Interesados en saber si el gobierno que se autodenominó como guía de la Cuarta Transformación estaba sentando las bases para emprender el cambio educativo necesario, 14 investigadoras e investigadores nos reunimos para discutir la política en educación superior en los dos primeros años del sexenio. Este ejercicio dio como resultado el libro “Análisis de la política en educación superior bajo el gobierno de AMLO: ¿cambio, continuidad o regresión?”, el cual fue publicado por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) en coedición con las universidades autónomas de Querétaro (UAQ) y de Baja California (UABC).
Este texto permite responder, entre otras, a las siguientes preguntas: ¿fueron tan radicales los cambios en el diseño de los programas como para pensar que, ahora sí, la equidad en la universidad sería una realidad? (Miller, Mejía y González) ¿Existe la capacidad real para elevar sustancialmente el financiamiento a las universidades públicas y emprender una verdadera transformación? (Márquez) ¿Se construyeron las condiciones para emprender la reforma de las escuelas normales que era necesaria? (Málaga, Medrano, Siqueiros y Monge). Ante el recurrente discurso de la “revalorización” del magisterio, ¿se trató con la misma importancia y deferencia al investigador, científica y profesor universitario, o la narrativa gubernamental tendió a cambiar por niveles? (Galaz y Martínez Stack, Pérez y Buendía).
En resumen, el doctor César García y el que escribe quisimos indagar en este estudio de un primer momento del sexenio si se había formulado una agenda educativa lo suficientemente imaginativa como para poder suplir aquellos programas y políticas que algunos otros colegas y la propia ANUIES habían catalogado como “agotadas”. Nuestro balance se inclina hacia el lado negativo.
Lógicamente, esta observación puede ser refutada o complementada con otros estudios sobre implementación y evaluación de políticas y con ello, tener una visión más global del desempeño de este gobierno en materia de educación superior. Por ello, invitamos a nuestros amables lectores a revisar el contenido del libro y los argumentos ahí presentados.
El inicio de cualquier gobierno genera esperanzas de cambio y éste, al igual que otros que le antecedieron, prometieron caminos distintos que al no irse cumpliendo nos hacen repensar. En lo particular, este gobierno quiso probar ideas “distintas” y construyó una retórica particular.
Habló, incluso, de cancelar la “larga noche neoliberal para inaugurar el post-neoliberalismo”. Como eslogan, esto no suena mal pero en realidad se trata de un discurso vacío si no se respalda con una mejora en las condiciones de vida, estudio y aprendizaje del joven universitario, docentes, científicas y profesores. Esto, en una democracia, se logra con políticas más efectivas.
Sigamos discutiendo entonces la acción pública del actual gobierno para reemplazar su defensa a ultranza de unos cuantos por un mejor razonamiento público y por ideas que en verdad funcionen. Esto es tarea primordial de la universidad pública mexicana.
Investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro (FCPyS)