Estamos a unos pocos días para que los distintos partidos (como fuerzas políticas nacionales) den a conocer o hagan publico el anuncio en donde publiciten los distintos candidatos a la presidencia de la republica, a las gubernamentales (para el caso de elecciones estatales) y de diputados y senadores. Aquí parece que primero son los nombres y luego los proyectos.
La educación se teje y se entreteje en los pasillos de la política, paradójicamente los asuntos educativos no son tratados ni por educadores ni por académicos, son tratados por políticos bajo las reglas de dicho campo. La política y la educación caminan de la mano desde hace mucho tiempo, sus fronteras son difíciles de precisar, debido a que son un asunto de atención y de servicio público. La educación es tratada y abordada desde los espacios del poder. Para este escenario en donde los debates confunden la descalificación de las personas antes que la discusión de ideas o de proyectos sobre todo los de largo aliento, es preciso contribuir con reglas claras en el debate educativo al cual no hemos sido invitados.
Es conveniente comenzar a precisar los puntos sobre los cuales girará el debate educativo de los días que vienen. Si bien el asunto de la evaluación, la reforma y el modelo educativo han copado la atención, a lo largo de los años que lleva el actual gobierno, la idea es comenzar a generar una nueva agenda que logre superar el estancamiento de los puntos tratados hasta ahora, que sirva de contra-peso y que sea capaz de comprometer a los candidatos en una agenda verdadera de cara a las necesidades sociales de los ciudadanos en los temas y en los asuntos educativos. Si bien existen infinidad de puntos pendientes considero que se pueden sintetizar en cuatro grandes ejes de discusión para pensar en una plataforma de gobierno. Dichos ejes pudieran ser los siguientes:
- Generar un esquema de justifica educativa. En nuestro país la atención educativa es profundamente inequitativa, la educación de buena calidad es para los niños y niñas que están en una situación económica y social desahogada. Los millones de pobres o los niños y niñas que viven en los cinturones de miseria tienen acceso a un servicio educativo de segunda, no cuentan con recursos para pagar por una buena educación y deben de conformarse con lo que el Estado les brinda, que son las sobras o las migajas del sistema. Los indicadores de rezago educativo, reprobación y de bajo aprovechamiento escolar, no tan casualmente golpea a dichos sectores sociales. Un principio elemental de justicia educativa es brindar buena calidad a los que no la tienen.
- Blindar los recursos financieros. Si bien el presupuesto educativo en nuestro país, es decoroso para solventar las necesidades que se tienen año con año, muchas veces (como ha pasado en el actual sexenio) dichos recursos son desviados en actividades que no son ni sustantivas, ni tampoco prioritarias. Promocionar la imagen del secretario de educación o de los responsables educativos en los estados es tirar el dinero en nada. Los recursos educativos no sólo deberán blindarse para cumplir con las metas y los objetivos estratégicos del sistema, también habrá de generarse y un fondo de contingencia para asuntos educativos, muy parecido a lo del sismo del 19 de septiembre, dichos recursos pueden ser acumulables y se podrá recurrir a ellos en caso de emergencia.
- Pensar en el profesorado y en una verdeara reforma que garantice la formación de mejores docentes. Sigue pendiente la reforma del profesorado y la gran reforma a la Educación Normal. El sistema educativo nacional deberá de pensar en la formación de docentes del siglo XXI. Para ello es necesario rescatar la herencia de todos los aportes que ha dado el normalismo y articularlo con las nuevas propuestas con la intención de mirar el futuro corticamente. Aquí es necesario responder a una pregunta básica ¿cuáles son los docentes que necesita la sociedad mexicana y dónde y cómo formarlos de tal manera que logremos superar los problemas de antaño y mirar estratégicamente el futuro con la capacidad de sacar adelante un nuevo proyecto educativo para el país? Los docentes son la pieza clave del sistema, no pueden seguir siendo tratados como artesanos o como empelados de segunda. Darles el poder y la responsabilidad, sólo así podremos salir adelante de tantos problemas acumulados.
- Entender a la calidad como un proceso el cual se desarrolla en contextos específicos. Para ello se requiere generar proyectos educativos contextualizados, vincular la atención educativa con la sociedad, considerar el capital acumulado en los pueblos y las comunidades, para partir de ahí y concluir ahí mismo. La tarea educativa no se reduce sólo a la escuela, es por ello que se requiere generar una sinergia con otras agencias que colaboren y sirvan de aliados al proyecto educativo nacional.
Junto a las anteriores un quinto punto de acción estaría pensado en desmantelar la obsesión por la evaluación y la saturación del discurso eficientista que ha terminado por descontextualizar las acciones educativas de las necesidades de los mexicanos.
Por último necesitamos educar a los políticos y que las sucesiones políticas estén ausentes de demagogia, de mentiras y de promesas incumplidas. Darles la palabra a los y las educadores y educadoras, que sean ellos y ellas los que marquen el rumbo del rostro de la educación que necesita nuestro piais para los próximos seis años. Esa es la tarea en este esencio de sucesión presidencial.
*Doctor en educación. Profesor – investigador de la Universidad Pedagógica Nacional. Campus Guadalajara. Correo electrónico: mipreynoso@yahoo.com.mx