La discusión sobre la educación normal que se ofrece en México a miles de estudiantes que egresan de nivel medio superior, tuvo un auge importante la semana pasada cuando, por un lado, docentes de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen” (BENV) y de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BENM), fijaron una postura de aplazamiento con relación a la propuesta curricular que la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) pretende imponer en las escuelas normales a partir del mes de agosto de este año. Dicho aplazamiento debe darse, en razón de 5 puntos que son, en ambos casos, coincidentes pero, en otros, diferentes dado que: el diseño curricular está en proceso; hay una carga excesiva de inglés en la formación docente; el descuido de la formación integral al dejar de lado el arte, la educación física, la formación histórica, filosófica y social; la emisión de convocatorias de las escuelas normales para nuevo ingreso (para el ciclo escolar 2018-2019) con el plan de estudios vigente (2012); la transformación de las escuelas normales no se reducen a propuestas curriculares, implica otros puntos como la gestión y autonomía; finalmente, como punto adicional, la BENV exige una auditoría que clarifique el destino de más de 2 millones de pesos destinados para capacitación y para el mejoramiento de escuelas.
Ante tales argumentos, diversos maestros de varias escuelas normales del país, hicieron lo propio y, mediante comunicados a través de diversos medios y redes sociales, fijaron un posicionamiento a favor de la implementación de esa propuesta curricular dado que, a decir de éstos, dicha propuesta ha sido trabajada por los propios normalistas en las reuniones a las que la DGESPE los ha convocado con ese propósito.
El encuentro entre ambas posturas arreció cuando profesores de la BENV ofrecieron una conferencia de prensa mediante la cual, dieron a conocer que habían solicitado el aplazamiento de esa propuesta curricular mientras que, por el otro lado, un grupo de representantes de maestros de esas escuelas normales que han participado en su construcción, hicieron lo conducente y también marcaron su postura en una conferencia de prensa en la Ciudad de México.
Contextualizado el enfrentamiento que se vivió la semana pasada, un asunto que me parece importante subrayar en estos momentos, tienen que ver con una pregunta que un reportero formuló a aquellos profesores que sí están a favor del “nuevo” modelo educativo para las escuelas normales en esa rueda de prensa. En términos sencillos y concretos el periodista cuestionó: ¿quiénes fueron los responsables del rezago, por 19 años, en la modificación de la curricula para las escuelas normales? Interesante cuestionamiento que no fue del todo respondido por los maestros pero que, desde mi perspectiva, esos responsables sí tienen nombres y apellidos: los gobiernos de extracción priista, panista y, como es obvio, el priista que hoy gobierna a México.
Y es que mire usted, el posible enfrentamiento que puede verse entre colegas de las escuelas normales tiene un origen; éste se encuentra en la DGESPE, no hay más, no vayamos tan lejos. Es obvio que esta instancia tiene un compromiso político y tiene que cumplirlo a como dé lugar porque, si no fuera de esta manera, porqué insistir en la implementación de un plan de estudios que no está terminado y que en estos momentos está siendo revisado por expertos cuyo anonimato es preocupante.
Quienes hemos tenido la oportunidad de trabajar en el diseño de un curso, taller o programa de estudio, sabemos que antes de echar andar un proyecto con tales características, éste debe ser piloteado, tal y como durante este ciclo escolar (2017-2018) sucedió en 1000 escuelas de educación básica del país. ¿Por qué, irresponsablemente, la DGESPE pretende implementar un plan de estudios sin que se haya piloteado?, ¿por qué, irresponsablemente, la DGESPE pretende implementar un plan de estudios en todas las escuelas normales de México si su gestión llegó a su fin y ya no les tocará implementarlo?, ¿por qué, irresponsablemente, implementar un “nuevo” modelo educativo cuya capacitación se reduce a unos cuantos días del mes de junio mientras que para la educación básica, con todas sus deficiencias, ha durado prácticamente un año?, ¿por qué, irresponsablemente, se han propuesto más horas para la enseñanza y aprendizaje del inglés si las escuelas normales no forman especialistas en esta materia puesto que el mismo documento “Aprendizajes Clave para la Educación Integral así lo refiere?, ¿por qué, irresponsablemente, ha guardado silencio durante ese posible enfrentamiento que se suscitó la semana pasada entre colegas normalistas?
Lo he dicho y lo sostengo públicamente; los profesores y profesoras que han participado en el rediseño curricular son maestros cuya trayectoria y capacidad académica es incuestionable. En varios escritos he hablado y he dado cuenta de la enorme capacidad y talento que hay en todas las escuelas normales de México. De hecho, por mi parte, exijo a la autoridad educativa que hoy dirige la DGESPE, que en los planes de estudios que se están construyendo, se le otorgue el crédito (con nombres y apellidos) a todos y cada uno de estos maestros que participaron en el rediseño curricular puesto que, como pudimos observar y conocer en el documento que se hizo público hace unos días denominado “Estrategia de Transformación y Fortalecimiento de las Escuelas Normales”, en éste, no aparece ningún nombre de esos profesores quienes dedicaron su tiempo, esfuerzo y, lo más valioso, su conocimiento, para construir un plan de estudios acorde a las necesidades y demandas del normalismo mexicano.
En este sentido, es que precisamente cobra fuerza el tema del aplazamiento y de la defensa de esa propuesta curricular. Sí, es de suma importancia aplazar su implementación. Y sí, es de gran relevancia defender (con el gobierno que llegue a quedar en la presidencia después de este 1 de julio) lo que los mismos normalistas han hecho a favor de la educación de las escuelas normales. Se trata pues, de vislumbrar un escenario en el que el aquel objetivo primario y supremo, sea el de la educación normal en México, y no lo que la misma DGESPE determine por un compromiso político (o capricho) que haya emprendido con tal o cual ex Secretario, o Secretario de Educación. Dese cuenta, ellos ya se van y los normalistas aquí seguiremos. Con nuestras divergencias, pero también, con grandes convergencias como las que aquí he expuesto. El enemigo no está en casa, está fuera de casa y, afortunadamente, repito, ya se va porque según veo, el gobierno (priista) tiene sus horas contadas en palacio nacional.
Con negritas:
La educación es un bien público no un secreto de estado, ¿por qué si la misma DGESPE asegura que éste ha sido un proceso transparente y que ha gozado del consenso de todos los actores involucrados, no hizo ni ha hecho públicos los documentos que los normalistas han venido trabajando por más de un año?, ¿por qué si la educación es un bien público, desde la misma DGESPE se ha propiciado la división del normalismo mexicano?, ¿por qué si la educación es un bien público, no se ha dialogado con otros expertos mexicanos en diseño curricular cuyas credenciales son más que reconocidas a nivel nacional e internacional?, ¿por qué si la educación es un bien público, la misma DGESPE no se ha sentado a dialogar con los “opositores y defensores” del “nuevo” modelo educativo para la educación normal? En suma, ¿por qué si la educación es un bien público, la misma DGESPE, ha sesgado su visión hacia los compromisos políticos y secretariales que puede llegar a cumplir, más que en aquella que representa un verdadero empuje para las escuelas normales de México?