Jesús Andriano*
En las últimas semanas la noticia sobre el futuro del INEE, se ha convertido en un tema de conversación y controversia entre políticos, investigadores y maestros en general. El INEE fue creado mediante decreto en el gobierno de Vicente Fox, en el año 2002, en ese momento asumió el compromiso de calidad de la educación; la misión era generar información sobre el sistema educativo nacional, las características y el funcionamiento bajo una mirada prospectiva que ayudara a la toma de decisiones para la mejora de un sistema educativo. El INEE fue el encargado de hacer públicos por primera vez los resultados de las evaluaciones nacionales e internacionales, lo que generó confiabilidad en el plano internacional sobre la veracidad de la información que emitía.
En las tres últimas décadas la evaluación estandarizada se instauró como la herramienta idónea para la medición de los procesos educativos; no obstante, la inestabilidad de la aventura se cristalizó en un posicionamiento modernista bajo el riesgo validar la factibilidad de los modelos educativos vigentes y con ello atender las recomendaciones de la OCDE para México en el 2010, la estrategia fue simple, mejorar la calidad de la educación mediante estándares nacionales claros para los profesores, atendiendo un enfoque de evaluación y de desarrollo profesional.
En el 2013 en el mandato de Peña Nieto se reconstruyó la idea del INEE y se le dotó de autonomía para convertirse en un organismo público autónomo, cuyo principal objetivo es contribuir a lo dictado por el marco de ley en materia de una educación de calidad; para lograr el objetivo se le solicitó al instituto enfocarse a evaluar distintos aspectos de orden académico, los resultados en las diferentes modalidades y niveles de los procesos educativos, así como emitir lineamientos para la evaluación a los docentes a partir de un marco de Ley con la finalidad de asegurar un mejor desempeño docente que fortalezca la calidad y equidad de la educación obligatoria en México.
En el marco de la Ley de Servicio Profesional Docente emitida en 2013, se establecieron los criterios, términos y condiciones para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia al servicio docente; así mismo se definieron los perfiles, parámetros e indicadores, aspectos que todo docente de educación básica y media superior debe de atender para asegurar la mejora de la educación de acuerdo al servicio profesional docente.
El estigma social sobre la evaluación generado en los maestros fue el enemigo de los objetivos de la política educativa y el proceso de evaluación se convirtió en el tema de controversia dentro y fuera de la escuela, muy a pesar de la resistencia de los docentes, se anunció la evaluación como la opción inmediata para mejorar la calidad en el servicio educativo.
Los organismos de evaluación en otros países al igual que en México plantean contribuir a los objetivos del mejoramiento de la calidad y equidad de la educación, de acuerdo con el estudio Sinergies for Learning (Sinergias para un mejor aprendizaje) realizado por la OCDE, la evaluación de profesores se realiza para proporcionar retroalimentación acerca de sus capacidades y desempeño, se manifiesta que el monitoreo y la valoración eficaz de los profesores es fundamental para la mejora continua, los profesores necesitan retroalimentación sobre su desempeño para ayudarles a identificar de qué manera mejorar y conformar mejor su práctica de la enseñanza y, con apoyo de un liderazgo escolar efectivo mejorar sustantivamente como comunidades profesionales de aprendizaje.
La evaluación es una condición propia de la práctica docente, todos los días los docentes evalúan lo realizado, se analiza y se reflexiona sobre lo que se hace y lo que se dejó de hacer; la evaluación que realiza el INEE cumple con lo solicitado por un organismo; sin embargo no existe un plan estratégico para dar seguimiento al desempeño sobre los resultados arrogados, el acompañamiento de tutoría en la mayoría de los casos brilla por su ausencia, los diferentes cursos aleatorios que ofrecen diversos organismos son seductores y satisfacen el oído de los asistentes.
El acompañamiento en prácticas de colaboración puede ser una alternativa para mejorar la práctica docente; en Shanghái es un requisito para los docentes, observar y enseñar a otros docentes, en Japón, un pequeño grupo de profesores planean una lección juntos, se observan unos a otros al impartirla, y luego comentan para mejorarla de manera colectiva. En Inglaterra se ha desarrollado un enfoque llamado trio de aprendizaje, que se utiliza para compartir el conocimiento y las experiencias exitosas entre una escuela excelente y dos menos exitosas.
El acompañamiento puede ser una alternativa para mejorar la práctica docente después de la evaluación; sin embargo, ante la encrucijada sobre el devenir del INEE, es necesario reconocer que la pluralidad privilegia la razón, y que la coyuntura política puede ser detonante para mejorar la educación.
*Profesor investigador de la Escuela Normal de Tecámac. Colaborador de Voces Normalistas. Miembro de la RED RECREA.
Referencias
Matthews, P. (2016). Mejores Escuelas: Estrategias de acción en México. En G. Guevara Niebla, M. T. Meléndez, R. Fausto, S. Hidalia, & T. Felipe., La evaluación docente en el mundo (págs. 41-75). CDMX, México: Fondo de Cultura Económica.