecnologías, y llamó a terminar con lo que llamó “el juego perverso” de dar información a los estudiantes y luego probar la fidelidad de su respuesta.
Comentó que en México se realizó un estudio prospectivo para conocer las actividades económicas humanas que más crecerán en los próximos 10 años, y los resultados fueron: la industria aeroespacial; las creativas; la tecnología médica; el diseño estratégico; la industria de contenidos; los sistemas operativos urbanos y, finalmente, el “Internet de las cosas”, es decir, la conectividad entre objetos que “aprenderán” y se comunicarán entre sí para facilitar la vida cotidiana.
Agregó que el e-learning o aprendizaje en línea es la actividad económica que consumirá en mayor medida a las otras: cine, videojuegos, animación digital, multimedia interactiva, etc.