Eduardo Backhoff Escudero
No acaba de sorprender la narrativa de AMLO sobre la reforma de la reforma educativa. Está obsesionado con eliminar palabras, puntos y comas de la reforma de 2013, de tal manera que la CNTE no lo pueda culpar de que, en el fondo, su reforma se parece a la anterior; que es punitiva, privatizadora y neoliberal. Por ello, diría que lo que hoy se quiere discutir en el Congreso se trata de una anti reforma o de una contra reforma de la educación mexicana. Me explico:
Lo que quiere la CNTE es que no haya concursos de ingreso para ingresar al sistema público de la educación; tampoco quiere que se cree un programa de carrera profesional donde los docentes, directores y supervisores tengan que evaluarse “voluntariamente” para ascender -horizontal y verticalmente- en el sistema educativo. Lo que exige la CNTE es regresar al viejo esquema de entrega de plazas automáticas de los normalistas y al viejo esquema donde el sindicato manejaba en 50% de las plazas vacantes y las autoridades educativas el otro 50%. Por su parte, en el esquema escalafonario de antaño, para que un docente pudiera tener un ascenso bastaba con haber acreditado cursos (que nunca se evaluaban formalmente), haber acumulado años de trabajo y tener una buena opinión del sindicato, independientemente de que: los docentes cumplieran, o no, con sus obligaciones; aprendieran, o no, sus estudiantes; fueran pertinentes, o no, los cursos que acreditaban los docentes. Los docentes de la CNTE nunca han querido que se les juzgue por lo que aprenden sus estudiantes, pues en su visión, la culpa del pobre aprendizaje la tiene la mala administración del sistema educativo, la pobreza del contexto social y la apatía de los padres de familia.
A AMLO lo que le interesa es que la CNTE no hable mal de él y que lo critique por conservar algo de la Reforma Educativa de 2013, que prometió eliminar. Por ello, lo que le solicita al secretario de educación es eliminar todos los términos, puntos y comas que haya utilizado la anterior reforma. En opinión de AMLO el Neoliberalismo en educación se erradicará eliminando los conceptos que hacen alusión a la calidad de los servicios educativos. En su opinión son los organismos internacionales quienes imponen las políticas educativas y el lenguaje correspondiente a los países. Esto se puede creer si pensamos en la OCDE, BM y BID, pero no en la UNESCO que, en su documento Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODES 4) utiliza con mucha frecuencia la palabra “calidad educativa”, “resultados de aprendizaje”, “competencias”, “maestros calificados”, “eficacia escolar”, etc. A juzgar por la narrativa de AMLO, la UNESCO también es una organización Neoliberal, pues utiliza los términos que la contra reforma educativa de la 4T quiere eliminar.
La propuesta de AMLO de hacerle caso a TODOS los planteamientos de la CNTE es preocupante, pues al final quedará una reforma descafeinada, sin personalidad propia, cuya única distinción es haber eliminado los términos “neoliberales” y desaparecido a la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente y al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. De nada sirvieron los cientos de reuniones y foros que realizaron el secretario de educación y la comisión de educación de la cámara de diputados, para recabar las opiniones de docentes y especialistas de todo el país si, al final de cuentas, solo se tomarán en cuenta los planteamientos de la CNTE.
Lo peor del caso es que esta anti reforma educativa de 2019 sí es verdaderamente laboral (lo que tanto le criticaron a la anterior), pues es lo único por lo que pelea la CNTE y lo único a lo que le hace caso AMLO. En ningún momento se oye hablar del derecho que tienen los niños y jóvenes mexicanos a recibir una educación que les asegure el ingreso, la permanencia y el aprendizaje. Tampoco se dice qué modelo pedagógico se adoptará para lograrlo. En ningún momento se habla de una propuesta innovadora que revertirá los bajos o nulos aprendizajes que adquieren los escolares; especialmente, los más vulnerables (indígenas y migrantes). El único discurso de la anti reforma de AMLO es “NO a todo lo que contiene la reforma de 2013”.
Finalmente, en lo que sí creo es en lo que repite constantemente el secretario de educación: “…en educación, lo mejor está por venir…”; pero para la CNTE.