Amanda De Campos y Ana María Fernández[i]
Medir el aprendizaje es clave para combatir el rezago educativo. Con herramientas de evaluación podemos identificar deficiencias y diseñar respuestas efectivas. Los sistemas educativos a nivel estatal deben utilizar herramientas de evaluación y medición para crear políticas públicas que mejoren la educación.
Uno de los mayores desafíos que enfrenta la sociedad es garantizar una educación de calidad, plasmado en el ODS , uno de los 17 objetivos de la ONU para lograr un desarrollo sostenible. La pandemia de COVID-19 ha complicado alcanzar este objetivo en países de bajos y medios ingresos. El rezago en los aprendizajes ha afectado a unos 1,600 millones de estudiantes en todo el mundo debido al cierre de escuelas. Esta situación también ha ocasionado deterioro en la salud mental de los estudiantes, así como un aumento considerable del riesgo de violencia y trabajo infantil. Organismos como el Banco Mundial, UNICEF Y UNESCO han realizado esfuerzos para identificar acciones concretas que permitan recuperar el aprendizaje perdido.
Previo al inicio de la pandemia, México enfrentaba ya un gran desafío en asegurar que los sistemas educativos garantizarán la adquisición de los aprendizajes mínimos. La edición 2019 de la prueba ERCE (Estudio Regional Comparativo y Explicativo) muestra que no se estaban obteniendo buenos resultados en lectura, matemáticas y ciencias naturales para estudiantes de tercer y sexto grado de primaria. Aunque los resultados eran superiores al promedio latinoamericano, se registró un retroceso respecto a la evaluación de 2013. Esto confirma que ya existía un problema en garantizar la adquisición de conocimientos básicos entre los estudiantes (algo que reafirmó la prueba PLANEA).
La respuesta está en lo local
El rezago en los aprendizajes está encontrando soluciones en los sistemas educativos locales. El Banco Mundial destaca la importancia de empoderar y brindar herramientas a los actores locales como maestros, padres de familia y directores para que puedan adaptar las soluciones al contexto específico de su escuela y comunidad. Por su cercanía con los servicios educativos, los actores locales pueden adaptar las herramientas y soluciones educativas que consideren más efectivos. Factores como los hábitos de lectura, el nivel educativo de los padres, o la expectativa académica de los estudiantes pueden llegar a incidir de forma considerable en los aprendizajes.
La coordinación y el trabajo conjunto entre los distintos actores a nivel local son fundamentales. Abordar el rezago en los aprendizajes es una tarea compleja y requiere de diversas acciones. Solo mediante una organización adecuada y una colaboración efectiva entre los distintos actores del sistema educativo se podrá superar la crisis.
Guanajuato: juntando las piezas del rompecabezas
El Gobierno del Estado de Guanajuato ha implementado una herramienta diagnóstica llamada RIMA (Recopilación de Información para la Mejora de los Aprendizajes). Este instrumento busca conocer el estado actual de los aprendizajes tras la reapertura de las escuelas cerradas por la pandemia de COVID-19. RIMA permite a las autoridades escolares identificar problemas, avances y áreas de oportunidad en el ámbito educativo, ofreciendo una valiosa herramienta para mejorar la calidad de la educación en Guanajuato y generar políticas educativas pertinentes.
RIMA es una herramienta diseñada para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Se trata de una estrategia introspectiva censal (autoadministrada por los docentes) que se aplica en 4to, 5to y 6to de primaria, y en 1ro, 2do y 3ro de secundaria. La prueba recopila información en cuatro dimensiones: español, matemáticas, contexto socioeconómico y habilidades socioemocionales. De esta manera, se pretende medir los avances en el aprendizaje considerando el ambiente educativo del alumnado, y proporcionar información relevante para la formación docente y la planeación de la enseñanza conforme a distintos grupos de estudiantes.
RIMA logró una cobertura sin precedentes, alcanzando una tasa de aplicación del 99.8% en las escuelas de Guanajuato. 602,011 estudiantes de educación básica fueron evaluados entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre de 2021, tras el regreso escalonado a las aulas que inició para el alumnado de educación básica el 30 de agosto de 2021. Esta prueba permitió obtener un diagnóstico basado en datos empíricos para realizar los ajustes necesarios en el programa de estudios de la entidad, la planeación docente y la política educativa del estado, para construir una base sólida para recuperar los aprendizajes mediante soluciones diseñadas en cada comunidad escolar.
La herramienta diagnóstica RIMA nos permite comprender la problemática educativa de Guanajuato para buscar soluciones desde una perspectiva local e individual. La prueba piloto realizada en marzo de 2020, que se llevó a cabo en solo seis municipios, así como la aplicación de la prueba en octubre y noviembre de 2021 en todos los municipios[i] ofrecen evidencia del rezago en los aprendizajes provocado a raíz de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, es importante destacar que la evaluación es solo una de las piezas de la estrategia del estado para mejorar la situación educativa.
Evaluación y mejora continua: piezas fundamentales del rompecabezas
Los resultados de la prueba son esenciales para afinar el Programa Escolar de Mejora Continua. Para lograr una respuesta efectiva a los problemas identificados, se sigue una estrategia en tres etapas: (1) difusión y análisis de los resultados ante el Consejo Técnico Escolar, (2) intervención para reforzar los aprendizajes identificados y (3) utilización de los resultados para diseñar el Programa Escolar de Mejora Continua. A partir de esto, el estado de Guanajuato podrá implementar la Estrategia Macro 2022-2024 “Pacto Social por la Educación”, el cual tiene como objetivo promover alianzas entre actores de la educación y distintos sectores de la sociedad.
En Guanajuato, también se han implementado iniciativas complementarias que permiten armar una estrategia integral, tales como la implementación de un modelo de concreción curricular para primaria y secundaria (CONCUPRISE), que ha servido para priorizar los aprendizajes imprescindibles e implementar diversas estrategias de apoyo como las guías para el aprendizaje en casa que el estado distribuyó para apoyar a los alumnos y docentes durante la pandemia, las plataformas electrónicas para el docente y el alumnado, los estudios para la adaptación de la educación durante la contingencia sanitaria y los tableros de indicadores educativos.
Relevancia de la escalabilidad
Los esfuerzos realizados por el Gobierno de Guanajuato son ejemplares y tienen un gran potencial para ser replicados en otras entidades del país. Las distintas acciones implementadas en su estrategia integral podrían ser adaptadas para abordar los retos educativos en otras regiones. Estas estrategias podrían servir como un punto de referencia para otros sistemas educativos estatales en la creación y el diseño de políticas públicas enfocadas en mejorar el rezago educativo.
Amanda De Campos y Ana María Fernández
Estudiantes de la Licenciatura en Derecho del Instituto Tecnológico Autónomo de México e integrante de la Clínica en Derecho y Política Pública de dicha universidad.
[i]Ambas fueron censales para primaria alta y todos los niveles de secundaria.
[i] En este trabajo las autoras presentan las opiniones profesionales de Alejandro Montaudón, José Luis Oliveros, Rogelio Cid y las suyas propias, todos integrantes de la Clínica en Derecho y Política Pública del Instituto Tecnológico Autónomo de México. Por ello, su contenido no debe interpretarse como un posicionamiento oficial o particular de institución alguna. Extendemos un afectuoso agradecimiento a Ana Zorrilla, Laura Del Refugio Ortega y Marcela Silveyra; quienes siempre nos abrieron sus puertas, pues sin su apoyo y colaboración este artículo no sería posible. También extendemos un agradecimiento a Marco Sánchez por su revisión de contenidos.