Algo no funciona en la narrativa del gobierno. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación dice que el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó a la Secretaría de Educación Pública establecer mesas de trabajo para discutir sus proyectos alternativos e imprimir sus libros de texto. Luego la SEP declara que eso no se podrá, que va en contra de la ley, hasta el senador Ricardo Monreal, quien apapachó a la CNTE cuando fue gobernador de Zacatecas, dijo que eso no.
La Luz del Mundo, la conspicua asociación religiosa —que se hizo más famosa a partir del encarcelamiento de su líder espiritual, nada menos que por abusar de menores y producir pornografía— dijo que el gobierno de Jalisco y la SEP le prestaron 63 escuelas para albergar a sus fieles durante la celebración, de la “Santa cena”, en Guadalajara. La SEP negó tal préstamo. Pero el gobierno de Jalisco no se echó para atrás, se las facilitó, para dormir, no para rezar. Estado laico, faltaba más.
La CNTE se dispone a otorgar plazas conforme a reglas de antes de la reforma de 2013. Tal vez eso no le guste mucho a la jerarquía de la SEP, pero no se pronunció en contra ni tachó de ilegales las convocatorias de Oaxaca y de Chiapas.
Hubo más notas en la semana, algo sobre la Nueva Escuela Mexicana, un apunte sobre cómo abordar en las leyes secundarias fórmulas para abatir —o al menos disminuir— la deserción escolar. El 2 de agosto, la SEP publicó Hacía una nueva escuela mexicana: taller de capacitación, educación básica. Pero la batahola mediática se lo llevaron la Luz del Mundo y la CNTE.
La SEP ya no esclareció, pero la guía para ese taller es una réplica de la que negó su autoría hace 14 días. El contenido es casi el mismo. Cierto, ya quitó de las páginas 7 y 8 el mensaje del secretario de Educación Pública, aunque en el programa dice que se leerá el día 12. También desapareció el espacio destinado a una carta del Presidente y la nota donde se pedía aplaudirle. Con ligeras correcciones en títulos y subtítulos, los anexos son iguales. La versión negada tenía bellas estampas de alumnos sonrientes o haciendo sus tareas; en la exégesis sí reconocida —la bajé del portal de la Subsecretaría de Educación Básica— esos ornatos desaparecen.
Estoy convencido que el alto funcionariado —y también segmentos medios— de la SEP trabajan duro, hacen su tarea y perseveran. Sin embargo, su labor provechosa trasciende poco a la plaza pública. Arrastran ese lenguaje vindicativo, echan culpas al pasado, en vez de apostar por el futuro.
Cavilo que hacen eso porque es más fácil disparar diatribas que construir, aunque sea un intento de restaurar el orden anterior.
RETAZOS
Un corresponsal me criticó porque escribo mucho sobre la CNTE y la SEP y no sobre lo que pasa en las aulas. No tengo defensa, es cierto. Mi tema es la política educativa y sigo las notas de la semana. Pero en ensayos académicos sí me aplico al análisis de escuelas y prácticas concretas; no mucho, pero sí.