Sergio Martínez Dunstan
La educación de los niños en la escuela se encuentra directamente relacionado con el quehacer de sus maestros. Los profesores ponen en juego sus conocimientos inherentes a su formación y la sabiduría acumulada a través de sus años de experiencia para ponerla a disposición de la formación de sus alumnos; adecua su modo de enseñar a los diversos estilos de aprendizaje de sus alumnos. Asume el aprendizaje como destino, la planeación cómo faro y la situación didáctica, el barco que lo conducirá hacia buen puerto.
El perfil de egreso, los rasgos del mismo, las características, el tipo de alumno que se pretende formar es fundamento del trabajo docente. Este es el fin de la educación para responder a la pregunta ¿para qué educar? Se explica cómo el desempeño que se busca que los estudiantes logren. Es el conjunto de conocimientos, procedimientos, actitudes y valores necesarios para desenvolverse en la sociedad actual en donde la generación del conocimiento es distinguible. Se le alude también como competencias esenciales las cuales se traducen en aprendizajes clave. Claves porque solucionan los problemas de la vida cotidiana y porque le permiten al ser humano aprender a lo largo de la vida. El aprender a aprender es fundamental para adaptarse a una era en constante cambio, evolución. Demanda una serie de procesos mentales precedentes a la capacidad para conocer por medio de la percepción y los órganos del cerebro, es decir, la cognición. Dominar las competencias esenciales para la vida brinda un desarrollo social y personal equilibrado.
La educación obligatoria comprende los niveles de preescolar, primaria, secundaria y media superior. En el plan y los programas de estudios definen los objetivos generales y particulares que permiten a los egresados desarrollar las competencias esenciales, lograr los aprendizajes clave en concordancia con el perfil deseado. Éstos a su vez se concretizan en los aprendizajes esperados. Los aprendizajes esperados, a su vez, son metas de aprendizaje graduados progresivamente según el desarrollo humano y dosificados en el currículum a lo largo de la educación obligatoria. Son enseñables, alcanzables y evaluarles a fin de cumplir con la expectativa formal y social que a las escuelas se les demanda: desarrollar en los alumnos competencias para la vida. Es desarrollar y movilizar las competencias como lo concibe Phillipe Perrenoud.
Planear la enseñanza bajo esta premisa implica fomentar habilidades para la resolución de los problemas cotidianos y utilizar este conocimiento para resolver otras problemáticas igual o de mayor relevancia en entornos diversos. Planear la enseñanza representa la hoja de ruta, la brújula que conduciría el trabajo a buen puerto, el aprendizaje de sus alumnos. Planear es prever, dejar de lado la improvisación, es organizar, preconfigurar de manera consciente y anticipada los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Planear la enseñanza es sinónimo de realizar una planeación didáctica con la mirada puesta en la conjugación de distintos factores que conduzcan hacia el aprendizaje de los estudiantes, a lo que se espera de ellos al final del camino. Trae consigo clarificar cómo se logrará, los apoyos necesarios y los recursos necesarios para coadyuvar en esta compleja tarea.
Planear la enseñanza, la planeación didáctica per sé, se instrumenta mediante el diseño de una situación didáctica. Una estrategia para conseguirlo es la consigna comprendida como la actividad propuesta, o propuesta de actividad, para los estudiantes. Existen consignas de muy diversa índole según el aprendizaje que se pretende propiciar. Es recomendable que la consigna despierte el intelecto, estimule la curiosidad y demande la experiencia. Una de ellas consiste en problematizar el conocimiento objeto de enseñanza. Debe conflictuarlos a quienes se les enfrenta a esa situación tomando en cuenta su bagaje, sus saberes previos, de ahí la importancia de identificarlos con antelación. Por ello se le conoce como conflicto cognitivo.
El conjunto de actividades, o consignas, relacionadas ente si con la finalidad de desarrollar el aprendizaje se le llama, situaciones didácticas. La finalidad de las situaciones didácticas es optimizar los recursos y poner en práctica diversas estrategias.
En cada situación didáctica se sugiere incluir:
- Los aprendizajes esperados
- Las actividades que constituyen la situación didáctica
- El tiempo previsto para su desarrollo.
- Los recursos
Sus elementos responderán a los siguientes cuestionamiento:
- ¿Quiénes? Docentes y discentes
- ¿Para qué? Propósitos educativos – aprendizajes esperados.
- ¿Qué? Contenidos educativos
- ¿Cómo? La metodología a emplear
- ¿Dónde? Los espacios o ambientes en los cuales se llevará a cabo los procesos de enseñanza aprendizaje
- ¿Con qué? Los recursos a emplearse
- ¿Cuándo? Los tiempos contemplados.
Lo anteriormente descrito se intentó sustentarse desde los fundamentos de los planes y programas de estudio, esperamos se apegue lo más fielmente posible a ello. Es fundamental conocer el planteamiento curricular y dominar el enfoque pedagógico. Es desafiante para los maestros aterrizarlo puntualmente en las aulas frente a sus alumnos máxime cuando aún conviven más de un plan y programas de estudios en transición. Indudablemente, el reto consiste en hacerlos compatibles, el planteamiento curricular y el enfoque pedagógico. Se hace necesario, desde esta visión, pensar y repensar el trabajo docente, prepararlo con dedicación y esmero producto de las prescripciones curriculares y disciplinares. Identificar las inconsistencias en las asesorías formales recibidas e intercambiar puntos de vista con sus colegas para contrastar diversas visiones.
Siendo así, el quid de la cuestión, independientemente del modelo, está en realizar una planeación didáctica pertinente que detone los aprendizajes con la romántica esperanza de la formación integral de los estudiantes.
Carpe diem quam minimun credula postero
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