La semana pasada comenzó la Copa América Chile 2015, uno de los eventos deportivos más importantes para ese país que atrae los reflectores de la prensa internacional. Este evento ha servido como telón de fondo para que nuevamente salgan a las calles, estudiantes, profesores y distintas organizaciones sociales a protestar contra la reforma educativa que ha emprendido la presidenta Michel Bachelet.
Días antes de la inauguración de la Copa América estudiantes lanzaron balonazos a los carabineros (policías) en la marcha (La jornada, 12 de junio del 2015). En algunas pancartas se leía “Había una vez un pueblo que sabía más de futbol que de su educación”.
¿De qué trata entonces la dichosa Reforma educativa chilena? Para poner al interesado en contexto, Chile fue uno de los primeros países donde se experimentó el proceso de privatización de la educación bajo la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). En la década de los 80´ el grueso de la educación era pública. Pero a raíz de que se crearon diversos Decretos con Fuerza de Ley se modificó radicalmente la composición de la educación público-privada.
Ya para la década de los 90´era más que evidente, en el caso de la educación superior, la diversificación de las Instituciones de Educación Superior, el aumento de las universidades privadas, la instauración de becas préstamo (o créditos educativos) y el apoyo financiero del gobierno chileno provista por particulares. Esto último también operó para la educación básica donde se crearon programas de vales para la educación, políticas de copago y políticas selectivas de ingreso a la educación.
Gran parte de las protestas sociales que se han dado, posterior a la dictadura de Pinochet, es decir, en ambientes democráticos, expresan este malestar por las reformas de la educación en Chile. En el primer gobierno de Michel Bachelet (2006-2010) la denominada “revolución de los pingüinos” demandaba derogar la ley LOCE para mejorar la calidad y el acceso a la educación. En el gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014) la protesta social, -en la cual líderes de movimientos estudiantiles como Camila Vallejo, Karol Cariola, Giorgio Jackson adquirieron notoriedad- buscaba ya una educación pública y gratuita frente a una reforma (o “revolución”) educativa de un gobierno que apostó por la calidad colocando en el centro la evaluación y la calidad docente.
La reforma educativa que estableció Sebastián Piñera tuvo dos pilares: el cambio del estatuto docente (o director) y su gestión; y la dignificación y mejora del profesorado. Para esto se proponían programas de estímulos (mejora de sueldos, becas para ingresar a la docencia) y procesos de evaluación para aumentar la calidad educativa. ¿Suena algo parecido con la actual reforma educativa mexicana?
Finalizado el gobierno de Piñera, una mujer y política carismática como Michel Bachelet contiende, por segunda ocasión, por la presidencia contra la conservadora Evelyn Matthei. Michel Bachelet triunfa en las elecciones para un segundo mandato presidencial (2014-2018) al recoger un reclamo de una política que implemente una reforma radical del sistema educativo que contemple una educación, pública, gratuita y de calidad.
La reforma radical de Bachelet a inicios del 2014 tuvo amplio consenso, incluso el apoyo o afinidad de estudiantes que participaron en las protestas del 2011. Pero poco a poco esta simpatía empezó a diluirse.
En primera instancia, la reforma educativa chilena planteaba (como tema de campaña): mejorar la calidad de la enseñanza, eliminar la selección de alumnos (prueba estandarizada) y la gratuidad. Lo que se ha cumplido a inicios de este año ha sido: el fin al lucro selección y copago en los establecimientos que reciben subvención del Estado chileno. Pero quedan varios pendientes: devolver los colegios públicos al Estado (ahora están en manos de municipales); sistema de gratuidad de la universidad; Eliminar la nueva ley de carrera docente sustentada en la evaluación de los docentes, los incentivos y la calidad; y dar voz y participación a los diversos actores (estudiantes, profesores).
Twitter: @cesar_garcia131