Nota del editor: El texto original fue publicado en el blog Distancia por tiempos.
Por ser de interés general, reproducimos aquí el artículo.
Una lectura acuciosa de la reforma constitucional y las leyes que enmarcan a la reforma educativa permite desentrañar que los parámetros legales, diseñados desde la misma Constitución, abren el camino para un cambio profundo tanto en el modelo de gestión escolar como en la filosofía pedagógica que dan origen a una nueva forma de entrelazar la enseñanza con el aprendizaje y no sólo se trata de medidas de índole administrativa y laboral.
La reforma educativa facilita el tránsito de una escuela mexicana, con un enfoque tradicional, que sirve a las instituciones y privilegia a la instrucción, a una escuela vigorosa que sirve a las personas y privilegia al aprendizaje. Además, la reforma aprovecha tanto las experiencias internacionales como la realidad mexicana para redefinir una escuela que se convierta en un ambiente poderoso e inclusivo de aprendizaje y promueva la generación de experiencias ricas, variadas y originales de vida a los estudiantes y maestros.
Por ello, desarrollamos un conjunto de propuestas administrativas, organizacionales y pedagógicas que unen a la Constitución, y sus leyes secundarias, con las escuelas y sus aulas. La intención es caminar hacia una participación, más autónoma y empoderada, de los colectivos escolares en las decisiones cotidianas de sus escuelas. Se pretende que, en esencia, el marco normativo permita que la mejor pedagogía, los mejores maestros y los mejores directivos escolares potencien el desempeño y aprendizaje de sus estudiantes, tanto en sus resultados como en los procesos para obtener todavía mejores resultados.
Para concretar esta intención y visión, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, ha propuesto siete prioridades: a) colocar a la escuela en el centro de la atención del sistema educativo; b) mejorar su infraestructura y equipamiento; c) ampliar las oportunidades de desarrollo profesional de los docentes; d) revisar y actualizar el modelo pedagógico a través de nuevos planes, programas y materiales educativos que permitan una mejor relación de la enseñanza-aprendizaje de acuerdo con el conocimiento generado por la investigación científica; e) ampliar y mejorar las oportunidades de equidad, acceso, calidad e inclusión de los servicios educativos para todos los estudiantes y maestros; f) vincular a los sectores educativo y productivo; g) reestructurar a la SEP para fortalecer un sistema más efectivo y transparente.
¿Qué significa colocar a la escuela en el centro? Fundamentalmente, que los responsables del sistema educativo nos acerquemos y atendamos, a tiempo, las necesidades de la escuela y de las aulas; que incorporemos criterios de administración y pedagógicos para la mejora constante de procesos y resultados. Para facilitar este proceso de enfoque, alineación de esfuerzos y disciplina, esta prioridad establece cuatro objetivos y seis líneas de acción.
Objetivos:
- Asegurar una normalidad mínima de operación escolar (Los ocho rasgos de la Normalidad Mínima de Operación Escolar comprenden cumplimiento del calendario escolar, llenado de plantillas de personal, realización de actividades, asistencia de alumnos, disposición de materiales, uso adecuado de tiempo escolar, involucramiento de todos los alumnos en actividades y dominio de los alumnos de lectura, escritura y matemáticas, de acuerdo con su grado educativo).
- Mejorar el proceso de aprendizaje de los alumnos.
- Detener y revertir el abandono escolar en el nivel básico, que afecta principalmente a los alumnos provenientes de familias en alta vulnerabilidad social.
- Propiciar ambientes de aprendizaje cordiales, sanos, creativos y pacíficos en el aula y la escuela.
Líneas de acción:
- Fortalecer el liderazgo educativo de los directores con una nueva organización de la escuela y menos carga administrativa. Para ello se organizará una nueva estructura de personal en las escuelas primarias con un subdirector académico y uno administrativo, que cumplirán con todos los requisitos de evaluación y concurso que prevé la Ley del Servicio Profesional Docente. Asimismo, las autoridades educativas locales y federal trabajarán para que las escuelas cuenten con las plantillas completas de personal. No se crearán nuevas plazas pero sí se reasignarán, de acuerdo con la ley, para unir las funciones requeridas con los perfiles adecuados de docentes y directivos. Esta estrategia iniciará con las escuelas de organización completa, que cubren al 85% de la matrícula en primaria y al 98% en secundaria.
De acuerdo con la disponibilidad financiera se asignarán a las escuelas primarias maestros de taller de lectura y escritura, de inglés, de tecnologías de la información y comunicación, educación física, artística y de apoyo a la inclusión educativa.
También se reforzarán las supervisiones y los servicios de asistencia y acompañamiento técnicos a la escuela; se integrará el primer padrón de personal de Apoyo Técnico Pedagógico; se ampliará la cobertura del diplomado “Una supervisión efectiva para el aprendizaje de nuestros alumnos”, se capacitará inicialmente a 2,000 supervisores para la operación inmediata de un Sistema de Alerta Temprana de alumnos en riesgo de no lograr los aprendizajes esperados, y se reducirán las cargas administrativas de las escuelas, a la vez que se implementará paulatinamente un sistema informático automatizado de procesos administrativos escolares.
- Aumentar los recursos directos a las escuelas y a las supervisiones escolares. En 2016 se asignarán recursos directos a 75,000 escuelas (50,000 escuelas del Programa de la Reforma Educativa y 25,000 Escuelas de Tiempo Completo), de tal forma que los directores, tengan la posibilidad de hacer frente a las necesidades más inmediatas de mantenimiento y equipamiento de sus escuelas, con el concurso de los padres de familia.
- Fortalecer la autonomía de los Consejos Técnicos Escolares mediante la flexibilización de los calendarios y temáticas de sus sesiones y promover el intercambio de experiencias entre escuelas dentro de una misma zona escolar.
- Fortalecer las atribuciones de los Consejos Escolares de Participación Social para mejorar el manejo eficaz y transparente de los recursos asignados a las escuelas. La participación de las madres y padres de familia será esencial para fortalecer la rendición de cuentas, la ruta de mejora de cada escuela y la normalidad mínima de operación escolar.
- Optimizar el uso del tiempo en la jornada escolar. Para ello, se presentará una iniciativa de reforma al artículo 51 de la Ley General de Educación y se emitirán lineamientos para que las escuelas tengan un mejor uso del tiempo y flexibilidad para adecuar las horas de la jornada y calendario a las necesidades de cada región. Sin modificar el número de horas de clases que hoy se imparten, se permitirá a cada comunidad escolar decidir si quiere un calendario de 200 o de 185 días. La evidencia internacional muestra que un calendario con más horas por día y mejor aprovechamiento crea mejores condiciones para fortalecer los resultados de los aprendizajes en las aulas. El uso eficiente del tiempo y el involucramiento activo de todos los alumnos en clase son factores clave para la mejora educativa.
Si las escuelas optan por un calendario de 185 días deberán presentar un plan de trabajo que deberá ser aprobado por la autoridad educativa estatal. Cabe enfatizar que en la educación preescolar se incrementarán los horarios de tres a cuatro horas diarias –y hasta cuatro horas y media para aquellas escuelas que se acojan al calendario de 185 días–. Esto significará un beneficio inmediato para las niñas y niños en su aprovechamiento y para las madres que trabajan.
- La escuela de verano. De manera complementaria, buscaremos un mejor aprovechamiento en las vacaciones de verano. Para aquellos padres de familia que así lo deseen, se ofrecerá a los niños, niñas y jóvenes de las escuelas públicas, actividades deportivas, culturales, así como reforzamiento académico. Con la participación de maestros, normalistas, estudiantes universitarios que realizan su servicio social, profesionales del deporte y las artes, maestros jubilados, lanzaremos un programa piloto este mismo verano con la intención de escalarlo a nivel nacional en el ciclo 2017-18.
La Escuela al Centro es, en suma, una estrategia que lleva la reforma educativa al salón de clases. Aporta un conjunto articulado de acciones para renovar y fortalecer la organización de las escuelas de manera que cuenten con directores que ejerzan efectivamente su liderazgo y docentes preparados que trabajen de forma colegiada para mejorar sus métodos. Los supervisores serán actores clave cuyos conocimientos y habilidades les permitirán prestar el apoyo técnico pedagógico que requieren los planteles.
La Reforma Educativa es una iniciativa ambiciosa y de gran alcance; tiene como objetivo prioritario y ulterior mejorar los procesos y resultados de aprendizaje, y hacer que las escuelas se transformen en ricos y poderosos ambientes de aprendizaje tanto para alumnos como para docentes.
Javier Treviño Cantú es Subsecretario de Educación Básica de la SEP.