El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.
Ya llegaron los días de campaña electoral. Las frases repetidas hasta el cansancio, las sonrisas angelicales de la mayoría de los aspirantes y la presteza con que se lanzan epítetos y acusaciones serán la constante en los siguientes meses. Hasta ahora, el tema educativo ha brillado por su ausencia. Las expresiones de los candidatos en lo general han ido hacia temas como la economía, la seguridad, la corrupción, etc. Lo que ha cubierto la prensa escrita y electrónica han sido opiniones y expresiones mediáticas y llamativas, pero nada sustantivo. Es por ello que no se le ha dado más atención al análisis de lo propuesto por el equipo de Andrés Manuel López Obrador, hasta ahora el único candidato que ha presentado un documento extenso con las ideas que pretenden ser su programa de gobierno. En las siguientes líneas se desarrolla un análisis inicial sobre las ideas que plantea en torno a la educación, mismo que pretende abstraerse de la parte “política” de acuerdos y posicionamientos que conforman el proceso electoral reportado por los medios de comunicación.
El extenso documento, llamado: Proyecto de Nación 2018-2024, dedica 24 de sus 415 páginas al sector educativo. Sus ideas sobre educación se pueden agrupar en tres grandes postulados: 1) Hay que cambiar el sistema educativo para que responda a las características y necesidades del pueblo mexicano, 2) hay que dar autonomía a las instituciones particulares de educación superior que no necesitan supervisión, y 3) se requiere un proyecto educativo emergente para dar acceso a los jóvenes a la educación media superior.
El texto resalta el papel del sistema educativo nacional como un recurso clave en la fortaleza del país y propone asegurar la gratuidad y la disponibilidad de infraestructura para la totalidad de los alumnos en condiciones de acceder a cada nivel educativo, desde preescolar hasta licenciatura. Adicionalmente propone a la educación como el elemento catalizador de las soluciones que vislumbra para los grandes problemas nacionales: delincuencia, corrupción, inequidad y pobreza.
En varios segmentos del texto habla de que se deberá realizar a fondo una reforma de planes y programas, involucrando a maestros, directivos, estudiantes, padres de familia y comunidades; actores que, adicionalmente a las autoridades educativas, determinarán las características de una educación de calidad, con valores humanistas y solidarios.
Se plantean tres “frentes”, que más bien son temporalidades. El primero es el de lo urgente y se plantea garantizar el derecho a la educación. Para el segundo, el de lo necesario, se propone “cambiar la orientación de la educación pública para restituir los principios constitucionales del reconocimiento al derecho a una educación universal, gratuita, laica, democrática y nacional” (p.387). Por último, para el frente de lo trascendente, se propone construir un programa educativo acorde con las necesidades y aspiraciones del pueblo de México. Para la reelaboración de los planes y programas de estudio se deberán tomar en cuenta las necesidades de aprendizaje planteadas para cada región.
Como pilares de acción educativa establece lo que llama “principios” de una escuela para todos.
- Educación para la justicia. Propone convertir a los espacios educativos en lugares inclusivos para todos aquellos que quieran aprender y “encontrar respuestas a sus preguntas, preocupaciones y necesidades” (p. 388).
- Educación para la reconstitución de la memoria y la identidad. Busca fortalecer “la historia, la geografía, la filosofía y el conocimiento de nuestra sociedad” (p. 388) para aprender de “nuestra experiencia como colectividades, reconocer nuestras necesidades y formular propuestas de presente y futuro” (p. 388). Señala también que esta orientación será elemento fundamental para la reorganización de planes y programas de estudio, las orientaciones de los niveles educativos y el sentido de todo esfuerzo de formación que emprenda el estado.
- Educación para la libertad. A pesar del nombre, este principio se centra en la equidad y propone mejorar las condiciones de acceso y permanencia a la educación a aquellos grupos de la población mexicana que menos acceso a la oportunidades educativas han tenido: mujeres, poblaciones rurales, indígenas y en situación de marginación y pobreza.
- Educación para la soberanía. Busca fortalecer el orgullo nacional a través del reconocimiento de sus expresiones. La apuesta es que una población educada y organizada podrá salvaguardar la soberanía nacional.
- Educación para el bien común. Busca resaltar el conocimiento y la práctica de la solidaridad, la convivencia armónica, la tolerancia, el respeto a sí mismo y a los demás, la búsqueda de una vida digna, en paz y libertad. Estos serán elementos fundamentales de la conquista del bien común.
Como medidas urgentes, que se infiere serían tomadas como política pública en caso de ganar la presidencia, se encuentran: a) la erradicación del analfabetismo, b) generalizar la gratuidad en todos los niveles educativos, c) otorgar becas de transporte y manutención a alumnos en comunidades de alta y muy alta marginación, d) establecimiento de comedores y albergues escolares, e) dar útiles, uniformes y materiales a los alumnos de educación básica, f) crear un programa de estímulos laborales a mayores de 15 años sin educación básica, g) construir infraestructura educativa en comunidades marginadas de acuerdo con sus necesidades, h) fortalecer la secundaria y el bachillerato, i) dar acceso a educación superior a quienes aspiren y estén en capacidad de hacerlo, j) crear un programa de prevención y erradicación de riesgos y de violencia en las escuelas, y k) establecer internados para quienes enfrenten violencia o desintegración familiar.
La propuesta deja en claro que el equipo de MORENA ve al centro educativo como un catalizador de las políticas públicas en las comunidades y pretende convertirlo en el centro de desarrollo de la localidad. Un elemento llamativo es que las personas interesadas en participar en los programas, podrán hacerlo en cualquier escuela y convertirse en “asociados libres”. De la misma manera, el programa académico y cultural de cada escuela deberá hacerse público y, quienes lo cursen podrán acceder a los materiales. Adicionalmente, con el interés de salvaguardar la memoria colectiva, cada escuela deberá disponer de un archivo con los documentos, testimonios, videos, fotografías de la historia de la comunidad y de la escuela. Estas tres ideas: 1) acceder como asociado libre, 2) hacer públicos los planes y materiales y 3) crear acervos de memoria de la localidad, dan idea de cómo se prevé la acción del centro escolar como núcleo dinamizador de la vida comunitaria y, aunque parecen interesantes desde lo abstracto, habrá que ver cómo funcionan en lo concreto.
El segundo gran componente tiene que ver con la educación superior y se trata de una verdadera sorpresa: la propuesta de autonomía de las instituciones de educación superior (IES) particulares. En esta sección del documento se presenta una argumentación más o menos detallada de las razones por las que se asume que las IES particulares que han demostrado el logro de estándares de calidad deben obtener autonomía o amplia libertad académica de parte del estado. Señala que esto no se puede conceder a la totalidad de las instituciones, pues existen las que no han hecho tangible su calidad. Postula que la normatividad actual tiene efectos negativos en la cobertura, inhibe la innovación, la creatividad de la oferta académica y tiene como consecuencia que la autoridad destine grandes recursos económicos y humanos al trabajo de supervisión sin beneficio para la educación superior mexicana. Seguramente esta propuesta ganará adeptos en el campo de las instituciones privadas.
Por último, presenta un ambicioso plan para la inclusión de 150,000 jóvenes adicionales al subsistema de educación media superior. Esto implicaría la integración de 5,000 nuevos docentes y un apoyo anual de 29,000 pesos a cada alumno, lo que en su conjunto requeriría 4,350 millones de pesos al año. La apuesta de este programa es que se logrará encauzar a los jóvenes excluidos del sistema de educación media superior hacia prácticas escolares positivas que los llevarán a concluir este nivel educativo y subsecuentemente a la educación superior.
Ahora bien, buscando responder a la pregunta que da título a este texto: ¿Cambio sustancial, afinación menor o más de lo mismo?, la realidad es que es un poco de todo, menos una transformación sustantiva. Por un lado, presenta ideas generales con las que es imposible estar en desacuerdo: desarrollo de los alumnos, apoyos para quienes más lo necesitan, un agresivo programa de infraestructura, por citar sólo tres, que han sido propuestas de prácticamente todos los gobiernos federales de las últimas administraciones. En este sentido, es más de lo mismo. Por otro lado, la idea de que “la educación que imparta el estado debe preparar a los educandos y a las comunidades y aportarles las herramientas para construir un futuro con justicia, libertad y democracia” (p. 394), ha sido una afirmación reiterada por décadas.
Cuando propone la autonomía de las instituciones particulares de educación superior, aunque podría parecer un cambio sustancial, es en realidad una afinación o modificación menor pues se trata de simplificar los requisitos y trámites a una parte realmente pequeña de las IES, la gran mayoría no se escaparía de la necesaria supervisión. El plan para incluir 150,000 jóvenes adicionales en educación media superior es ambicioso, pero no se puede decir que es un cambio sustancial ya que no se trata de una modificación estructural en la manera en la que funciona este nivel sino, en el mejor de los casos, un añadido a la operación que amplía la cobertura. En este sentido, aunque las propuestas son adecuadas, no se puede decir que se trata de un “revulsivo” en el campo de la educación. Tal vez las modificaciones de fondo llegarían con la pretendida restructuración de planes y programas que se pretende a mediano plazo como parte de lo trascendente.
Para concluir, cabe preguntarse ¿qué elementos debe tener el sistema educativo mexicano para sacarlo del inmovilismo en que se encuentra? O más aún ¿cómo aglutinar voluntades para lograr una verdadera transformación educativa?
Referencia
Proyecto18 (2017) Proyecto de Nación 2018-2024. Tomado de https://drive.google.com/file/d/1UwBfA6aW1vyqyPzI2NxZ177yc81Kk6wc/view