Dentro de nuestro entorno, seguramente hemos escuchado la palabra lúdica, que según su origen proviene del latín ludus que significa juego, sin embargo, el juego tiene dos funciones. La relacionada con el juego en sí y la función educativa, cuyo propósito está relacionado con la comprensión, la construcción y apropiación de las experiencias y de los saberes.
La lúdica nos remite a la comprensión, a una manera de vivir la cotidianidad, a sentir placer y valorar lo que acontece, es decir, actividades que remiten a la satisfacción física, espiritual y mental. Estas actividades se consideran como un recurso muy eficaz dentro de los procesos de enseñanza y de aprendizaje para estimular el proceso formativo. La metodología lúdico-recreativa ha sido difundida a partir de la década de los ochenta, promoviendo el desarrollo integral de las personas mediante el juego y la creatividad.
La creatividad por su parte, fomenta la estimulación de las facultades imaginativas, perceptuales y emocionales, en donde la educación artística juega un papel muy importante en el desarrollo del ser humano, puesto que potencializa la sensibilidad y promueve la experiencia estética. Diversas investigaciones han mostrado aquellas variables que entran en juego a través de las expresiones artísticas: la autoestima, el autoconcepto, la relación entre pares, la facilidad de expresión, la creatividad, es decir, reconocer quienes somos y cómo podemos interaccionar con los demás en distintos contextos sociales (Ferreyra, et al.2015).
Es un error pensar que solo los docentes pueden fomentar las posibilidades infinitas que brinda el arte, desde la apropiación misma de un lenguaje. Los padres de familia juegan un papel muy importante para esta apropiación ya que, en el hogar, es necesario que las niñas, niños y adolescentes NNA lo vivan cotidianamente y que en los periodos vacacionales realicen visitas a los museos, asistan a eventos y talleres artísticos, que realicen recorridos culturales etc.
Las oportunidades siempre están presentes, apoyarse, por ejemplo, en todo lo que existe en espacios virtuales aprovechando la tecnología. No es necesario ir a París, a Roma, inclusive a la Ciudad de México; hay tantos recorridos virtuales, documentales, videos sobre las diversas manifestaciones artísticas a través de las cuales es posible fomentar desde los hogares el diario vivir y su cercanía con las artes y la lúdica.
Inclusive un videojuego puede ser la oportunidad para interaccionar, acercarse y disfrutar de los momentos que la lúdica ofrece, solo hace falta un poco de decisión y de tiempo para estar con nuestra familia y los amigos.
Les invito a fomentar ahora y siempre estas actividades y a disfrutar de esos momentos.
Referencias
Ferreyra Murillo, Diego Agustín, Oropeza Tena, Roberto, & Ávalos Latorre, María Luisa. (2015). Relación entre la práctica de las artes y el rendimiento académico en estudiantes universitarios. Sinéctica, (44), 1-14.