Este martes 21 de noviembre) se inaugura el XIV Congreso Nacional de Investigación Educativa (CNIE), que de manera bianual organiza el COMIE. En esta ocasión la sede es en San Luis Potosí y por primera vez los espacios y las instalaciones estarán restringidas a los participantes (asistentes y ponentes) que hayan confirmado su inscripción previamente.
El COMIE es uno de los organismos más importantes encargados de fomentar, regular y organizar la producción de conocimientos arropada por la llamada investigación educativa en nuestro país. Esta celebración del XIV Congreso se une a la sistematización en tres versiones distintas de estados del conocimiento en las ahora 17 aéreas temáticas en que han organizado la producción académica. Al COMIE se le ha criticado una especia de practica monopólica en lo que se refiere a la investigación en el campo educativo, sin embargo las instancias paralelas o alternativas que han surgido lo han hecho mucho más por discrepancias de carácter político por encima de posiciones propiamente académicas (teóricas o metodológicas). Si bien no todos los investigadores están aquí, ni todos los que están aquí hacen o se dedican a la investigación (hay muchos estudiantes, curiosos y hasta morbosos) que desean saber de qué se trata un congreso como el de esta magnitud.
Este congreso que inicia con mucho entusiasmo, deberá de colocar en el corazón de las reflexiones, el tipo de conocimientos que el sistema educativo necesita y los funcionarios y políticos (que también se harán presentes) deberían de dejarse ayudar en la producción académica y el trabajo que se hace desde las universidades, los claustros, y los centros de reflexión y sistematización, investigación, a partir del trabajo ligado con la producción académica.
En una sociedad galopante en donde el cambio y la incertidumbre es su constante, la producción, circulación, uso y devolución de los conocimientos académicos deberán tener esa tradición de la que Pierre Bourdieu habla en el oficio del científico. Regresarle a la sociedad lo que la sociedad les ha dado a los investigadores.
Hoy cuando se encuentran partidos o escindidos los espacios ligados con el poder y los otros ligados con la actividad académica, resulta especialmente sugerente pensar en mejores formas de vinculación entre quienes producen los conocimientos y quienes hacen uso de ellos. El conocimoierntm verdadero aquel que se produce se procesa y se usa bajo un esquema de pertinencia social, sin restarle la rigurosidad y la seriedad teórica y metodológica es lo que la sociedad necesita. Investigadores e investigadoras comprometidos con la parte social que no debe ser ajena a su trabajo académico.