El XIV Congreso de investigación que ha organizado el COMIE ha sido galopante, discusiones, mesas, diálogos, libros, redes, de nuevo discusiones, mesas, etc. En este congreso han prevalecido las temáticas tradicionales y los estilos de un congreso de investigación con lo que se le llama las temáticas nuevas o emergentes.
Asuntos como justicia educativa, derechos humanos, trabajo en red, el trabajo de los ATPs, se juntan con las viejas temáticas, evaluación docente, formación para la investigación, violencia escolar y social, rezagos, reforma, formación, etc.
Los representantes de la SEP y del INEE en los diversos, foros y espacios en los que han participado, se mantienen cautelosos y aferrados a defender lo indefendible. Aquí la reforma educativa y sus corolarios, evaluación y modelo educativo han sido fuertemente cuestionadas, con excepción de algunos funcionarios de la SEP, del otro lado (y aun las investigadores más conservadores) se ha criticado fuertemente los llamados pilares de la reforma, por las dificultades de diseño, la ausencia de viabilidad y pertinencia de las propuestas, la complejidad y confusión de los documentos oficiales y porque el tiempo (su tiempo) se ha agotado.
Otro sector de académicos están preocupados por pensar y discutir los escenarios que vienen, el próximo congreso del COMIE será en el año 2019, ya no tendrán tiempo con una membrecía de 2,800 personas congregada en el mismo lugar, de incidir en la política y en la toma de decisiones.
He encontrado y he saludado a infinidad de colegas de distintos estados del país, con diversas temáticas y líneas de trabajo y de investigación, volví a encontrarme con mi tocayo Miguel Ante Vertiz, experto en políticas públicas de UPN Ajusco, conocí al responsable de Política de la DGESPE, saludé a dos grandes amigos Luciano Oropesa y Lupita García Alcartaz, a Raúl Ansaldua, José Luis Arias, Alberto Arnaut, Erick Juarez, Manuel Gil Antón, Hugo Casanova, Olac Fuentes Molinar, Calos Ornarlas y un largo etcétera.
Aun a pesar de la heterogeneidad de los investigadores y de las temáticas desarrolladas, el COMIE (no cabe duda) ha generado una destacada masa crítica, la cual puede servir como corpus político-educacional para generar la plataforma política en educación y la plataforma educativa en política. Dentro de tantas cosas que aquí se han discutido, una está muy clara, independientemente del partido político que gane las elecciones el 1 de julio del 2018, ninguno (incluyendo el PRI), ratificará o le dará un aire de continuidad al mal experimento de reforma educativa. En dicha iniciativa hubo dos racionalidades:
- El [verdadero] interés en la reforma era golpear al magisterio, desarticular al SNTE y restarle poder a los gobernadores en los estados (mayor centralismo y mayor autoritarismo gubernamental desde la SEP).
- La reforma demostró que el último punto de interés está puesto en los asuntos propiamente educativos. Controlar, desarticular, centralizar, intimidar, golpear; son verbos muy poco pedagógicos pero son los verdaderos verbos de la reforma.
A partir de estar en el COMIE en SLP, pienso en lo que pasa y pasará en Jalisco, a partir de los contenidos y las discusiones aquí vividas. Si bien nuestro estado tiene una cifra destacada de participación congreso a congreso, (no tengo datos a la mano para demostrar dcha. tesis), lo que este congreso demuestra es que en nuestro estado (a diferencia de lo que sucede en otros lugares), está muy distante la comunidad académica que piensa la educación y produce conocimientos para la mejora de la educación, de la estructura del sistema político y de la burocracia de la SEJ, en donde se aglutina la gestión, la toma de decisiones, el diseño y puesta en operación de las políticas públicas, el diálogo con la federación, etc.
Sin tener pruebas o evidencias a la mano pudiera afirmar (a modo de hipótesis), que la actual casta de funcionarios en la SEJ no tienen oficio para sacar adelante un proyecto educativo de largo aliento, bueno pero (y siendo más radical), reconozco que ni siquiera les interesa. Un dato al respecto, ¿Por qué en la reestructura de la SEJ nunca les ha interesado escuchar a los académicos y a los investigadores, no ha habido ningún foro, ningún espacio que permita dialogar entre quienes producen conocimientos y aquellos que deberían usurarlo para tomar decisiones.
Me parece que la agenda que está por construirse deberá amalgamar los aprendizajes del pasado (de esta tan mal llamada reforma educativa) con los retos y desafíos del presente –futuro. Mirar el perdido 2018-24, es pensar en el paquete formativo y los itinerarios de vida que les daremos a los niños, las niñas y los jóvenes de nuestro país y de nuestro estado. Los y las investigadores y los y las políticos ¿a que nos comprometemos en esta nueva oportunidad que nos brinda la historia del presente?