Desafortunadamente, la evaluación educativa se ha utilizado como un método de control y manipulación en lugar de una herramienta de mejora y profesionalización, señalaron especialistas durante el Coloquio Internacional “¿Hacia dónde va la Universidad en el siglo XXI?”, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante la mesa de debate “La evaluación universitaria. Presente y Futuro”, Mario Rueda Beltrán, Director del Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación (IISUE), señaló que uno de loa propósitos fundamentales de la evaluación es la retroalimentación y las modificaciones de acciones educativas.
Agregó que debe ayudar con la certificación de programas, la rendición de cuentas y el perfeccionamiento académico. Sin embargo, reconoció que es muy socorrida para la distribución de recursos y el control del sistema educativo.
Además, señaló que actualmente la evaluación educativa tiene doble cara, donde por un lado dice buscar la mejora, pero por el otro mantiene una gran crisis de credibilidad, ligada a diversos casos de fraudes donde sólo buscan el acceso a recursos y no respetan las tradiciones disciplinarias de sus procesos.
“Por desgracia, la evaluación tiene además, una limitada retroalimentación, no brinda reconocimientos del desarrollo institucional y está desvinculada con otras acciones de mejora”.
Sobre la evaluación vinculada a la calidad, el académico señaló que se debe enfocar en mejorar la eficiencia de los procesos educativos, en los resultados a corto y largo plazo, la relevancia de las tareas emprendidas y los aspectos de la equidad y transparencia.
Finalmente, explicó que la evaluación en materia educativa debe estar acorde a la disciplina y la institución que la aplica, reconocer el contexto de la misma, tomar en cuenta la diversidad del trabajo académico, ir hacia la autorregulación y vida colegiada y contemplar la autonomía con compromiso social de servicio.
Por su parte, Humberto Muñoz García, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales, señaló que la evaluación debe hacerse por cuerpos colegiados integrados por académicos con prestigio que den legitimidad a sus procesos.
“El tema de la evaluación educativa debe tener un gran respaldo académico, por ello un cuerpo colegiado integrado por destacadas personalidades en la materia, reforzaría los objetivos de la misma”, reconoció.
Por último, señaló que las universidades públicas tienen más evaluaciones, por parte del gobierno federal; sin embargo, dijo, esto no significa que tienen mejores niveles y condiciones.