Durante la conferencia “Tecnología para la innovación educativa”, Alfonso Bustos, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que la escuela y el uso de las nuevas tecnologías en el aula, deben ser un puente entre diferentes contextos de aprendizaje, nunca una barrera o desviación que perjudique a los estudiantes.
Como también se explica en el texto, Escuela, TIC y más que pantallas: perspectivas, tendencias y retos futuros, lo importante, en el ámbito educativo, es lograr una mejora y desarrollo a través de estas nuevas tecnologías.
“Después de múltiples esfuerzos de los Estados, de los gobiernos, de las sociedades y de los centros educativos para incorporar las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en las escuelas, lo que nos ocupa fundamentalmente, desde el ámbito psicoeducativo, tiene que ver con la necesidad de entender la capacidad de transformación y mejora de la educación a través de ellas.”
Todo ello, indica, siempre en función de los usos efectivos que se hagan de estas tecnologías de acuerdo con los propósitos y en contextos específicos.
Bustos agregó que, una de las tareas centrales, dado este escenario de progresiva integración de las TIC en el ámbito educativo, tiene que ver con la necesidad de poner en marcha múltiples esfuerzos desde múltiples niveles y perspectivas para conseguir una comprensión más acabada sobre cómo, hasta qué punto y bajo qué circunstancias y condiciones la incorporación de las TIC a los procesos formales de enseñanza y aprendizaje modifican las prácticas educativas escolares, no escolares, formales, informales, etc.
Las futuras líneas de desarrollo de las TIC en educación, continuó el experto, son literalmente inconmensurables.
También lo son, desde luego, las prácticas de uso que emergen o pueden emerger en las distintas realidades socioculturales y en los diversos contextos de actividad de las personas. Pero no sólo por la rapidez de los cambios, que sí que es un factor capital, ni tampoco debido únicamente a la emergencia de novedosas tecnologías, que también lo es.
Finalmente, explicó que son inconmensurables por la emergencia de formas de uso potencialmente más innovadoras:
“que van desde el desarrollo de las prácticas educativas más o menos conocidas hasta la potencial aparición de prácticas educativas que aún no conocemos, pasando por la generación de relaciones entre contextos de aprendizaje que estaremos en disponibilidad de promover y que hoy por hoy suponen no solo una incógnita sino también un reto importante desde múltiples puntos de vista: el currículum escolar y su organización, la organización del aula, el rol del profesor, el papel del aprendiz, la propia organización socioinstitucional de la escuela”.
El futuro sigue siendo una incógnita, concluye Alfonso Bustos.