Sergio Martínez Dunstan
El pasado veintiocho de enero de este incipiente dos mil diecinueve, Esteban Moctezuma Barragán explicó a los legisladores la iniciativa de reforma al artículo tercero constitucional en una reunión de trabajo con la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados. El titular de la SEP señaló que la reforma educativa que se pretende abrogar surgió con la ausencia de consensos previos y se realizó con ritmo apresurado, con demasiada prisa; en cambio, la que propone el gobierno obradorista proviene de un proceso democrático, incluyente y participativo producto de una amplia Consulta Nacional, realizada a través de una serie de foros; no es centralista ni unilateral, según dijo el Secretario de Educación Pública.
Uno de los aspectos nodales de la propuesta es la evaluación de los docentes. Al respecto destaco las ideas, que desde mi perspectiva son relevantes: Nunca más habrá y nunca debió siquiera concebirse una reforma educativa sin la participación directa de los maestros y las maestras de México. Nunca debió instrumentarse una evaluación de los docentes con fines [repercusiones] laborales. No deben repetirse bajo ninguna circunstancia evaluaciones al magisterio donde la autoridad educativa tenga que usar a la fuerza pública para llevarlas a cabo. Moctezuma Barragán enfatizó: “Queremos mejores maestros y quienes más lo desean son ellos mismos. Queremos las mejores mediciones y los maestros no rechazan la evaluación”. Por ello, en la reforma educativa impulsada por el actual gobierno resalta la revalorización del magisterio nacional, se reconoce al docente como agente de cambio y se garantiza su desempeño a través de un nuevo servicio de carrera profesional.
Por ello, la cancelación del INEE dará paso al Instituto Nacional para la Revalorización del Magisterio y la Mejora Continua de la Educación que tendrá entre sus atribuciones las siguientes: la determinación de estándares e indicadores de resultados, la Certificación de desempeño de instituciones, autoridades y actores de la educación para utilizar esta información y emitir los lineamientos para la capacitación magisterial y la formación docente así como la formación profesional de la gestión escolar para directores y supervisores.
En tanto se define el destino del INEE algunos creen que su suerte ya está echada y va camino a su desaparición. Ha dado muestras de resistirse a su extinción. En lo particular considero que aún se le mueve la patita porque el partido en el poder muy probablemente no logre la aprobación del 60% de los Congresos Locales requeridos constitucionalmente para formalizar su cancelación. Aún faltan sucesos por venir que bien pudieran cambiar el rumbo de la historia. Por vía de mientras, el INEE publicó el Calendario para las evaluaciones del Servicio Profesional Docente 2019 en el que se contemplan las evaluaciones de ingreso al servicio, la promoción (directores y supervisores) tanto en educación básica como en media superior. La Secretaría de Educación Pública, a su vez, dio a conocer los “Perfiles. Parámetros e Indicadores” así como el documento “Etapas, Aspectos para el ciclo Escolar 2019-2020 (conocidos entre los profesores como los PPI’s y los EAMI’s respectivamente aunque ninguno de los dos documentos han sido publicados aún en el Diario Oficial de la Federación) y el reconocimiento a quienes se desempeñaron como tutores y asesores técnicos-pedagógicos. Restan los lineamientos y las convocatorias. De entrada, suponemos que se atenderán las necesidades del servicio educativo conforme a las listas de prelación. Los estudiantes normalistas que egresan este ciclo escolar tendrán que buscar un espacio laboral por esta vía. Quizá este tipo de evaluaciones se mantengan en la reforma educativa que está por venir bajo control de la autoridad oficial sin contrapeso alguno porque el INEE desaparecerá o se le eliminará su autonomía. Así lo dejó entrever el Secretario de Educación Pública en la reunión con los diputados de manera comparando la situación jurídica del INEGI.
La evaluación al desempeño que no está contemplada para este año pareciera ser la manzana de la discordia y hay que recordar que aún hay varios pendientes de la etapa anterior especialmente con los maestros que se ajustaron a ella y a la fecha desconocer su estatus laboral y económico resultante. Cabría suponer otro desencuentro entre el INEE y la SEP por esta razón. La Ley del Servicio Profesional Docente aún está vigente. En ella se contempla esta evaluación. El Secretario de Educación Pública anterior, Otto Granados Roldán, la defendió hasta el último momento argumentando el respeto a la Constitución y desestimando las exhortaciones de la Cámara de Diputados para suspenderla. En esta ocasión, dejar de evaluar el desempeño de los docentes durante el 2019 ¿fue decisión de la SEP, del INEE o de ambos no aplicar la evaluación desempeño en esta ocasión? ¿cuáles fueron los argumentos esgrimidos para la resolución? ¿se violenta la ley? Si no se viola flagrantemente si se desatiende su espíritu. Yo así lo creo. Si fuera así, ¿el INEE carece de la fuerza para hacer cumplir lo establecido en el marco jurídico?
Vaya situación en la que se encuentra el INEE. Primero, uno de sus miembros de la Junta Directiva renunció para aceptar la invitación de incorporarse como Subsecretario de Educación Básica en la actual administración ¿se bajó o lo bajaron del barco? Después, se le reduce el 50% de su propuesto lo que ha afectado considerablemente su capacidad de acción por la medida obligada de despedir a personal. Y, tercero, se encuentra en proceso de análisis la modificación jurídica para cancelarlo. Y, ahora, su autonomía está en entredicho. ¿No le hacen caso? ¿o ya no quiere queso sino salir de la ratonera? Le da la razón a sus detractores/promotores de su desaparición y decepcionan a sus simpatizantes/aliados al dejar en desamparo la evaluación. ¿Hacen caso omiso de las razones jurídicas que la justifican o carecen de fuerza para defenderla? No abogan por ella con la misma vehemencia que lo hicieran en pasados tiempos. De mantenerse el INEE ¿defenderá su autonomía frente a este escenario? ¿cómo cumpliría y haría cumplir sus atribuciones si la autoridad educativa ignorara sus recomendaciones de política pública? Hay mucho en juego. El desempeño de los miembros de la Junta Directiva del INEE, sus decisiones y actuaciones, hoy más que nunca debiera estar a la altura de las circunstancias. Defender con inteligencia y firmeza la autonomía al margen del futuro de la institución.
Carpe diem quam minimun credula postero
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