En el centro está la escuela, en el centro del discurso. Hay elementos educativos fundamentales que no pudieron acomodar en el centro, y se quedaron en las orillas. En este “año clave” nos prometieron que aterrizaría la reforma en las escuelas y en las aulas, pero parece ser que nos darán lo que falta de la reforma educativa en abonos chiquitos.
Como hemos visto, las prioridades de la secretaría de Nuño parecen tener un orden de importancia. Con la “escuela al centro” se percibe lo que por decreto secretarial se ha considerado como el centro de la atención; y lo demás es de prioridad secundaria, o terciaria. Las líneas de acción, como refiere Carlos Ornelas (Excélsior, 27/01/2016), no tienen mucha novedad, ya que son las recomendaciones que hace la OCDE a sus países miembros. Recordemos que el 2012 se publicó Revisiones de la OCDE sobre la Evaluación en Educación. México, trabajo coordinado por Paulo Santiago, Isobel McGregor, Deborah Nusche, Pedro Ravela y Diana Toledo.
Dichas revisiones se realizaron de igual forma en varios países. Pero para el caso de México, establecieron que la evaluación opera en cinco niveles clave: (i) el sistema nacional; (ii) subsistemas estatales; (iii) la escuela; (iv) el maestro; y (v) el alumno. En el capítulo dos, se advierte que el marco de la evaluación parece estar fragmentado, debido a que “los componentes individuales se han desarrollado de manera independiente en el tiempo” (Santiago, McGregor, Nusche, Ravela y Toledo, 2014, p. 39).
Pareciera que no se aprende la lección, o que se actúa con negligencia. El sistema educativo mexicano se ha caracterizado por realizar sus reformas a través de diferentes entregas, con tanta distancia temporal que parecieran no estar relacionadas entre sí.
En una orilla, los maestros
Este año “clave”, pudo haber sido la diferencia, pero no. Mucho menos ahora que vemos que la prioridad 3. Desarrollo Profesional Docente, queda congelada. Recordemos que a mitades del 2015 se suspendió la evaluación por parte de la SEP, y semanas después se reactivó. Pues ahora la evaluación del segundo grupo de profesores se posterga para noviembre, si es que no llega la ocurrencia de volver a cambiar la fecha.
Pero en esa misma prioridad 3, está la preparación docente; tanto la formación inicial que se adjudica a programas de universidades y escuelas normales, como la formación continua que realizan los maestros en servicio. Ahora que se publiquen los resultados de los docentes evaluados (si existen áreas de oportunidad en los docentes) también se tendrá que poner en marcha, al mismo tiempo, la estrategia de fortalecimiento de los profesores en servicio.
Desde mitades del 2015 ya se asomaba un nuevo modelo para la formación docente en normales públicas, como acuerdo de la XXXVII Reunión de la CONAEDU, y por poco se presentaba oficialmente en agosto (según su “dinámica general”), pero no fue así. Poco después del cambio de secretario de educación, en septiembre de 2015, el INEE publicó las directrices para la formación docente, y hay oficios al respecto, pero no ha salido todavía el Modelo oficial de formación docente 2016.
Sin embargo, desde octubre de 2015, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación organizó cinco Encuentros Regionales de Escuelas Normales para la Consulta sobre el Modelo Educativo 2016. En dichos foros se presentó la información que ya se ventilaba como acuerdos de la CONAEDU, previos a las directrices del INEE. Pero no se han publicado las relatorías de las propuestas del SNTE a la SEP.
En la otra orilla, los Planes
La Prioridad 4. Revisión de Planes y Programas de estudio, resulta necesaria en la implementación de la reforma, para que pueda ser “educativa”. Si el modelo curricular se ha agotado, o nunca funcionó, o proponen otro mejor, tienen que demostrarlo. Tienen que publicar los resultados de la revisión y evaluación del Plan 2011 para educación básica, y diseñar la gran estrategia que implica su implementación. Si los maestros y los Planes de estudio no están en el centro, es posible que la escuela naufrague. Los resultados esperados requieren la participación de todos los actores educativos. Todos remando para el mismo lado, y al mismo tiempo.
Para acabarla
El plan “la escuela al centro” se monta en los Planes de estudio que no se han validado como pertinentes; y la nueva estructura de personal, supone que los profesores llegarán preparados para la nueva escuela, y que los excomisionados serán excelentes subdirectores. Las líneas de acción de la escuela al centro, parecen estar bien intencionadas, y se anuncian como la panacea que cura todo tipo de padecimiento.
Hace poco Antonio Gershenson publicó “¿Queremos más sexenios PRI-PAN-PRI-PAN?” (La Jornada, 31/01/2016), la nota advierte que a estas alturas la izquierda está dividida. Porque este gobierno anda en su segunda mitad, y ya se acerca el otro sexenio. Pero más que pierda un partido, o que gane otro, los principales afectados son los estudiantes y los docentes. Porque ya sabemos que cada nuevo presidente y su secretario, traen su solución para disolver la educación en México.
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Jefe de redacción de Voces Normalistas
Conductor de “Dimensión Educativa”, en Radio Ciudadana, 660 AM.