El problema de la desigualdad educativa es histórico, en el continente, no solo responde al desarrollo económico inequitativo, también lo hace al de índole social y cultural.
El desarrollo desigual reflejado en la educación va más allá de lo económico, pues no todos los signos de progreso tienen que ver con problemas de falta de inversión.
Bajo esta premisa, Cristian Pérez Centeno, académico de la Universidad Nacional de Tres de Febrero de Argentina y miembro de la Sociedad Argentina de Estudios Comparados en Educación, advirtió que no se puede resolver de manera estructural el problema de la desigualdad educativa, y aunque reconoció que las políticas que se han desarrollado al respecto en diversos países latinoamericanos, son favorables; se deben establecer mecanismos de defensa de la educación de calidad e inclusiva.
Diversos estudios respaldados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), señalan que América Latina es la región más inequitativa del mundo, en ella persisten la pobreza y la desigualdad distributiva que han dificultado la constitución de sociedades más integradas. La desigualdad de oportunidades educativas, en función del nivel socioeconómico de los estudiantes, es una de las más agudas en la región, de lo que se deduce que la educación no está siendo capaz de romper el círculo vicioso de la pobreza y de la desigualdad social.
Agregó que el derecho a la educación todavía no es efectivo para toda la población en los países de América Latina.
“Todavía hay muchos niños y niñas que experimentan barreras para su pleno aprendizaje y participación; ya sea porque están excluidos de la educación o porque reciben una de menor calidad que redunda en inferiores resultados de aprendizaje. La equidad en educación significa hacer efectivos, entre otros, los derechos a la igualdad de oportunidades, a la no discriminación y a la participación.
En la convención de los Derechos del Niño se señala, explícitamente, que el derecho a la educación ha de estar eximido de cualquier tipo de discriminación y ha de estar inspirado en la igualdad de oportunidades.”
Durante el desarrollo del II Encuentro de Educación Internacional y Comparada, Pérez Centeno, junto a Armando Alcántara Santuario e Ileana Rojas Moreno, académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtieron que se deben establecer mecanismos para incrementar los niveles de inclusión, especialmente en el nivel secundaria.
“A pesar de los esfuerzos realizados para aumentar la cobertura y mejorar la calidad de la educación, es posible constatar que la desventaja social de los grupos en situación de mayor vulnerabilidad y marginalidad no siempre se compensa desde la educación.
La brecha entre el ámbito rural y urbano y entre escuelas de distintos estratos socioecómicos son significativas y tienden a ampliarse en algunos países. Si bien, uno de los mayores avances de la región es el aumento de la cobertura en la educación básica, aún no se ha logrado su universalización y persisten problemas de equidad en la distribución y calidad de la oferta educativa. La obligatoriedad legal no ha sido condición suficiente para que todos los niños y niñas en edad escolar tengan acceso a la educación básica y puedan finalizar los años de escolaridad previstos en las normativas de los países.” Señalan los estudios.
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