La reinvención de la pedagogía. Una nota de aliento para la Norma 035 que entra hoy en vigor. Por Eduardo Andere M.
Hay un cambio silencioso pero pertinaz en el mundo de la pedagogía. Ante la vorágine del mundo que vivimos debemos hacer un alto y pensar: ¿qué sucede con la pedagogía y hacia dónde queremos y debemos ir?
La pedagogía se transforma, de una ciencia preocupada por ir a enseñar a la escuela, a una ciencia preocupada por enseñar a vivir una vida íntegra, madura, serena, desafiante, creativa y apasionante.
La pedagogía es sin duda la ciencia del futuro y del bienestar de las personas en el hogar, la escuela y la oficina. Es más, ya no es solo la ciencia del aprendizaje o de los ambientes de aprendizaje, sino la ciencia del crecimiento humano. Es decir, la ciencia que nos enseña, día con día, en la práctica, a vivir bien, con más salud, más longevidad y más felicidad. Pero para poder enseñar a vivir así debemos nosotros mismos, quienes somos o queremos ser pedagogos, en esta nueva pedagogía, vivir así.
Si esto es cierto, debemos cambiar varias cosas: la definición del maestro, la forma en la que atraemos, formamos, actualizamos, profesionalizamos y conservamos al maestro, la forma y la esencia de la escuela (no necesitamos una nueva escuela con reglas del pasado). Necesitamos una nueva escuela en realidad, con nuevos maestros, con nuevas actitudes, con nueva cotidianidad, con una formación diferente de niños y jóvenes, que al mismo tiempo que asegure las habilidades cognitivas enriquezca las habilidades para que niños, jóvenes y adultos construyan sus propios entornos o ambientes de aprendizaje, crecimiento, creatividad y felicidad.
Enseñar a leer, a escribir y a numerar no es el fin, es tan solo un medio, para enseñar a vivir. Debemos enseñar y al mismo tiempo aprender a crecer.
¿Qué significa enseñar y aprender a crecer? Significa que en el proceso de enseñar cogniciones, meta-cogniciones y función ejecutiva, debemos enseñar y aprender la importancia de la cordialidad, la forma de cambiar hábitos viejos destructivos por hábitos nuevos constructivos, la relevancia de aprender a conocer la forma en la que funciona no el cerebro sino nuestro cerebro, la bioquímica e interacción entre pensamientos, emociones y acciones; la relación entre mente, cerebro y consciencia. Necesitamos también encontrar caminos que amalgamen la nueva pedagogía con lo que se ha llamado la cuarta revolución industrial, o la digitalización, la automatización y el internet de las cosas. Y al mismo tiempo ser maestros de nuestras propias materias y habilidades.
Para todos aquellos que duden sobre la nueva pedagogía, o la importancia de la pedagogía, la realidad de verdad es que esta versión de la pedagogía es la ciencia que nos enseña a vivir y crecer, versus, repetir como autómatas lo que hacíamos en el pasado. Nos enseña a tomar el mando manual de la función ejecutiva de nuestro cerebro.
Esta nueva pedagogía le cae como anillo al dedo a la Nueva Norma 035-STPS-2018 (DOF 23-10-2018) que entra hoy en vigor, sobre estabilidad emocional y riesgos psicosociales en el trabajo.