Por Ana Lilia De la Cruz Ruiz*
El derecho de aprender va mucho más allá de lo que el Estado puede proporcionar y el concepto de escuela va más allá de eso. Hablar del derecho de aprender no es solo atender a los cinco lineamientos centrales que menciona Jennifer O´Donoghue (Mexicanos Primero 2013) en su artículo: la igualdad y la discriminación, la disponibilidad, la accesibilidad, la aceptabilidad y adaptabilidad. Tenemos que entender que este derecho no se refiere solo a contar con infraestructura de la mejor calidad y a lo más innovador en recursos tecnológicos.
Convertir la escuela en un auténtico espacio de aprendizaje requiere un verdadero compromiso social, es decir, vocación y amor por la educación. En fin, son muchos factores que sólo aquel docente que le apasiona el aprendizaje lo va entender.
El derecho de aprender lo incumple el estado al no generar las condiciones adecuadas y las oportunidades de aprendizaje; lo violan los padres de familia al no cumplir con su responsabilidad y no hacer la parte que les corresponde. Llevan a los niños tarde y no proveen lo necesario. No ayudan a formar responsabilidad en sus hijos desde temprana edad.
En los primeros años de escuela los niños no tienen aún la capacidad de decidir lo que mejor les conviene, y muchos de los padres de familia solapan las ausencias a clases o el incumplimiento de las tareas. También los docentes violan ese derecho cuando simulan su trabajo y no hacen lo que les corresponde.
Los docentes comprometidos con la educación son quienes crean las oportunidades de aprendizaje desde su contexto, adecuando las necesidades de sus alumnos a los recursos con los que cuenta y son quienes construyen a partir de mucho o nada, junto a los alumnos, una comunidad de aprendizaje.
Nunca he concebido que digan “mis niños no saben nada” “este niño está bien atrasado”. Para mi, todos los niños saben algo, todos los niños aprenden a su manera, pero aprenden, el docente es quien lleva a los alumnos al aprendizaje. La calidad educativa no es la mejor instalación, la calidad educativa se alcanza con las mejores estrategias de aprendizaje y con la creación de grandes oportunidades.
Es entonces cuando el derecho de aprender será una realidad y no la utopía que vivimos.
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* Licenciada en Educación.