Es muy difícil construir y muy fácil destruir. Lo anterior viene a colación por la contrarreforma educativa que se acaba de aprobar, la que desaparece al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y lo sustituyen por un organismo público descentralizado, quitándole la autonomía constitucional (de la cual gozó algunos años) y regresándolo a su estado original cuando fue recién creado.
Recuerdo muy bien las dos reuniones que el INEE convocó a los demás organismos constitucionalmente autónomos (OCA) de México, entre ellos el BM, el INEGI, el INE, el INAI, la COFECE, la CNDH y el IFT para conversar sobre la naturaleza, retos y amenazas de los OCA. En las dos ocasiones, unánimemente, los representantes de los OCA señalaron que su naturaleza era ser un contrapeso del gobierno en turno; que su reto era ejercer con inteligencia y prudencia las atribuciones y facultades que les daba la Constitución; y, que su gran amenaza era la constante presión del Poder Ejecutivo por limitar su autonomía. Todos ellos pudieron dar ejemplos de las acciones de los gobiernos en turno en contra de los OCA. Dos de los que recuerdo muy bien fueron: 1) el BM, por defender la política monetaria en tiempos de crisis financiera y 2) el INEGI, por defender la publicación de la información en tiempos políticos. Sin embargo, todo los OCA tenían anécdotas que mostraban los intentos del Poder Ejecutivo para debilitar su autonomía. Aquí aplicaba la idea de que “el poder se ejerce, no se comparte”.
Pues bien, la 4T acaba de mostrar con la destrucción del INEE que no le interesan los OCA, mucho menos los que defienden la autonomía que la Constitución les otorgó. Por ello, es de esperarse que durante los próximos años habrá un debilitamiento de los organismos autónomos que le incomoden al gobierno de Morena, que encabeza AMLO; debilitamiento que puede llegar a la eliminación o destrucción de alguno de ellos, como fue el caso del INEE.
Las preguntas que los ciudadanos nos debemos hacer respecto a los OCA son: ¿para qué sirven?, ¿son una necesidad en nuestro país?, ¿en qué áreas de gobierno se necesitan?, ¿por qué no todos los países cuentan con ellos? Aunque no puedo responder todas estas preguntas, la respuesta general de la necesidad de los OCA en México se centra en la imposibilidad que ha mostrado el gobierno en actuar eficazmente en ciertos rubros de su ámbito, como son los casos del control de la inflación (BM), la administración transparente de elecciones (INE), la defensa de los derechos humanos (CNDH), la generación de información confiable y oportuna (INEGI, Coneval, INEE), la promoción de la competitividad económica (Cofece), la definición de políticas y normatividad en materia de telecomunicaciones (IFT) y la promoción de un gobierno transparente que dé acceso a la información pública (Inai).
En el caso del INEE, puedo destacar que, antes de su creación (en 2002), los ciudadanos, académicos y autoridades educativas no contaban con información confiable y oportuna sobre los distintos componentes del sistema educativo nacional, tanto a nivel federal como a nivel estatal. Especialmente, no se conocía el logro educativo que alcanzan los estudiantes al término de los distintos grados escolares. Es el INEE quien empieza a dar a conocer los magros resultados que arroja el Sistema Educativo Nacional de una manera sistemática; información que se sustenta en las mejores prácticas evaluativas del mundo. También da a conocer las condiciones de infraestructura y equipamiento de las escuelas, las prácticas pedagógicas de los docentes, los estilos de liderazgo de los directivos y las características del currículo nacional. Genera decenas de indicadores educativos, con los que se da cuenta, no solo del estado en que se encuentra el país, sino de cada una de sus entidades federativas. Caracteriza los servicios educativos que se le ofrecen a las poblaciones vulnerables, a los indígenas y discapacitados. En fin, genera información tan abundante que solo una institución como el INEE podría hacer. Para verificar esta afirmación basta con revisar superficialmente la sección de publicaciones de su página de Internet (www.inee.edu.mx).
Sin embargo, el 15 de mayo de 2019 se termina por destruir uno de los proyectos educativos del país de mayor envergadura. Los responsables de esta locura no tienen la menor idea del daño que le hacen al país, al sistema educativo y a los niños y jóvenes mexicanos. Pero su ignorancia no los eximirá del juicio político que la historia sabrá hacer.
Pobre México! en manos de quién estamos que, en vez de fortalecer instituciones, las destruye, exhibe como trofeo su muerte y se ufana públicamente de ello.