En días anteriores la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) dieron a conocer los resultados de sus procesos de admisión a licenciatura 2014. Los datos que proporcionan cada una de estas instituciones sitúan en su justa dimensión el problema del acceso a la educación superior.
La segunda etapa de admisión de las tres universidades con mayor demanda de ingreso en la Zona Metropolitana del Valle de México indica que de los 56 mil 499 aspirantes que realizaron el examen de selección a la UNAM en mayo pasado, únicamente 7 mil 890 estudiantes lograron obtener un lugar en alguna de las carreras que ofrece esta institución a nivel licenciatura, cifra que representa el 13.96%; en el caso del IPN, se estimaba admitir a 23 mil jóvenes de 90 mil aspirantes, lo que significa que 25.55% alumnos obtuvieron un sitio en alguno de los programas educativos de nivel superior ofertados por dicha institución; por último, las cifras reportadas por la UAM señalan que de los 35 mil 638 aspirantes que presentaron la segunda prueba de admisión a esta universidad, 3 mil 729 jóvenes lograrán inscribirse para el siguiente ciclo escolar, lo que implica que 10.46% podrá continuar con sus estudios superiores.
Establecer el número exacto de aspirantes que no puede obtener un sitio en alguna de estas instituciones resulta complejo, como ya lo han señalado autoridades y especialistas, algunos estudiantes suelen presentar el examen de admisión para cada una de estas universidades en el mismo periodo con la finalidad de incrementar sus probabilidades de ingreso, inclusive se ha propuesto, para obtener cifras más precisas, realizar la prueba el mismo día para todas las instituciones como se hace desde 18 años en el nivel medio superior, mientras tanto, se calcula que más de 100 mil jóvenes quedan excluidos de la educación superior anualmente.
Pese a esta realidad, las autoridades educativas insisten en que hay espacios suficientes para los egresados del nivel medio superior, incluso, afirman tener espacios de sobra. De acuerdo con datos difundidos por la Secretaria de Educación Pública (SEP), hay 217 mil 500 lugares en el nivel superior, 129 mil 500 distribuidos en instituciones públicas y 88 mil en instituciones privadas, para un total de 216 mil egresados de la educación media superior en la Zona Metropolitana del Valle de México; esta oferta quedaría rebasada si tomamos en cuenta que no se contemplan a los estudiantes egresados de los ciclos escolares anteriores.
Como consecuencia de un Punto de Acuerdo alcanzado en el Senado en marzo de este año que exhorta al titular de la SEP y a las universidades e instituciones de educación superior del país a diseñar e instrumentar una estrategia que garantice un incremento de la oferta y la matrícula de ese nivel educativo, la SEP anunció la firma de un acuerdo con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES) para ofrecer 6 mil lugares adicionales en instituciones particulares donde los alumnos pagarían una colegiatura de mil pesos mensuales durante el primer año de estudios, quedando a consideración de las instituciones y alumnos extender dicho apoyo, algo que ya se había ofrecido el año pasado a través del Programa Emergente de Matrícula en Educación Superior (Proemes) que puso a disposición más de 46 mil lugares en instituciones públicas y privadas en modalidad escolarizada y abierta y a distancia, dicho programa no arrojó los resultados esperados, sólo 19 mil jóvenes realizaron su registro y, un mes antes del cierre de la convocatoria, mil 500 ya habían renunciado a su lugar.
Destaca la responsabilidad que la SEP deposita en el sector privado para subsanar el problema del acceso a la educación superior y la certidumbre de que con la reducción de colegiaturas en instituciones particulares se “garantiza educación para todos con calidad y equidad” (SEP, Comunicado 220). Aún no se han dado a conocer el nombre de las instituciones que firmaron dicho acuerdo, si suponemos que son las mismas que participaron en el Proemes, la Universidad Tec Milenio, Universidad Justo Sierra, Universidad Simón Bolívar, Motolinía del Pedregal y el grupo de universidades que conforma el Grupo Aliat deberían estar en el listado. Programas se crean, acuerdos se firman y el problema del acceso a la educación superior persiste, se requiere voluntad para resolver el problema de fondo y eso implica dejar atrás las soluciones unilaterales.
El autor es licenciado en Sociología por la UNAM