El presidente López Obrador festejó en grande el Día del Maestro con el anuncio de que ese miércoles sería constitucional la reforma de la Reforma Educativa y se publicaría en el Diario Oficial de la Federación.
Sin embargo, las reformas educativas, lejos de ser neutrales, incorporan luchas por el poder. Para unos observadores, la mudanza en la Constitución es significativa porque incorpora que: 1) la educación se basará en el respeto irrestricto de la dignidad de las personas, con un enfoque de derechos humanos y de igualdad sustantiva; 2) el Estado priorizará el interés superior de niñas, niños, adolescentes y jóvenes; 3) ratifica la rectoría del Estado en el control de las plazas docentes; 4) el magisterio es el agente fundamental del proceso educativo y reconoce su contribución a la trasformación social. Además, mantiene centralizado el pago de la nómina y garantiza que el Estado ofrecerá educación superior gratuita. Aplauden que el texto acoja la educación inicial.
Para los militantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la reforma no abroga la “mal llamada” Reforma Educativa del gobierno de Enrique Peña Nieto casi por las mismas razones por las que otros actores la aplauden. Pero más que nada porque no garantiza que la ley que establecerá el Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, les regrese los privilegios que gozaban, tampoco se los restituirá a la corriente mayoritaria del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
La CNTE es indomable e insaciable. No acepta que triunfó en su alianza con AMLO y logró echar para atrás la reforma que impugnó desde antes de que el Pacto por México la anunciara. Claro, el de Peña Nieto era un gobierno neoliberal, según su peculiar concepción. Pero, si se revisan documentos de marzo de la CNTE, también el de López Obrador lo es, incluso acusan que su programa es fascista.
El Estado es una potencia mediadora heterogénea, formada por una correlación de fuerzas y presiones de actores de base y perspectivas globales; también de corporaciones dentro de contextos políticos y económicos particulares. Aunque parece que en este tiempo tal heterogeneidad no se note, AMLO concentra la luz. Pero también hay sombras.
Y es tan variado que mañana recibirá a líderes de la CNTE (un logro histórico), pero también a los del SNTE. Hacer concesiones a grupos es parte de la política del jefe de Estado.
La oferta a la CNTE es diáfana, pero al mismo tiempo se corre el riesgo de retornar al pasado: “No somos inflexibles, ya desde luego, tenemos el marco legal principal que es la reforma constitucional y faltan las leyes secundarias, ahí se pueden tomar en cuenta todos sus planteamientos”, expresó el presidente el 15 de mayo.
The Economist (18/05/2019) remata su análisis señalando la paradoja de AMLO: “Es irónico que uno de sus logros más importantes hasta la fecha sea devolver los viejos privilegios al sindicato de maestros de México”.